Valdevaqueros por la mañana temprano, en octubre, suele estar
desierto, o casi, pues es muy difícil hoy en día encontrarse solo en casi
ningún lugar, pero precisamente por eso vamos… a buscar la compañía de la
soledad. Esa soledad que nos llena de emoción, y que tanto tiempo empleamos en
conseguir.
Una vez dejas atrás la majestuosa duna de la Ensenada de
Valdevaqueros entras en una zona de pequeñas calas, en las cuales con pleamar
tienes que ir subiendo por el sistema de dunas o de acantilados, según el sitio
en el que nos encontremos, para sortear el barrido de las olas, si no queremos
mojarnos. Parece que nos hemos propuesto caminar por tierra las sendas de agua
que hemos marcado este verano… pero la verdad es que las perspectivas cambian
mucho, y la manera de disfrutar también. Caminar por este tramo de nuestra
costa atlántica es ir contemplando toda la morfología que el litoral nos ha
dejado por el resultado
de la acción del mar con sus olas, mareas… sobre los
materiales de la costa y acompañados de la influencia meteórica como puede ser
la fluvial y la eólica tan fuerte en esta zona como consecuencia de los fuertes
vientos que van moldeando nuestra costa. Lo podemos observar aquí en
Valdevaqueros donde encontramos dunas móviles y a lo largo de la costa con
dunas fosilizadas.
Es importante, aunque suene reiterativo en las distintas
entradas de este blog, volver a decir lo mismo: por favor, no debemos arrojar
ningún tipo de residuo a nuestras playas, pues muchas de ellas son inaccesibles
a los equipos de limpieza y no hay forma de limpiar el litoral. Sólo la
voluntad de los apasionados al medio natural que nos hartamos de trabajar de
forma desinteresada es capaz de eliminar parte de los residuos que otros
desaprensivos tienen la poca vergüenza de abandonar.
¿Alguien se ha parado
a pensar en el dinero que gasta un estado en limpiar lo que los demás
ensucian?, estamos quemando todas nuestras naves…
Por toda esta franja del litoral podemos observar enebros,
sabinas, pino piñonero, cañaverales, dunas, dunas fósiles, acantilados de roca
arenisca, placas de abrasión… y una importante avifauna, parte de las cuales
podemos contemplar posadas en las rocas gigantescas que emergen como islotes
desde el fondo del mar.
Es importante hacer el camino de forma pausada, para dar
tiempo a la marea a completar su ciclo, de bajante o llenante, da igual, el
caso es contemplar distinto paisaje a la vuelta del que vimos a la ida. Así,
veremos la diferencia de contemplar el Fysch o plataforma de abrasión marina con
agua y sin ella, pues se
trata de una de las muchas obras de arte que nos ha
dejado la naturaleza y su paciente erosión y abrasión, así como, la erosión alveolar… un espectáculo que
no debemos dejar de ver antes de irnos… irnos para siempre, queremos decir.
Ficha Técnica
Población: Tarifa (Cádiz)
Distancia: 17 km
Dificultad: Baja
Hola Isabel, ¿Eres marinera en tierra o caminante en la mar?
ResponderEliminarBonitos relatos como nos acostumbras a enseñar pero te veo añorante de estelas. Como describes, las rutas de nuestras costas atlánticas cambian mucho con las mareas, al igual que los caños. Se puede caminar, rotar, navegar.... por estas sendas a una determinada hora y volver a hacerlo 6 horas mas tarde con el convencimiento que veras paisajes completamente distintos.
Saludos ... - Luys -
Gracias Luys,tú sabes que me gustan los dos medios, ya en esta época se va echando de menos navegar con el buen clima que tenemos aquí, por eso hay que ir ya sacando la ropa de montaña y caminar más por el monte y poder disfrutar del mar desde otra perspectiva ya que tenemos la suerte de poderlo hacer con las costas tan bonitas que tenemos...y cuando el viento nos deje echar mano del neopreno y ¡al agua¡¡..
ResponderEliminarSaluditos. Isabel
Niña, no paras!! Tengo un montón de entradas pendientes. Me encanta Valdevaqueros!
ResponderEliminarPepilla, tú no te quejes que los tuyos más los quisiera yo... Sí, Valdevaquero merece una visita en ésta época. Besitos.
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