domingo, 25 de enero de 2015

Villaluenga – Reloj – Simancón

Aprovechando las nevadas de la semana y las gélidas temperaturas acompañadas de vientos de componente Norte.
El swing que nos proporciona un temazo brutal como Sista Jane, de Black Country Communion, donde Glenn Hughes, Joe Bonamassa, Jason Bonham y Derek Sherinian, nos llevan al orgasmo sonoro en un final de canción donde hacen un guiño alucinante a uno de los clásicos de clásicos: Won´t Get Fooled Again, de los increíbles The Who…  sería suficiente como para dejar de escribir…
No tuvimos más remedio que aparcar el coche en Villaluenga del Rosario, para subir por la canal directa a la Sierra del Caíllo, sin hacer cumbre en el Navazo alto, y tomando a la derecha, en el collado, el camino que sube al Reloj.
El espectáculo de estos grandes lapiaces cubiertos de nieve, solo se puede vivir en contadas ocasiones…

No es necesario describir nada más, pues son caminos más que conocidos y no nos gusta redundar… que las imágenes hablen por nosotros.




















                         

viernes, 23 de enero de 2015

Levadas y 25 Fontes

Levar, del portugués, se traduce como conducir. De ahí podemos concluir que las levadas son conducciones de agua. Hace muchísimos años, en época colonial, al ver que en algunas partes de la isla había mucha cantidad y en otras muy poca, se empezó a construir esta impresionante red de acequias, de poca pendiente, para así transportar el líquido elemento por toda la isla de Madeira.
Al pasear por las calles de Funchal, sobre todo por avenida Monumental, que es la zona donde se congrega la mayor oferta hotelera,  vemos la cantidad de oficinas de treking que operan en la isla… más que bares en cualquier ciudad andaluza.
Levadas walking es el producto estrella de todas las compañías de guías. También hay a nuestra disposición oferta ciclista, con paseos urbanos o interurbanos, de btt, o Downhill . Usan buen material: Cannondale, Rose Bikes, y marcas reconocidas.
Visto esto, no podemos abandonar la isla sin adentrarnos en una levada y comprobar de primera mano cual es el tesoro que esconden. Miramos nuestro mapa de carreteras, que te lo entregan con el coche, y en el altiplano de Paul da Serra, hay una población llamada Rabaçal, y de ahí hay poca distancia hasta un topónimo que reza 25 Fontes (Esto lo hemos visto en el escaparate de abajo, dijimos).
No tiene pérdida, pues cuando vas por la ER-110, ves el aparcamiento lleno de vehículos, y los carteles indicativos. Rabaçal, no resultó ser una población, si no dos casas deshabitadas al final de una estrecha carretera por la cual sólo se puede bajar en micro bus… o andando. Habrá unos 3 kms y el paseo merece la pena, pues ya vas entre enormes brezos.
Una vez en la casa, hay cartelería que te invita a caminar hasta la cascada de las 25 fuentes, y más adelante, el camino se bifurca con la posibilidad de visitar Risco. Es un paseo de unos once kilómetros en total, muy suave, pues caminamos junto a una levada (acequia, para los granaínos). La altitud de Rabaçal es de 1065m, la foresta es espectacular, y a partir de aquí, alucinamos viendo brezos con un tronco que no tienen nada que envidiar a cualquier alcornoque gaditano. Un porte arbóreo absoluto para lo que nosotros conocemos como un matorral o arbusto. Sólo en el parque de Anaga y en la reserva de Tilos, en Canarias, hemos visto algo semejante.
Tanto es así, que estás caminando por un patrimonio natural, una reserva de foresta del terciario, una masa primigenia, una humedad absoluta, un verdor excepcional… el amor por la naturaleza se ve enormemente recompensado. Show Me Love, ya nos lo recuerdan los dublineses Delorentos.
Una vez llegamos a 25 fontes (aconsejamos ir primero a Riscos), vemos una cascada enorme, que se precipita a una poza, sobre la que vierten, supuestamente, 25 fuentes… no las contamos. La cascada de Riscos, es todavía más alta, y el camino que pasa por debajo del agua, está cerrado, pero desde el mirador tienes una perspectiva buenísima.
Es un camino estrecho, en algunos tramos, y bastante transitado… paciencia.
Y para terminar, algo que nadie debe perderse, es un fin de año en Funchal. ¡Brutal!, con decir que diez cruceros se dieron cita en el puerto y la Bahía, para ver el espectáculo pirotécnico.














Acariciando un Brezo

domingo, 18 de enero de 2015

Peñón de Enamorados y Cerro de la Alcazaba

Eran las 7:40 de la mañana, y tras haber escuchado un gran programa de Peligrosamente Juntos, Pilar Arzak  nos deleita los sentidos con Everlasting Arms, de Luke Winslow-King, que estará de gira por España en estos días. Un gustazo sonoro para ir calentando sentimientos mientras circunvalamos Ronda, camino del área recreativa Quejigales, donde comenzaríamos a degustar el camino cuando no eran las 8:45, tras un reconfortante té de altura.
Tras subir por la cañada de las Ánimas, no sin antes haber saludado al jerezano Adrián y sus compañeros, pues nos encontramos todos los años por estas tierras, empezamos a disfrutar la gélida cencellada que se había producido la tarde noche anterior.
¿Dónde vamos?, no se… ¿Peñón de Enamorados?... y después, nos fuimos directos al cerro de la Alcazaba, donde refugiados en el interior de aquella gigantesca peña caliza con forma de muela, como si de un cono volcánico se tratase, pudimos rendir cuentas de las viandas transportadas en las mochilas, así como, calentar un té a base de darle al Primus.
Para terminar, lapiaz gigante y conexión con el camino de la sierra de las Nieves… subimos a la antena de los Pilones y bajamos por la cañada del Cuerno hasta dar con la vereda del “milquinientos”, para regresar pronto al coche, que hacía un frío intensísimo… preludio de la fuerte tormenta que nos acompañaría al día siguiente.
Sin lugar a dudas, la mejor de las actividades que podemos hacer vestidos.























                                    

miércoles, 14 de enero de 2015

Pico do Ruivo (1862m) desde Pico do Arieiro (1810m)

Tocar la guitarra, bailar y cantar con la energía que derrocharon Talking Heads durante aquel mítico Stop Making Sense en 1984, requiere un estado de forma física excepcional, además de una exuberante cantidad de magia y sentido del ritmo.
Con esto no queremos decir que haya que ser un atleta para alcanzar la cima más alta de Madeira, pero hay que dejar claro que el paseo comporta un desnivel de unos 1300 metros, y eso que el pico de Arieiro, donde dejamos el coche, se eleva 1810m sobre el mar atlántico, visible desde arriba.
Desde Funchal, tomamos la carretera ER 103, y en un vertiginoso ascenso, llegaremos a esos 1810m de altitud, la segunda altura de la isla; junto al aparcamiento, hay restaurante, tienda, y desde 2011 una E.V.A. del ejercito. El trazado que nos va a llevar hasta el pico Ruivo, está trabajado a conciencia, con escaleras, pasamanos, señalización, miradores… una verdadera obra de ingeniería que convierte  este recorrido, en  toda una delicia para la mayoría de los turistas que arriban a este pequeño archipiélago.
Estamos ante el PR 1, y al poco de comenzar, ya rebasamos la primera y más vertiginosa de todas las aristas por las que discurre el camino. Las vistas a diestro y siniestro de todos los barrancos que nos rodean son verdaderamente espectaculares. Nos podemos empapar de toda la geología de la isla, y ver como se elevó todo el material que emergió de las erupciones volcánicas que conformaron Madeira.
Al poco de comenzar, hay que desviarse unos metros para alcanzar el mirador Ninho da Manta… merece la pena.
Tras una vertiginosa bajada, por una escalera con peldaños “talla alemán”, llegamos a una bifurcación anulada, pues a causa de unos desprendimientos, la posibilidad de hacer el camino de vuelta por la vereda occidental, la de los túneles, está clausurada de momento. Están trabajando en ello.
El fenómeno del mar de nubes es casi diario, por lo que aconsejamos madrugar, así poder disfrutar de las vistas durante la ida, pues casi seguro que a la vuelta nos sumergiremos entre la espesa niebla.
Otro desprendimiento, ha anulado el paso en el tramo final, antes del refugio, y hay que tomar el túnel  hacia el pico Arieiro, para desviarnos a la derecha, nada más cruzarlo, y afrontar un tramo que no sabemos si es provisional o definitivo, en el cual hay instaladas unas escaleras metálicas vertiginosas, que tienen pinta de no durar muchos años, y tras volver al camino original (rodeo que añade unos 45 minutos a la ruta y un desnivel asombroso) ya sólo nos queda un tramo incendiado y en regeneración, hasta llegar al refugio y posteriormente a la cima más alta de la isla, desde donde tenemos tres miradores excepcionales, para que no nos perdamos ni un solo ápice del maravilloso paisaje que nos rodea. Hasta la avifauna local se recrea con esta maravilla.

Desde aquí  tenemos una encrucijada con varias opciones, una de ellas sería llegar hasta Encumeada, pero hay 11 kilómetros, y luego hay que volver… prácticamente es inviable.