lunes, 31 de octubre de 2011

Valdevaqueros – Bolonia


Valdevaqueros por la mañana temprano, en octubre, suele estar desierto, o casi, pues es muy difícil hoy en día encontrarse solo en casi ningún lugar, pero precisamente por eso vamos… a buscar la compañía de la soledad. Esa soledad que nos llena de emoción, y que tanto tiempo empleamos en conseguir.


Una vez dejas atrás la majestuosa duna de la Ensenada de Valdevaqueros entras en una zona de pequeñas calas, en las cuales con pleamar tienes que ir subiendo por el sistema de dunas o de acantilados, según el sitio en el que nos encontremos, para sortear el barrido de las olas, si no queremos mojarnos. Parece que nos hemos propuesto caminar por tierra las sendas de agua que hemos marcado este verano… pero la verdad es que las perspectivas cambian mucho, y la manera de disfrutar también. Caminar por este tramo de nuestra costa atlántica es ir contemplando toda la morfología que el litoral nos ha dejado por el resultado 


de la acción del mar con sus olas, mareas… sobre los materiales de la costa y acompañados de la influencia meteórica como puede ser la fluvial y la eólica tan fuerte en esta zona como consecuencia de los fuertes vientos que van moldeando nuestra costa. Lo podemos observar aquí en Valdevaqueros donde encontramos dunas móviles y a lo largo de la costa con dunas fosilizadas.


Es importante, aunque suene reiterativo en las distintas entradas de este blog, volver a decir lo mismo: por favor, no debemos arrojar ningún tipo de residuo a nuestras playas, pues muchas de ellas son inaccesibles a los equipos de limpieza y no hay forma de limpiar el litoral. Sólo la voluntad de los apasionados al medio natural que nos hartamos de trabajar de forma desinteresada es capaz de eliminar parte de los residuos que otros desaprensivos tienen la poca vergüenza de abandonar.


 ¿Alguien se ha parado a pensar en el dinero que gasta un estado en limpiar lo que los demás ensucian?, estamos quemando todas nuestras naves…
Por toda esta franja del litoral podemos observar enebros, sabinas, pino piñonero, cañaverales, dunas, dunas fósiles, acantilados de roca arenisca, placas de abrasión… y una importante avifauna, parte de las cuales podemos contemplar posadas en las rocas gigantescas que emergen como islotes desde el fondo del mar. 


Es importante hacer el camino de forma pausada, para dar tiempo a la marea a completar su ciclo, de bajante o llenante, da igual, el caso es contemplar distinto paisaje a la vuelta del que vimos a la ida. Así, veremos la diferencia de contemplar el Fysch o plataforma de abrasión marina con agua y sin ella, pues se


trata de una de las muchas obras de arte que nos ha dejado la naturaleza y su paciente erosión y abrasión, así  como, la erosión alveolar… un espectáculo que no debemos dejar de ver antes de irnos… irnos para siempre, queremos decir.



                                                 Ficha Técnica

Localización:  P.N. del Estrecho
Población: Tarifa  (Cádiz)
Distancia: 17 km
Dificultad: Baja

jueves, 20 de octubre de 2011

Vivac en el Aljibe (1092m)


Se llama vivac a la práctica de pernoctar en un ascenso. Haber calculado mal los horarios de nuestra ruta, una tormenta, un accidente o el simple placer de dormir en la montaña pueden llevarnos a la decisión de vivaquear, y cualquier montañero/a debe de estar preparado/a para ello.


Pero en la mayoría de los parques naturales a los que podemos acudir a practicar nuestra actividad favorita, resulta que está prohibida esta magnífica experiencia. La ley 8/2003, de 28 de octubre, de la flora y fauna silvestres, por citar una de las leyes y/o decretos que hacen mención a esto, prohíben acampar o dormir en el medio natural, salvo en zonas habilitadas para ello. Pensamos que por culpa de unos, al final pagamos todos. Vamos perdiendo libertades por culpa de la mala actuación de muchos seres humanos, y al final sucederá lo que nos canta Cutillas y los Autónomos en la canción de Juan el Cabrero.
"Una mañana temprano
Vino un hombre con sombrero
Que quería comprar el monte,
Sus paisajes, sus recuerdos…"


Cuando el viento sopla con fuerza en nuestro litoral, normalmente, en la montaña es aun mayor la velocidad de éste. El sábado por la tarde soplaba de levante (E) y en la sierra del Aljibe ocurre el mismo fenómeno que en la granadina sierra Nevadense: la humedad del aire proveniente del mar, hace que al subir a más de mil metros, se condense formando una gran nube visible desde la bahía de Cádiz. En el epicentro de esta niebla tuvimos el placer de levantarnos en la mañana del domingo, tras haber soportado toda la noche la placentera sensación de estar metido en la nube.
Como alcanzamos la cima a las 20:30, ya había oscurecido, y a las 22:15, tras la cena, subimos a la piedra donde se ubicaba el vértice geodésico a contemplar atónitos las luces nocturnas de las poblaciones de San Roque, La Línea, Algeciras, Vejer, Alcalá de los Gazules, Medina Sidonia, Paterna, Chiclana, San Fernando, Puerto Real, Jerez, El Puerto de Santa María, Rota, Benaocaz, Olvera, Casares… aunque es impresionante el balcón del que disponemos los gaditano/as a tan sólo 1100 m de altitud, también, es impresionante la contaminación lumínica que se desprende de estas poblaciones y el derroche de energía que se puede contemplar a esta altura ¿es necesario disponer de tanta iluminación durante la noche?
Como colofón de la actividad, a la bajada nos desviamos del camino para cavar un hoyo y plantar un quejigo


(Quercus faginea), que recibimos, gentileza de Landher, hace un año.

domingo, 16 de octubre de 2011

Cerro del Caballo (3011m)


Nos plantamos en la Hoya de la Mora (Granada) a buena hora (9:15), sin necesidad de madrugar (7:40 am), pues aún los días son lo suficientemente largos como para hacer con luz la travesía que nos planteamos hacía ya más de un mes y que por una cosa o por otra no pudimos llevar a cabo antes, y de lo cual nos alegramos luego, pues disfrutamos inesperadamente de un espectáculo único que sólo se repite cada década.
Pusimos rumbo a Borreguiles, para cruzar la loma de Dilar y acercarnos a los impresionantes Tajos de la Virgen, donde el camino se va elevando y te deja contemplar toda la depresión de Guadix-Baza, árida, debido a la proximidad del macizo de Sierra Nevada.


Tras una cadena montañosa próxima al mar, siempre se forma un desierto, pues esta barrera impide la llegada de nubes a la zona de sotavento. El aire proveniente del mediterráneo,  al elevarse a más de tres mil metros, se enfría a razón de 1,2 grados cada doscientos metros, aproximadamente, formándose nubes que se agarran a la montaña.


 El aire, ahora seco, baja hacia el norte alcanzando más temperatura de la que traía al pasar por el mar, por eso se forma el desierto en la zona antes mencionada.


Tras cruzar los Tajos, alcanzamos la cota máxima de nuestra travesía, con 3187m de altitud, lugar donde se ubica el refugio de Elorrieta, construido entre 1931 y 1933, y bautizado con este nombre en honor al director general de montes D. Octavio Elorrieta.


En los años 30 se construyeron varios refugios, y este era el único que tenía instalación de agua y grupo electrógeno. Consta de dos partes, y una de ellas está cavada a pico bajo la roca, formando una especie de galerías mineras, con ventanales desde los cuales, hacia el sur, se divisa la Alpujarra y el mar mediterráneo. Fue usado por los militares durante la guerra y postguerra. Hoy se encuentra en un lamentable estado de abandono, en el cual, en invierno pasas más frío dentro que fuera. Pero se están llevando a cabo tareas de desescombro, pues nos lo dijeron los trabajadores de Tragsa, a los que vimos con dos muleros (y sus mulas) bajando escombro y restos de basura que abandonan algunos pseudo montañeros que mejor se podían quedar en casa o en la plaza del pueblo.


Tras reponer fuerzas, a base de frutos secos y demás, continuamos nuestro viaje bajando a la cabecera del río Lanjarón, donde repostamos líquido y potabilizamos, pues el caudal es mínimo y te puede sentar mal. Justo sobre nuestras cabezas tenemos el Tozal del Cartujo (3150m), y el camino pasa bajo el desmoronamiento natural de este y del Peñón Colorado, zonas de mucho riesgo de caídas de piedras, sobre


todo en época de deshielo y durante tormentas de agua, algunos de nosotros usamos casco para pasar este basar, pues merece la pena cargarlo… te puede quitar un disgusto… nuestras cabezas podrán parlar mucho tiempo si las cuidamos. Bajo el Peñón hay un paso delicado que está perfectamente equipado con cadenas para asirnos a ellas y cruzar con seguridad.


Después de reiniciar la marcha tras la parada del almuerzo, pasamos junto a laguna Cuadrada, que aún tiene un nivel importante de agua, y alcanzamos la zona de Laguna del Caballo sin apenas dificultad, solo la caminata de unas 6 horas y media y la pesada carga fueron lo más tedioso, lo demás es fácil.


Ocho son las plazas del vivac del Caballo, y ocho eran los estudiantes de geología de la Universidad de Granada, quienes ocupaban el refugio, motivo por el cual, tras subir a cumbre y disfrutar del inmenso mar de


nubes que cubría toda la vista hacia la vertiente sur, y soportar el gélido aire que azotaba nuestros cansados cuerpos mientras conversábamos los 13 a 3011 metros de altitud.


Decidimos vivaquear fuera de la seguridad de la habitación, quedando la acción en: Nano y Miguel dentro del refugio, Enrique junto al refugio, en la pared oeste, cubierto por una media caseta ligera, y junto a la laguna, nosotros hicimos vivac. Cada vez que abría los ojos durante la fría noche, disfrutaba del espectáculo de las Dracónidas, en aquella noche del 8 de octubre. Un momento inigualable. Disfrutar la vida es saborear esos instantes que la naturaleza nos regala, y hay que aprovechar al máximo la oportunidad que nos brindan nuestras piernas, de poder dar un paso y después otro, para llegar a ese lugar en el que las sensaciones que vas a vivir merecen la pena el cansancio.
¿Si no canta el gallo no amanece?, no lo sabemos a ciencia cierta, pero por si acaso pusimos el reloj a las 7, y a oscuras salimos de nuestros cálidos sacos de plumón para desmontar la industria nocturna y desayunar té caliente y mucho más, para afrontar el camino de vuelta.


Paramos nuevamente en las derruidas instalaciones de Elorrieta en las que aprovechamos para comer algo más y charlar con algunos montañeros granainos que arreglan el país cada domingo en alguna cumbre nevadense, ya que nuestros políticos no saben hacerlo (lo de arreglar el país, sin embargo, para ir al Collado Jermoso con Callejas si tiene tiempo el Zapatero).


Dejamos atrás el valle del río Lanjarón, que aunque no es el Mississippi, a ritmo del mejor blues interpretado por Ry Cooder, o los mismísimos Gov´t Mule, fuimos bajando hacia la loma de Dilar y de ahí al coche.
Conclusión: hace falta que llueva con urgencia en Sierra Nevada, pues los caminos están polvorientos, las lagunas escasas, el borreguil casi inexistente y apenas queda un nevero en el canuto del Veleta; y por favor, que nadie más se dedique a arrojar basura en un entorno de tan alta biodiversidad como la existente en el macizo nevadense: BASTA YA.
  
                                          



lunes, 10 de octubre de 2011

FIN DE NUESTRO PROYECTO DEL LITORAL ATLÁNTICO


ROTA A SANLUCAR DE BARRAMEDA

Dado que el tiempo nos está dando una tregua para poder salir a navegar,  este fin de semana, decidimos terminar nuestra última etapa del Litoral Atlántico. Nos dirigimos a la villa de Rota, donde lo dejamos la última vez; Manolo nos estaba esperando en la playa de La Costilla, para darnos el apoyo, y en Sanlúcar, su hermano Juan Andrades, atleta nato,  nos recibió y nos acompañó en nuestro regreso.
Embarcamos en la playa urbana La Costilla, junto al espigón, Rota estaba aún despertándose  y sólo había unos cuantos transeúntes por su paseo marítimo, se podía divisar entre sus casas encaladas de blanco su Castillo de Luna del s. XIII y la Parroquia de Ntra. Sra. De la O del S. XVI.


A la mitad de la playa avistamos una rompiente bastante adentro y es la que produce las olas al chocar con los muros de los corrales de pesca por lo que empezamos a abrir rumbo para no acercarnos a los corrales ya que se estaba produciendo la bajamar y nos daríamos con las rocas.
Los corrales de pesca es una técnica de pesca milenaria,  de la época de los romanos, y ha pervivido hasta nuestros días. Consiste en un cercado de piedra ostionera y lajas de forma más o menos circular y de una altura de metro y medio, y se construye en la zona que queda al descubierto durante la bajamar. Cuando llega la pleamar el corral se inunda llenándose de peces, moluscos y crustáceos, que cuando llega la bajamar quedan retenidos en su interior y es aprovechado por los pescadores corraleros para capturarlos. Los muros tienen una disposición en pendiente, de manera que es más estrecho arriba que abajo, de esta forma se sostiene la entrada de agua en su interior y también evade las agresiones de las olas. Toda esta técnica de pesca tiene toda una parafernalia de terminología en su desarrollo.
Actualmente estas construcciones han sido declaradas Monumento Natural por la Consejería de Medio Ambiente, por una parte para protegerlos del furtivismo y también porque tienen una función de arrecife en defensa de las arenas de la playa y como zona de refugio, cría y engorde de las especies pequeñas.
Una vez pasas los corrales llegas a Punta Candor donde se encuentra el Parque Natural de la Almadraba rico en pino piñonero y retama blanca, y donde según la vox pópuli, muere el levante.


Una de las especies emblemáticas  de esta zona es el camaleón (Chamaeleo chamaeleon) que ha sido objeto de varios programas de conservación pero sigue siendo una especie en peligro de extinción. El pinar de la Almadraba es uno de los pocos recursos naturales que les quedan a los roteños/as después de que nuestro régimen franquista les expropiara sus tierras (más de 6000 acres) por unas míseras pesetas y se las entregasen a los yanquis con todo tipo de garantías, así es, aunque parezca increíble, si un roteño quiere cultivar las tierras que están dentro de la base, les tienen que pagar un alquiler a los americanos… acaso esas tierras no han sido, desde que la tierra es tierra, de los roteño/as…
España es el segundo país que mayor comisión de su P.I.B dedica a armamento, por detrás de EE.UU. A ver si los españoles/as reflexionamos un poquito sobre esto…
Después de todos los inconvenientes que genera tener una base naval en sus tierras sus habitantes tienen que soportar el estridente ruido que generan los enormes Galaxy militares que pasan a ras de sus casas, nosotros tuvimos la ocasión de sufrir este acontecimiento mientras navegábamos.


Una vez pasas Punta Candor te adentras en la urbanización de Costa Ballena, otra urbanización más de la que pueblan nuestro litoral, cada vez más, vamos viendo como nuestro litoral se va deteriorando debido a un desarrollo turístico mal planificado, y esto ocasiona a 


nuestras costas a padecer graves problemas de saturación urbanística, contaminación, destrucción de espacios naturales y erosión costera. Todo este boom turístico es el responsable de toda la especulación inmobiliaria y de los planes urbanísticos de las localidades del litoral, que en su afán de construir y ganar dinero no tiene en cuenta la calidad de vida de sus ciudadanos  y menos aún de cuidar de su Patrimonio Social, Cultural y Ambiental. Todo este fenómeno lo vemos reflejado en nuestro litoral desde Cádiz hacía Sanlúcar, donde la degradación del litoral es evidente. Y para mas pesar, en época invernal, es triste ver toda esa mole de hormigón y ladrillo desierta… ¿merece la pena destrozar el entorno para 3 o 4 meses de disfrute?
Conforme nos vamos acercando a Chipiona lo hacemos por detrás de las balizas indicadoras de la playa para bañistas, en cada una de ellas se posa un  charrán patinegro  (Thalasseus sandvicensis), creo que es de la subespecie de sandvicensis, que son los que se crían por las costas atlánticas y las mediterráneas, era muy curioso verlos enfilado cada uno en su boya, algunos incluso se peleaban por competir por una, será que le gusta su balanceo… y lo bonito es que se dejan que te acerques bastante con la sigilosa embarcación que llevamos.


A lo lejos divisábamos una rompiente bastante crecida y creíamos que eran corrales de pesca pero miramos el GPS y se divisaba como un islote y es que nos encontrábamos en el arrecife de  Piedra Salmedina a unos 7Km de Chipiona es donde se erigía el primer faro en época romana que estaba unido a tierra y con las regresiones marinas se ha ido separando del itsmo.
El procónsul Quinto Sevilio lo mando construir para que los navegantes  que se adentrasen en el río Betis no colisionaran con él. Por lo que el asentamiento romano se encuentra bajos sus aguas.


Actualmente vimos que se encuentra señalizado con una baliza marítima de color amarillo y negro. Desde aquí podemos contemplar el santuario de Ntra. Sra.  de Regla en plena línea de playa, y cómo no, su enorme faro de 62m por eso es el más alto de España, construido sobre sillares de arenisca y piedra ostionera. 


Tiene como misión guiar a los navegantes que se adentran en el río Guadalquivir que también es el único navegable de España, y sirve de guía a los aviones ya que su haz de luz se expande en dirección vertical como horizontal. Una vez surcamos la Punta Perro donde había muchas personas pescando a caña, la navegación cambió a un mar más revuelto por el choque de las olas contra el espigón de todo el paseo marítimo de Chipiona y también por la presencia de los corrales de pesca. 


Una vez pasado este tramo ya empiezas a divisar al fondo el Parque Nacional de Doñana y sobre todo te adentras en el río Guadalquivir, que también lo describió A. Machado cuando le hablaba en su poema “ Guadalquivir” … y que nada tiene que ver con el Guadalquivir contaminado que tenemos hoy.


Gradualmente nos vamos adentrando en los 4 Km de su estuario y vamos remontando su cauce hasta que llegamos a la playa de Bajo de Guía en Sanlúcar de Barrameda, desembarcamos junto al Club de Actividades Náuticas Eslora, que dispone de unas excelentes instalaciones para las embarcaciones y de un varadero.  Algunos ayuntamientos deberían imitar  cómo  distribuyen los espacios en este club.
Cuando comenzamos este proyecto empezábamos con una canción de Rosendo, “A veces cuesta llegar al estribillo”, donde nos dice “El primer paso es, sin duda imprescindible, tener algo que contar… a veces cuesta llegar al estribillo…”; la verdad es que tengo tantas cosas que contar de estas travesías que no sé por dónde comenzar…
Lo más importante para nosotros ha sido que hemos sido capaces de terminar, hemos llegado al final… hemos vivido cientos de sensaciones, emociones, nos hemos enternecido con imágenes de animales a nuestro alrededor, nos ha  fascinado muchas vistas hermosas, amaneceres, crepúsculos, hemos vivido nuevas impresiones que desconocíamos y nos hemos sobresaltado..
Pero también nos ha entristecido algunas brutalidades cometidas con el medio ambiente, ver como nuestro Patrimonio Histórico poco a poco va desapareciendo sin que nadie haga nada. Determinados comportamientos humanos, avaros y sin escrúpulos, en los cuales lo importante es quedar siempre por encima de todo y todos son los culpables del deterioro de nuestro litoral.
Hemos navegado cerca de todo tipo de embarcaciones desde grandes buques hasta las piraguas que son las más pequeñas pasando por los diferentes tipos de vela.
Hemos pasado por cinco Parques Naturales y un Parque Nacional; y hemos tenido ocasión de conocer las diferentes técnicas de pesca tanto las más actuales como las que se vienen desarrollando desde épocas milenarias como la almadraba o la pesca en corrales. Y hemos recorrido 215 kms de costa.


Para terminar este relato, no sin antes, hacerlo con la “Canción del Pirata” escrita por el poeta extremeño del Romanticismo José de Espronceda y cantada por Tierra Santa que refleja nuestros sentimientos por el mar y resume muy bien nuestra pequeña aventura marinera… 
“Es mi barco mi tesoro
es mi dios la libertad,
mi ley la fuerza del viento
mi única Patria la mar”

Por eso siempre llevamos con nosotros nuestra pequeña bandera pirata…


domingo, 2 de octubre de 2011