viernes, 3 de agosto de 2018

Soteska Vintgar (desfiladero). Spondje Gorje.


Tras la visita a Tarraco y al Mont Caro, seguimos conduciendo dos días más, por la Côte d´Azur, y luego por los Alpes Marítimos, rumbo al Este. Estas autopistas italianas son estresantes, pues es una consecución de túnel y puente, sin arcén y con muchísima curva.  Al entrar en Eslovenia, compras en la primera estación de servicio una viñeta que se pega en el parabrisas. Por 15€ puedes circular por autopistas durante una semana…
Llegar a la antigua Yugoslavia y deleitarnos de sus paisajes, sus gentes y su gastronomía, en nuestro propio vehículo, fue un momento cargado de emotividad. La capital es un ejemplo de convivencia y cultura donde la bicicleta y el transporte público son los verdaderos líderes del desplazamiento. Tras dos días en la hermosa Liubjana, y haber comprado el último disco de Jack White, en vinilo (aquella maldita tienda de discos casi provoca el final del viaje), nos desplazamos a la zona del lago Bled, donde hay un centro de entrenamiento olímpico de piragüismo.
El trabajo del que fuera miembro de los White Stripes es una pasada. Ahora mismo, pocos músicos hay en escena con la capacidad inventiva de este entrañable ser humano.
En Spondje Gorje vemos las indicaciones para acceder a Vintgar, una hermosa garganta erosionada en uno de los terrenos kársticos más impresionantes que jamás habíamos visto. Posee un camino elaborado para que los turistas la podamos recorrer al completo, a modo de desfiladero, y hay que pagar una tasa de 5€ para poder acceder.
Las cristalinas aguas que tenemos frente a nosotros fluyen por Radovna Valley, afluente del gran río Sava, frente al cual estuvimos durmiendo durante tres días, y provienen del macizo del Triglavski Narodni Park, en lo que se conoce como Alpes Julianos.
Los saltos de agua se suceden a lo largo del camino. Es una zona muy turística, por lo que se recomienda acudir temprano; no hace falta llevar mochila, pues encontraremos un bar durante el recorrido en el cual podremos avituallarnos, y no es nada caro.
El camino lo hicimos de ida y vuelta… y al poco de acabar la ruta empezó a llover. Tres días en Eslovenia y los tres lloviendo.
El lago Bled tiene una isla en el centro, y se alquilan barcas para llegar.

Un paseo para el cual no se precisa titulación ni experiencia, sólo ganas de disfrutar.

El caudal es importante, y la transparencia del agua es sorprendente.

Las zonas boscosas, a mediados de julio, están exuberantes. 

Saltos, rebufos, contras, piedras lloronas... encontramos de todo.

La pasarela efectúa cambios de una margen a la otra a través de estupendos puentes.

Isabel observando a los salmones.

El paseo es corto, pero muy recomendable.

Un lugar espectacular, sin duda.



La cascada más alta del recorrido.



En crecidas tiene que ser impactante.

En estas fechas se puede bajar al cauce.

Esquema del Parque.

El río Ljubljanica al paso por el centro de la capital eslovena.

5 comentarios:

  1. Como te curras las entradas, rapaz.

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    1. Pues es muy de agradecer que digas eso, precisamente tu.
      Un abrazo, amigo, y muchas gracias por leernos. Salud.

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    2. No tengo paciencia para escribir. Solo tengo energía para soñar y vivir la aventura. De hecho, mi blog es un desastre.

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  2. Increíblemente precioso ya hemos curioseado más de una vez toda esta república y creo que merecería la pena un paseito por la zona, ¡¡¡me voy a tener que jubilar ya!!!, gracias por compartir tan bellos paisajes, saludos cordiales

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    1. Gracias a ti, Carlos.
      Lo cierto es que es un país impresionante. Unos bosques que no estamos acostumbrados a ver, y unos ríos bastante fríos y con un color increíble. La limpieza y la educación ayudan mucho, desde luego. Las montañas son fabulosas y ofrecen una cantidad de caminos excelentes. Hay tema para estar un mes allí.
      Saludos.

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