ROTA A SANLUCAR DE BARRAMEDA
Dado que el tiempo nos está dando una tregua para poder salir a navegar, este fin de semana, decidimos terminar nuestra última etapa del Litoral Atlántico. Nos dirigimos a la villa de Rota, donde lo dejamos la última vez; Manolo nos estaba esperando en la playa de La Costilla, para darnos el apoyo, y en Sanlúcar, su hermano Juan Andrades, atleta nato, nos recibió y nos acompañó en nuestro regreso.
Embarcamos en la playa urbana La Costilla, junto al espigón, Rota estaba aún despertándose y sólo había unos cuantos transeúntes por su paseo marítimo, se podía divisar entre sus casas encaladas de blanco su Castillo de Luna del s. XIII y la Parroquia de Ntra. Sra. De la O del S. XVI.
A la mitad de la playa avistamos una rompiente bastante adentro y es la que produce las olas al chocar con los muros de los corrales de pesca por lo que empezamos a abrir rumbo para no acercarnos a los corrales ya que se estaba produciendo la bajamar y nos daríamos con las rocas.
Los corrales de pesca es una técnica de pesca milenaria, de la época de los romanos, y ha pervivido hasta nuestros días. Consiste en un cercado de piedra ostionera y lajas de forma más o menos circular y de una altura de metro y medio, y se construye en la zona que queda al descubierto durante la bajamar. Cuando llega la pleamar el corral se inunda llenándose de peces, moluscos y crustáceos, que cuando llega la bajamar quedan retenidos en su interior y es aprovechado por los pescadores corraleros para capturarlos. Los muros tienen una disposición en pendiente, de manera que es más estrecho arriba que abajo, de esta forma se sostiene la entrada de agua en su interior y también evade las agresiones de las olas. Toda esta técnica de pesca tiene toda una parafernalia de terminología en su desarrollo.
Actualmente estas construcciones han sido declaradas Monumento Natural por la Consejería de Medio Ambiente, por una parte para protegerlos del furtivismo y también porque tienen una función de arrecife en defensa de las arenas de la playa y como zona de refugio, cría y engorde de las especies pequeñas.
Una vez pasas los corrales llegas a Punta Candor donde se encuentra el Parque Natural de la Almadraba rico en pino piñonero y retama blanca, y donde según la vox pópuli, muere el levante.
Una de las especies emblemáticas de esta zona es el camaleón (Chamaeleo chamaeleon) que ha sido objeto de varios programas de conservación pero sigue siendo una especie en peligro de extinción. El pinar de la Almadraba es uno de los pocos recursos naturales que les quedan a los roteños/as después de que nuestro régimen franquista les expropiara sus tierras (más de 6000 acres) por unas míseras pesetas y se las entregasen a los yanquis con todo tipo de garantías, así es, aunque parezca increíble, si un roteño quiere cultivar las tierras que están dentro de la base, les tienen que pagar un alquiler a los americanos… acaso esas tierras no han sido, desde que la tierra es tierra, de los roteño/as…
España es el segundo país que mayor comisión de su P.I.B dedica a armamento, por detrás de EE.UU. A ver si los españoles/as reflexionamos un poquito sobre esto…
Después de todos los inconvenientes que genera tener una base naval en sus tierras sus habitantes tienen que soportar el estridente ruido que generan los enormes Galaxy militares que pasan a ras de sus casas, nosotros tuvimos la ocasión de sufrir este acontecimiento mientras navegábamos.
Una vez pasas Punta Candor te adentras en la urbanización de Costa Ballena, otra urbanización más de la que pueblan nuestro litoral, cada vez más, vamos viendo como nuestro litoral se va deteriorando debido a un desarrollo turístico mal planificado, y esto ocasiona a
nuestras costas a padecer graves problemas de saturación urbanística, contaminación, destrucción de espacios naturales y erosión costera. Todo este boom turístico es el responsable de toda la especulación inmobiliaria y de los planes urbanísticos de las localidades del litoral, que en su afán de construir y ganar dinero no tiene en cuenta la calidad de vida de sus ciudadanos y menos aún de cuidar de su Patrimonio Social, Cultural y Ambiental. Todo este fenómeno lo vemos reflejado en nuestro litoral desde Cádiz hacía Sanlúcar, donde la degradación del litoral es evidente. Y para mas pesar, en época invernal, es triste ver toda esa mole de hormigón y ladrillo desierta… ¿merece la pena destrozar el entorno para 3 o 4 meses de disfrute?
Conforme nos vamos acercando a Chipiona lo hacemos por detrás de las balizas indicadoras de la playa para bañistas, en cada una de ellas se posa un charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis), creo que es de la subespecie de sandvicensis, que son los que se crían por las costas atlánticas y las mediterráneas, era muy curioso verlos enfilado cada uno en su boya, algunos incluso se peleaban por competir por una, será que le gusta su balanceo… y lo bonito es que se dejan que te acerques bastante con la sigilosa embarcación que llevamos.
A lo lejos divisábamos una rompiente bastante crecida y creíamos que eran corrales de pesca pero miramos el GPS y se divisaba como un islote y es que nos encontrábamos en el arrecife de Piedra Salmedina a unos 7Km de Chipiona es donde se erigía el primer faro en época romana que estaba unido a tierra y con las regresiones marinas se ha ido separando del itsmo.
El procónsul Quinto Sevilio lo mando construir para que los navegantes que se adentrasen en el río Betis no colisionaran con él. Por lo que el asentamiento romano se encuentra bajos sus aguas.
Actualmente vimos que se encuentra señalizado con una baliza marítima de color amarillo y negro. Desde aquí podemos contemplar el santuario de Ntra. Sra. de Regla en plena línea de playa, y cómo no, su enorme faro de 62m por eso es el más alto de España, construido sobre sillares de arenisca y piedra ostionera.
Tiene como misión guiar a los navegantes que se adentran en el río Guadalquivir que también es el único navegable de España, y sirve de guía a los aviones ya que su haz de luz se expande en dirección vertical como horizontal. Una vez surcamos la Punta Perro donde había muchas personas pescando a caña, la navegación cambió a un mar más revuelto por el choque de las olas contra el espigón de todo el paseo marítimo de Chipiona y también por la presencia de los corrales de pesca.
Una vez pasado este tramo ya empiezas a divisar al fondo el Parque Nacional de Doñana y sobre todo te adentras en el río Guadalquivir, que también lo describió A. Machado cuando le hablaba en su poema “ Guadalquivir” … y que nada tiene que ver con el Guadalquivir contaminado que tenemos hoy.
Gradualmente nos vamos adentrando en los 4 Km de su estuario y vamos remontando su cauce hasta que llegamos a la playa de Bajo de Guía en Sanlúcar de Barrameda, desembarcamos junto al Club de Actividades Náuticas Eslora, que dispone de unas excelentes instalaciones para las embarcaciones y de un varadero. Algunos ayuntamientos deberían imitar cómo distribuyen los espacios en este club.
Cuando comenzamos este proyecto empezábamos con una canción de Rosendo, “A veces cuesta llegar al estribillo”, donde nos dice “El primer paso es, sin duda imprescindible, tener algo que contar… a veces cuesta llegar al estribillo…”; la verdad es que tengo tantas cosas que contar de estas travesías que no sé por dónde comenzar…
Lo más importante para nosotros ha sido que hemos sido capaces de terminar, hemos llegado al final… hemos vivido cientos de sensaciones, emociones, nos hemos enternecido con imágenes de animales a nuestro alrededor, nos ha fascinado muchas vistas hermosas, amaneceres, crepúsculos, hemos vivido nuevas impresiones que desconocíamos y nos hemos sobresaltado..
Pero también nos ha entristecido algunas brutalidades cometidas con el medio ambiente, ver como nuestro Patrimonio Histórico poco a poco va desapareciendo sin que nadie haga nada. Determinados comportamientos humanos, avaros y sin escrúpulos, en los cuales lo importante es quedar siempre por encima de todo y todos son los culpables del deterioro de nuestro litoral.
Hemos navegado cerca de todo tipo de embarcaciones desde grandes buques hasta las piraguas que son las más pequeñas pasando por los diferentes tipos de vela.
Hemos pasado por cinco Parques Naturales y un Parque Nacional; y hemos tenido ocasión de conocer las diferentes técnicas de pesca tanto las más actuales como las que se vienen desarrollando desde épocas milenarias como la almadraba o la pesca en corrales. Y hemos recorrido 215 kms de costa.
Para terminar este relato, no sin antes, hacerlo con la “Canción del Pirata” escrita por el poeta extremeño del Romanticismo José de Espronceda y cantada por Tierra Santa que refleja nuestros sentimientos por el mar y resume muy bien nuestra pequeña aventura marinera…
“Es mi barco mi tesoro
es mi dios la libertad,
mi ley la fuerza del viento
mi única Patria la mar”
Por eso siempre llevamos con nosotros nuestra pequeña bandera pirata…
Enhorabuena, que buena manera de conocer nuestra costa... por vuestras aventuras y reseñas culturales.
ResponderEliminarsaludos
Andrés
Muchas gracias Andrés, ha sido una buena experiencia, y otra forma de conocer nuestro entorno... tenéis que hacerla. Saluditos.
ResponderEliminarEnhorabuena a los dos por esta travesía en etapas y por cómo lo contáis.Yo me he quedado con las ganas, aunque para nosotros ha sido un verano sin kayak. Seria estupendo que para próximas temporadas se repitiera y que se pudieran hacer quedadas emulando vuestra aventura en pareja. Es algo complicado, pero creo que podría hacerse. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Patronio, no te quejes que has tenido un verano estupendo de castillo en castillo...este verano hemos tenido suerte con el tiempo que nos ha regalado unos fines de semana estupendo y hemos podido disfrutar con los kayaks. Si para el próximo año tenemos la misma suerte se puede repetir... Un abrazo.
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