lunes, 18 de febrero de 2013

GRAZALEMA - BENAOCAZ - UBRIQUE


Hay muchas maneras de unir poblaciones, y si tratamos de configurar una travesía no muy larga, para poder realizarla en una jornada, lo mejor es conocer bien el entorno, así, no incurriremos en la posible pérdida de orientación, con los retrasos que eso supone.
Para ello, tuvimos que enlazar dos caminos: el que sube a la cueva de las dos Puertas, el arco calizo del Endrinal, con el que atraviesa el Cancho de la Berejuela hacia Pocillo Verde, por una zona en la cual no habíamos caminado nunca, aunque si lo habíamos recorrido a vista, desde alguna cumbre cercana, y eso ya es tener adelantada la tarea.


Luego, hubo otro tramo, desde Benaocaz a Ubrique, por el cual hacía años que no pasábamos, y ya a esa altura de la jornada, el aparato gps se habría quedado sin alimentación… pero no hubo mayor problema que el propio de una jornada entretenida y lo suficientemente longeva como para cansar a un personaje cuasi incombustible. 


Para llevar a cabo esta empresa, comenzamos nuestra singladura en la plaza del pueblo, subiendo por el camino que lleva a la ermita del Calvario, y avanzando con el sol todavía 


bajo, hacia la cueva que mencionamos en el segundo párrafo, pero sin llegar a ella, pues la ruta ya es bastante entretenida. 


Una vez alcanzado un enorme collado kárstico, con mucho patio hacia el Este, vamos, por intuición, buscando una trocha que nos facilite la incorporación a un viejo y conocido camino de nuestra sierra. Una vez en el, la llegada a Pocillo Verde sólo era cuestión de tiempo, pero antes de arribar a este carismático enclave, paramos a cambiar de sitio algunos de los víveres que guardábamos en nuestro zurrón. 


Este año la Charca está pletórica, y más que se va a poner. Continuamos la marcha hasta Navazuelos, contemplando por enésima vez las dos cumbres principales de la Sierra del Endrinal, y dejando al Sureste el Pico sin Nombre. Hay bastante agua en esta nava, y en poco tiempo llegamos al Pozo de las Nueve Pilas, junto a la Casa de Fardela.


Desde la casa a Benaocaz, es un paseo, y antes de la Fuente del Tejar, paramos a dar trabajo a nuestro sistema digestivo, pues llevábamos seis horas y media dejando nuestra impronta a lo largo de la montaña, y aun quedaba un largo trecho.


La manduca tuvo consecuencias nefastas, que cuasi dan al traste con nuestro objetivo (reto), pues me entró una morriña que por muy poco me deja dormido de pie. Menos mal que al pasar el área recreativa del Cintillo, y tomar la empinadísima cuesta que asciende a 


Sierra Baja, la sangre se dividió entre estómago y piernas y no dejó lugar al cerebro para pensar en tonterías somnolientas.


Este inclinado tramo, es precioso, y no nos acordábamos de el, una suerte, pues fue como volver a descubrirlo… eso es lo bonito de la amnesia, que te crea nuevas emociones, como ocurre cada vez que escuchas a Robert Cray sacando blues de todas sus cuerdas: las vocales y las de su Fender Stratocaster.


Durante esta nueva ascensión pasamos junto a un repetidor de señal de televisión, que hace que esta entre al valle donde se ubica la capital de la manufacturación del cuero. El paso junto al Cerro del Atochar es uno de los parajes más espectaculares de nuestra


cercana serranía, pues de trata de grandes simas, cortados, bloques de caliza desprendidos, lapiaces, y una gran diferencia de nivel con el paisaje que nos rodea, lo que aumenta la perspectiva y la sensación de vértigo.


Atravesamos un gran altiplano, en el que hay sendos aljibes, muy bien restaurados desde los cuales se abastece de agua al ganado. Allí estuvimos un rato dándole caña a la bomba manual para contribuir a llenar el pilón, en agradecimiento por habernos permitido el paso a tan bello lugar. Es lo menos que podemos hacer, a parte de no tirar nada al suelo, ni a la vista, ni escondiendo la basura, como es costumbre de algunos desaprensivos.


Pasando la Casa del Algarrobal, nos acercamos a la enorme pared que cae a plomo desde el Cerro de los Batanes hacia Ubrique, lugar donde arribamos, diez horas después


 de haber comenzado a caminar, y tras cruzar todo el pueblo, entre gentes disfrazadas y música de carnaval, terminamos la travesía con muy buenas sensaciones. Tocaba descansar, que al día siguiente le metería el diente a la Octubre Rojo (V+) y a la maravillosa Cósmica, que tiene un paso espeluznante para un dominguero como yo, a 65 metros del suelo… que miedo se pasa cuando tienes que hacer 6 metros sin poder meter un friend.

Datos Técnicos:

Localización: Parque Natural  Sierra de Grazalema
Población: Grazalema - Benaocaz - Ubrique (Cádiz)
Altitud Máxima: 1351m
Distancia recorrida: 24 kms
Desnivel: 1500 m
Tipo de Trazado: Lineal
Clima: Media montaña

jueves, 14 de febrero de 2013

RONDA - VILLALUENGA DEL ROSARIO


Cuando quieres hacer una ruta larga no te queda más remedio que madrugar, así que, comenzamos nuestra marcha bien tempranito, a las 9:15 estábamos bajando la cuesta del Cachondeo, un camino empedrado que va bajando al río Guadalevín y desde el cual 


tenemos unas bonitas vistas del Puente Nuevo, construido en el s. XVIII para unir los dos barrios importantes de la ciudad en aquella época, el de origen árabe y el Mercadillo. Y si queremos contemplar más de cerca el paso del agua por el puente nos podemos acercar al mirador de la Puerta de Cristo, donde puedes admirar como el agua corre por lo abrupto del terreno y su fuerza motriz ha servido para que en la zona se desarrollase molinos de harina y batanes, que hoy día evidentemente se encuentran en estado ruinoso, si seguimos hasta el fondo nos encontramos con la central eléctrica.


Al final de esta cuesta, habrá que ascender de nuevo, para ganar el Puerto de La Muela, cruce de caminos, y nos adentramos ya en la zona que nos va conduciendo a la cuesta de la ermita de Montejaque, pasando por las inmediaciones del 4º tercio Alejandro Farnesio de La Legión. La estación nos sorprende con bellos almendros en flor y rodeados de casas de labor y pequeños huertos en los que vemos hombres trabajando la tierra.


Esta zona es muy conocida por los que hemos participado en la famosa carrera de los 120 kms en MTB, con el eslogan: La Legión contra la droga y al servicio de España. De hecho en nuestro recorrido nos encontramos con varios ciclistas, pues el trazado es perfectamente ciclable.


Actualmente la Consejería   Medio  Ambiente ha recuperado este camino que unía Ronda con Montejaque y no presenta ningún tipo de problemas en su señalización.
Seguimos ascendiendo unos cuatro kilómetros por este  camino rodeado de tierras dedicadas al cultivo de cereales, pinares y olivares,  y ya en su parte más alta y rodeada de un gran polje  podemos divisar la ermita de la virgen de La Escarigüela, que cuenta la leyenda que salvó a la población de Montejaque de la peste.  Es una pequeña ermita del s. XVIII y que la población de Montejaque celebra en mayo su romería.


Bajamos por un camino mitad empedrado mitad cemento  que parte desde la misma ermita y va descendiendo de forma zizagueante hasta la carretera que nos conduce hasta el pueblo. Cuando llegamos a éste nos esperaba una banda de música con su pasacalle multicolor de  pequeños personajes disfrazados...era día de carnaval en el pueblo.


Una de las calles nos indica la salida a los Llanos de Líbar, tras recorrer unos Kms de pista cementada salimos del pueblo y nos adentramos en la zona de los llanos, que te llama la atención por su riqueza paisajística, rodeada de grandes paredes de caliza y que geomorfológicamente te puedes encontrar con dolinas, , cuevas, torcales, simas...


Una vez nos alejamos del pueblo y ascendemos al primer puerto nos vamos encontrando con las primeras encinas, donde los numerosos guarros van engordando para luego ser sacrificados y a los que les gustan los buenos placeres culinarios pueden disfrutar de un 5J.


Una vez arriba del puerto podemos contemplar las hermosas vistas de los Llanos del Pozuelo y los Llanos del Baldío, dos poljes que se han consolidados en estos terrenos configurando un valle rodeado de calizas y los arroyos que aquí se forman no tienen salida por lo que su agua resplandeciente ante los rayos del sol, se ve correr por el suelo vegetal y son absorbidas por los sumideros.


A este primer llano le sucede otro más lineal y donde la encina se mezcla con el quejigo formando una rica dehesa donde se ven pastar las vacas, ovejas y guarrinos.


Llegamos al Cortijo de Líbar, que hoy día, funciona como refugio. Los Llanos de Líbar se encuentran franqueados por la sierra del Palo, sierra de Juan Diego, sierra de Libar y Mojón Alto y sierra de Montalate.

El sendero cruza todo los llanos y dejamos a la izquierda el cortijo del Correo y el sendero que te lleva a Cortés de la Frontera, nosotros cogemos el de la derecha que te conduce a los Llanos del Republicano y vamos ascendiendo por el Puerto del Correo y  el descenso te lleva a la Sima del Republicano. Para terminar nuestro recorrido en Villaluenga del Rosario.

Datos Técnicos:

Localización: Parque Natural  Sierra de Grazalema
Población: Ronda (Málaga)
Altitud Máxima: 1027m
Distancia recorrida: 31 kms
Desnivel: 1308 m
Tipo de Trazado: Lineal
Clima: Media montaña


lunes, 4 de febrero de 2013

CERRO DE LA ALCAZABA por el Pinsapar de la Yedra


Mientras mis mullidas manoplas descansan en el cajón superior de mi armario de montaña, mis manos sufren  las inclemencias más severas a las que se pueden someter en invierno. Las rachas de viento superarían los 100 km/h en algunos momentos, provocando una pérdida de calor corporal inmediata. Costó trabajo encontrar un refugio adecuado para poder calentar un reconfortante té de altura, pero se consiguió, así, el momento del bocadillo sería más ameno. Montañismo en estado puro, por caminos poco frecuentados, con vertiginosas paredes a nuestro alrededor y unas espléndidas vistas de la unión de dos mundos mineralmente opuestos: La peridotita y la caliza.
Igualmente opuesto resultó, remar por nuestra bahía en las estrechas embarcaciones el viernes, y comenzar a caminar a pocos grados y muchos metros de altura, unas 14 horas más tarde, pero, la cabra tira al monte, y esa es nuestra principal afición.


Llegando a Quejigales, hay un cruce de carriles junto a una tranca verde y blanca, que es el camino de Parauta a Tolox. Nos bajamos del coche en este punto, y comenzamos a caminar hacia el llano de la Laguna por el carril, en dirección al Puerto de las Golondrinas. El fuerte viento estaba haciendo lo
suyo con las ventanas de la majadilla de Paco Aguera, e intentamos cerrarlas desde el exterior, sin éxito; Esperemos que no le haya roto ningún cristal.


Durante el rodeo del Cerro de la Alcazaba, veremos el camino, que al principio se sostiene por un


murete de piedra seca, por el cual ascendemos al Puerto de la Perdiz, contemplando en lontananza a nuestras espaldas, el Puntal de la Mesa y el precioso Pinsapo de la Falsa Escalereta.


Cuando alcancemos el pinsapar que da título a la entrada, podemos hacer dos cosas: afrontar la subida por la directísima, o bien continuar hasta cruzar el arroyo de los Quejigales y disfrutar de una zona de pozas y angostas cascadas.


Las rachas huracanadas nos quitaron el ánimo de subir a lo más alto del cerro, bordeándolo y


 aproximándonos hacia Cerro Pilones, y pararíamos en un enclave en el que conviven quejigos con


pinsapos, dando un aspecto único al lugar; Tan único, como cuando reúnes a músicos de la talla de Mike Portnoy, Pete Trewavas, Roine Stolt y Neal Morse, o lo que es lo mismo: Transatlantic.



Ver pasar las nubes a una velocidad espeluznante por encima de nuestras cabezas mientras reponíamos la energía consumida en la subida, también fue muy placentero.


Al bajar, quise investigar un atajo, a ver que salía, y para comprobar su eficacia, nos separamos, atrochando Fran por un lado, e Isabel por otro, cuasi coincidiendo al cruzarnos unos 20 minutos después, donde mi trocha se unía al carril que de nuevo nos llevaba al coche.
Otro precioso recorrido llevado a cabo en este espectacular enclave, para dar rienda suelta a nuestra necesidad de disfrutar la naturaleza. El domingo, disfrutaría de la cabuyería, los mosquetones, el freno, el shunt, el V+, los pies de gato, y la grata compañía de mi fiel compañero de cordada, Nano, en el Tajo del Buho, en Tarifa.