Cuando
llegamos a Liméns la tarde estaba desapacible y no dejaba de llover, señal de
que habíamos llegado a “Terra Galega”.
Nos
dirigimos al camping de Liméns donde se ubica la empresa Nordeskayak y dejamos
todo preparado para salir temprano al día siguiente, rumbo a las Islas Cíes.
Antes tuvimos que ir a Vigo, a recoger el permiso de navegación por aguas del
Parque Nacional, es un permiso que hay que solicitar para desembarcar en las
islas y el Parque te lo proporciona totalmente gratis.
Por
la mañana y desde nuestros aposentos podíamos divisar a lo lejos las islas, el
día se presentaba despejado, así que, cogimos nuestros kayaks y nos acercamos a
la orilla de la playa de Liméns que se
encontraba plagada de algas Himanthalia
elongata, típicas de los litorales profundos y de aguas agitadas. Es una
pequeña playa de arena fina y clara con abundantes dunas.
Una
vez preparados pusimos rumbo a las islas, pasamos primero por lo que se configura
como la ensenada de Liméns, de aguas tranquilas, dejamos a nuestra izquierda la
Punta de Fanequeira y a nuestra
derecha la Punta Corbeiro que dispone de unas
pequeñas calitas donde puedes desembarcar si quieres y darte un baño en sus
aguas frías. Nosotros nos dirigimos a las bateas de mejillones que se distribuyen
por toda la ría de Vigo y Pontevedra.
Las
bateas están formadas por una serie de flotadores que soportan una serie de
listones de madera de forma rectangular. El número de flotadores de las bateas
está relacionado con el tamaño y la antigüedad de las mismas, así, las de más
edad suelen tener un flotador central, mientras que, las más modernas disponen
de varios flotadores. A lo largo de los listones de madera cuelgan unas cuerdas
que llevan intercalados unos listones de madera para distribuir el peso del
mejillón a lo largo de toda la cuerda impidiendo así que este se desprenda.
Es
todo un proceso de cultivo del mejillón que le aporta a la economía de la zona
más de 240.000 toneladas anuales de éste molusco y que se viene desarrollando
desde el año 1946.
Paleando,
paleando llegamos a cabo Home, con unas vistas maravillosas al atlántico, y como no, a las Islas Cíes, desde
éste lugar se pueden ver los tres faros, el faro de Home que es uno de los más
altos de
Galicia , el faro de punta Sabrido y el de Punta Robaleira, los tres señalizan la Costa da Vela, una zona rocosa, abrupta en la que sus fuertes olas le dan un aspecto mágico y
misterioso al lugar. Cuando te aproximas
a esta zona te das cuenta del rebote de las olas, que produce una fuerte resaca
y la navegación se vuelve mas agitada. Llegado a este punto hay que tener mucho
cuidado por que hay que atravesar la canal de entrada a la ría de Vigo, que nos separa de las islas, hay que extremar la precaución porque el tráfico circula rápido.
Una
vez en la otra orilla nos dirigimos, dirección sur, a la playa de Figueras para
así bordear la punta Mudeiro, en esta zona es donde hacen su entrada los
catamaranes que vienen de Vigo y Cangas con turistas y bañistas para pasar el
día. Desembarcamos en la playa más grande de las Islas, la playa de
Rodas con
agua cristalina, muy fría, pero muy protegida del oleaje de alta mar, por lo
que es perfecta para desembarcar, dejar los kayaks por allí, retirados de la
playa, y cambiarse el calzado para proceder a un cambio de actividad: subir
andando al Monte Faro. Partimos del pequeño cementerio que se encuentra anexo a
la playa de Rodas, donde fue enterrada en el s. XIX una pequeña población
que
vivía en las islas dedicadas a los recursos marinos y a los trabajos que
generaban las fábricas de salazón de Muxierio y San Martiño. Pero la
competencia de las proliferación de fabricas de la zona motivó el declive de
las salazoneras de las islas, con lo que la población decayó desde principios
del s. XX.
Nos
separan 7 km desde la costa hasta el faro, que fue construido en 1851 y a una
altura de 178 ms. Su acceso es mediante un camino en zig-zag bastante cómodo y
desde donde podemos ir disfrutando de las dunas de la playa de Rodas y de las
vistas que nos ofrece la isla sur, la de San Martiño y podemos divisar el Faro
da Porta con sus grandes acantilados; una vez arriba podemos disfrutar de la panorámica que nos proporciona el conjunto de las tres
islas.
Desde
esta cumbre podemos divisar como la isla do Faro ha terminado uniéndose a la
isla norte por una acumulación de arena en la parte inferior del archipiélago, en la cara este de las islas; al subir la marea el agua pasa por la cara oeste
y se forma una laguna entre el arenal y la roca.
Nos llamó mucho la
atención la limpieza del lugar, de restos de basura, a pesar de la gran
afluencia de bañistas y visitantes que reciben las islas al día, sobre todo en esta época estival, y de la contaminación del hundimiento del Prestige que
llegó a ser
de un 90% y donde se vieron aquejados tanto la fauna marina como la
flora, todo el ecosistema marino y medioambiental se vio afectado. Hoy día hay
que decir que aún queda mucho para que se recupere el
100% de lo que eran las
islas ya que la contaminación en la zona es constante debido a la cantidad de
petroleros que cruzan las rías, pero se observa un desarrollo sostenible en la
zona, por eso, todo bien llevado se puede disfrutar perfectamente de la
naturaleza, sin que se produzca esos fuerte desequilibrios, que vemos en otras
zonas.
Después
de un descanso en la isla y de unos bañitos nos pusimos en marcha para el
regreso, que fue bastante espectacular, porque del suave mar de levas que disfrutamos a la ida, en el regreso las
olas
subieron hasta alcanzar una altura de aproximadamente metro y medio, al
paso por la canal, había momentos que a pesar de que íbamos paleando en
paralelo, a Fran no lo veía, sólo nos localizábamos cuando subíamos a la cresta
de la ola. Este vaivén del oleaje es como estar escuchando la música renacentista
de Blackmore´s Night en su versión de Child In Time, donde mezclan la
música rock con guitarra sin perder la base de folk tradicional.
Fue
un verdadero placer arribar a estas islas en una delicada embarcación de fibra
y disfrutar de una pequeña pero enriquecedora ascensión.
Vaya paisajes!
ResponderEliminarMuy bonita e interesante ésta ruta marino- terrestre.
La verdad que sí Alvaro, allí disfrutarías cogiendo olas... a pesar de que sus aguas son muy frías, para el kayak da mucho juego.
EliminarHola:
ResponderEliminarNo nos hemos cruzado por poco.
Nosotros no reservamos para Cies, por lo que no pudimos ir y fuimos a Ons, menos turística. Todo un lujo.
Un saludo.
Antonio.
Pues sí Antonio toda la costa gallega no tiene desperdicio, cada una tiene su encanto particular, tanto en paisajes como en gastronomía.. A nosotros nos justo mucho la costa de Lugo y la parte de cabo Ortegal.
EliminarUn saludo y a seguir disfrutando del verano...
Buena tierra es Galicia, a mi me gusta la parte de Pontevedra, cerca de donde es esta ruta, la isla de Tambo, creo?, Combarro...
ResponderEliminarMuy detallada la ruta en Kayak, da la sensación de que fuerais de allí, o quizá si?
Saludos y buenas vacaciones.
Gracias Salvador. Si que es verdad, es buena tierra y se está muy fresquito en estas fechas, allí disfrutamos de unas temperaturas que aveces no superaban los 10 grados mientras aquí en Cádiz hay días que pasamos los 35ºC.
EliminarLa isla de Tambo está en la ría de Pontevedra, desde el pueblo de Combarro se puede ver, a mi me gusto mucho el pueblo de Combarro con la cantidad de hórreos en plena mar y lo bien conservado que tienen el pueblo.
Saludos y a seguir disfrutando del verano.
Hola Isa! qué fotos tan preciosas, un lujo de sitio, lo tengo pendiente. Un besote y a ver si nos vemos.
ResponderEliminarHola Pepa, gracias viniendo de ti es un lujo ese comentario con lo buena fotografa que tú eres. Sí, tienes que ir y luego nos deleitas con un buen reportaje que me he hecho a dicta a tus relatos..
ResponderEliminarUn besito.