Desde
Escarrilla, donde pernoctamos, hasta Panticosa (baños), apenas hay media hora
de coche, por lo tanto sobre las siete y cuarto de la mañana ya estábamos
caminando, buscando el GR-11 que parte desde la “trastienda” del refugio Casa
de Piedra, donde pernocté hace 9 años, para afrontar la misma ascensión de este
23 de julio.
Podemos
decir que un ibón es un lago de origen glaciar, que normalmente se sitúa sobre
los 2000 metros de altitud. Este término se emplea en Aragón, ya que en Cataluña
se les llama Estany. Los hay con bastante profundidad, como el ibón de
Cregüeña, en el macizo del Aneto, que tiene un centenar de metros según un
estudio batimétrico realizado por el CSIC.
Podríamos
haber titulado esta entrada: Intento
fallido a los Infiernos. Pero no queremos ser catastrofistas, y dar una
oportunidad al optimismo, total, la subida a estos Ibones, es considerada por
muchos como una ruta en si.
Desde
Casa de Piedra, y al comienzo del empinado sendero, la “cartelería” nos invita
a visitar el Glaciar Los Infiernos.
Ascendemos
por un lateral del Caldarés de Baños, por donde bajaba una cantidad de agua
difícil de explicar, y pronto pasamos junto a la Cascada del Pino, de la que no
vamos a comentar nada. El paisaje es
emocionante de veras, y en primavera, está todo exuberante. Muchísimos lirios
en flor, los pinos cargados de polen, setas, agua, agua, agua… ah!, y agua. Las
marmotas, a nuestro paso, gritan advirtiendo al resto de camaradas, y si te
paras un rato a observar, las ves, incluso las puedes fotografiar… pero no
tenemos instinto de paparazzi, además, si te paras mucho… no subes montañas.
El
cielo despejado, prometía ser un día maravilloso para ascender al Infierno, y
no paraba de canturrear una canción de Mumford and Sons… I Will Wait, I will wait for you… hasta que llegamos a la cuesta
del Fraile, donde la respiración se nos cortó, y no sólo por lo escarpado del
trazado, si no por la enorme Cascada del Fraile, que tenía (y tendrá) un caudal
brutal, con una caída de unos 200 metros. Realmente impresionante, y es que el
embalse alto de Bachimaña no tiene más remedio que soltar agua pues quedan
neveros kilométricos por encima de los 2500 metros.
Hace
justo un año que inauguraron el nuevo refugio, a pié del embalse, a 2200
metros, para poder fraccionar estas ascensiones, que nosotros muy valientes
quisimos hacer en un solo día.
El Bachimaña tenía un color indescriptible,
con una isla rocosa en el centro, y rodeado de montañas que rozan los tres mil
metros de altitud.
En
la cola del embalse damos un giro brusco, de noventa grados, hacia el Oeste,
para ir en busca del Collado de Tebarrai o Cuello del Infierno, de 2721m,
sorteando torrentes de agua y siguiendo las marcas del GR-11,
indiscutiblemente, el gran recorrido más bonito e importante de toda la
península.
Al
llegar al primer Ibón Azul, y contemplar los enormes icebergs que flotaban
sobre sus transparentes aguas, quedamos perplejos. Pero que bonita es la
primavera pirenaica… desde luego, quien no ha hecho senderismo en Pirineos, está
tardando.
El Ibón Azul superior estaba más cubierto de nieve, y aquí nos paramos a cambiar
las zapatillas por las botas, dejando las primeras junto a unas piedras, pues
lo que vendría ahora era un enorme manto níveo bastante endurecido.
Apenas
comenzamos a caminar de nuevo, vemos por detrás de los impresionantes
Infiernos, como asoman nubes de tormenta, pero en principio no nos alarmamos,
hasta que empezamos a oír el tronar de las descargas, y cada vez más cerca.
Nuevamente
nos sorprendió la tormenta en altura, pero esta vez no habíamos conseguido
nuestro reto. Nos refugiamos en una pequeña covacha, junto a tres montañeros
con los que coincidimos, y al cabo de una hora, y de pensarlo mucho, tomamos el
rumbo de la derrota y volvimos cabizbajos por el mismo camino de subida.
El
día abrió, y lo pasamos muy bien. El Infierno tendrá que esperar a otra
ocasión… y al día siguiente, subimos en coche el Portalet y el Coll D´Aubisque,
mítico puerto del Tour de France, donde también disfrutamos, de otra forma, de
unos bellos rincones de nuestros vecinos del norte, como las Crestas Blancas, y
mares de nubes a medio día; incluso compramos fromatge y gasolina blanca para
nuestro Coleman, tan difícil de encontrar en España.
Embalse Inferior de Bachimaña y nuevo refugio |
Embalse Alto de Bachimaña 2200m |
Desagüe del Ibón Azul Inferior 2360m |
Ibón Azul Inferior |
Ibón Azul Superior |
Vista de Los Infiernos desde el Ibón Azul |
Cascada del Fraile |
Decía que impresionante lugar y preciosas fotos. Lamentandolo mucho, Pirineos tendrá que esperar. Siento que no pudierais concluir la etapa, pero supongo que a veces es suficiente con estar cerca. Os felicito por las vacaciones que os habéis pegado, porque esos paisajes son muy bellos.
ResponderEliminarMás que bellos, Salvatore... más aun, es más, las fotos ni se acercan a la realidad... como tu ya sabes. Además, la primavera es el mejor de los sonidos en el Pirineo, y a finales de julio, una primavera como esta, no tiene precio. Decirte que había muchísimos lirios en flor; nunca vi tantos. Vimos una pareja de Gypaetus... una pasada, y pasaron cerca.
EliminarGracias por tu comentario, y no lamentes que no pudiésemos hacer cumbre en los Infiernos... otra vez será.
Hasta los Ibones Azules llegué yo hace muchos años cuando era joven con unos amigos y con unos míseros botines... ¡Qué tiempos aquellos en los que era joven! Bonita ruta y buenas fotos. Un saludo.
ResponderEliminarEl sitio es de una belleza que supera cualquier rincón de nuestra provincia, pero para eso estamos nosotros... para buscar esa belleza.
EliminarEste año también ha sido un poco excepcional... y a fecha de hoy, ha vuelto a nevar.
Un saludo y gracias.