Hay muchas maneras de unir poblaciones, y si tratamos
de configurar una travesía no muy larga, para poder realizarla en una jornada,
lo mejor es conocer bien el entorno, así, no incurriremos en la posible pérdida
de orientación, con los retrasos que eso supone.
Para ello, tuvimos que enlazar dos caminos: el que
sube a la cueva de las dos Puertas, el arco calizo del Endrinal, con el que
atraviesa el Cancho de la Berejuela hacia Pocillo Verde, por una zona en la
cual no habíamos caminado nunca, aunque si lo habíamos recorrido a vista, desde
alguna cumbre cercana, y eso ya es tener adelantada la tarea.
Luego, hubo otro tramo, desde Benaocaz a Ubrique, por
el cual hacía años que no pasábamos, y ya a esa altura de la jornada, el
aparato gps se habría quedado sin alimentación… pero no hubo mayor problema que
el propio de una jornada entretenida y lo suficientemente longeva como para
cansar a un personaje cuasi incombustible.
Para llevar a cabo esta empresa, comenzamos nuestra
singladura en la plaza del pueblo, subiendo por el camino que lleva a la ermita
del Calvario, y avanzando con el sol todavía
bajo, hacia la cueva que
mencionamos en el segundo párrafo, pero sin llegar a ella, pues la ruta ya es
bastante entretenida.
Una vez alcanzado un enorme collado kárstico, con mucho
patio hacia el Este, vamos, por intuición, buscando una trocha que nos facilite
la incorporación a un viejo y conocido camino de nuestra sierra. Una vez en el,
la llegada a Pocillo Verde sólo era cuestión de tiempo, pero antes de arribar a
este carismático enclave, paramos a cambiar de sitio algunos de los víveres que
guardábamos en nuestro zurrón.
Este año la Charca está pletórica, y más que se va a
poner. Continuamos la marcha hasta Navazuelos, contemplando por enésima vez las
dos cumbres principales de la Sierra del Endrinal, y dejando al Sureste el Pico
sin Nombre. Hay bastante agua en esta nava, y en poco tiempo llegamos al Pozo
de las Nueve Pilas, junto a la Casa de Fardela.
Desde la casa a Benaocaz, es un paseo, y antes de la
Fuente del Tejar, paramos a dar trabajo a nuestro sistema digestivo, pues
llevábamos seis horas y media dejando nuestra impronta a lo largo de la
montaña, y aun quedaba un largo trecho.
La manduca tuvo consecuencias nefastas, que cuasi dan
al traste con nuestro objetivo (reto), pues me entró una morriña que por muy
poco me deja dormido de pie. Menos mal que al pasar el área recreativa del
Cintillo, y tomar la empinadísima cuesta que asciende a
Sierra Baja, la sangre
se dividió entre estómago y piernas y no dejó lugar al cerebro para pensar en
tonterías somnolientas.
Este inclinado tramo, es precioso, y no nos
acordábamos de el, una suerte, pues fue como volver a descubrirlo… eso es lo
bonito de la amnesia, que te crea nuevas emociones, como ocurre cada vez que
escuchas a Robert Cray sacando blues de todas sus cuerdas: las vocales y las de
su Fender Stratocaster.
Durante esta nueva ascensión pasamos junto a un
repetidor de señal de televisión, que hace que esta entre al valle donde se
ubica la capital de la manufacturación del cuero. El paso junto al Cerro del
Atochar es uno de los parajes más espectaculares de nuestra
cercana serranía,
pues de trata de grandes simas, cortados, bloques de caliza desprendidos,
lapiaces, y una gran diferencia de nivel con el paisaje que nos rodea, lo que
aumenta la perspectiva y la sensación de vértigo.
Atravesamos un gran altiplano, en el que hay sendos aljibes,
muy bien restaurados desde los cuales se abastece de agua al ganado. Allí
estuvimos un rato dándole caña a la bomba manual para contribuir a llenar el
pilón, en agradecimiento por habernos permitido el paso a tan bello lugar. Es
lo menos que podemos hacer, a parte de no tirar nada al suelo, ni a la vista,
ni escondiendo la basura, como es costumbre de algunos desaprensivos.
Pasando la Casa del Algarrobal, nos acercamos a la
enorme pared que cae a plomo desde el Cerro de los Batanes hacia Ubrique, lugar
donde arribamos, diez horas después
de haber comenzado a caminar, y tras cruzar
todo el pueblo, entre gentes disfrazadas y música de carnaval, terminamos la
travesía con muy buenas sensaciones. Tocaba descansar, que al día siguiente le
metería el diente a la Octubre Rojo (V+) y a la maravillosa Cósmica, que tiene
un paso espeluznante para un dominguero como yo, a 65 metros del suelo… que
miedo se pasa cuando tienes que hacer 6 metros sin poder meter un friend.
Datos Técnicos:
Localización: Parque
Natural Sierra de Grazalema
Población: Grazalema -
Benaocaz - Ubrique (Cádiz)
Altitud Máxima: 1351m
Distancia recorrida: 24
kms
Desnivel: 1500 m
Tipo de Trazado: Lineal
Clima: Media montaña
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