lunes, 26 de agosto de 2013

Infierno Occidental (3075) y Central (3083), segundo asalto.


El topónimo de esta montaña, probablemente, viene de la dificultad que supone coronar su cima, que parece ser el mismísimo infierno.
Tras el intento fallido del 23 de julio, el 25, replanteamos la subida a este macizo. Salimos antes de las 7 de la mañana a caminar, desde el mismo lugar. No cabía en nuestros planes volver de los Pirineos sin pisar mármol. Disculpad nuestra osadía, parafraseando a Vetusta Morla.
Alcanzamos los Ibones Azules con mejor horario que hacía dos días, y nos ajustamos el material invernal para afrontar la subida al Collado de Tebarrai.
La nieve está fotogénica en esta fecha, pues el mineral la mancha y tiñe a su antojo, quedando más bella que cuando acaba de precipitar en invierno. Las vistas de la impresionante veta de mármol de los Infiernos es espectacular, y contrasta de lejos con el color bermellón oscuro de las rocas que la rodean; ya el día anterior, al volver de la patria de Roland, la contemplamos entusiasmados, oteando a donde pretendíamos subir al día siguiente.
Alcanzamos sin dificultad el Cuello del Infierno y dejamos el material invernal en unas piedras. El Ibón de Tebarrai está pletórico de agua, y el hielo flotando sobre su superficie le confiere un toque muy primaveral; el pico del mismo nombre, nos mira sugerente, invitándonos, pero no hay horas para todos pese a parecer que están muy cerca… quizá los corredores de montaña tengan la capacidad de poder alcanzar varias cumbres en una tacada, pero eso es para seres de otro planeta… nosotros, simples senderistas que soñamos con ser alpinistas no podemos abarcar tanto.
Aquí, en el collado, empieza lo bueno, y empieza a complicarse nuestra ascensión, aunque desde luego este lugar puede considerarse un buen fin de ruta.
Varias son las trochas que ascienden hacia el Garmo Blanco, que muchos confunden con el Infierno Occidental; por eso siempre vamos acompañados de un plano 1:25000 de la zona.
El terreno se escarpa a cada zancada, y nos encontramos frente a un nevero, muy tumbado, que arriesgaba el paso… así que, lo bordeamos ascendiendo, metiéndonos en zonas de II grado. Isabel dijo que siguiera yo. Estábamos a +2900 metros, así que continuamos separados. Isa dio la vuelta al asomarse a la arista y contemplar la marmolera, rozando la cota tres mil…
Uno, que es más inconsciente que las propias piedras, repechó con pasos expuestos (muy expuestos), de III, hasta el Garmo Blanco, y de ahí, por la directísima hacia el primero de los Infiernos (3075m).
 Desde la cumbre, sólo tuve que cruzar la arista afilada de mármol para alcanzar el Infierno Central (3083m). Lo había conseguido. 9 años después, volvía a pisar las mismas piedras.
Para siempre… nos sentiremos jóvenes. Igual que Bob Dylan se deja la voz en Forever Young, porque sabe que no puede ser, nosotros nos dejaremos la piel en las montañas… aunque una década no pasa en vano y la velocidad no es la misma… pero lo hemos alcanzado.
Los Ibones de Pondiellos, de color turquesa y cubiertos de hielo, la Basa de la Galabrosa, el Gran Facha (3005m), Balaitús (3144m); Algas, Garmo Negro y Argualas… y un sin fin de montañas que se yerguen por encima de los tres mil metros… la vista desde lo más afilado del macizo “infernal” merece ser contemplada por cualquier persona amante de la montaña.
Trece horas después de haber comenzado la ruta, llegamos de nuevo a los baños de Panticosa, junto a Alfonso y Josep, hermano del gerente de Cota Zero, empresa que se dedica a la montaña y al kayak de mar en Vilanova i la Geltrú, con los que descendimos los últimos y bellísimos metros de esta formidable ascensión. Llenaría mi bidón de agua unas 4 veces de los muchos torrentes que bajan a diestro y siniestro jalonando el recorrido: hay que llevarse dentro una parte de las montañas.
Hemos estado en el Infierno, también en el Cielo, ¿qué nos queda, si realmente vivimos en el paraíso?







Ibón Azul Inferior

Al fondo el cuello de Tebarrai

Ibón y Pico de Tebarrai



Marmolera desde el Infierno Occidental

Ibones Azules desde el Infierno

Ibón de Pondiellos desde el Infierno

Infierno Central 3083m

Arista Cimera de los Infiernos




Contemplando el embalse de Bachimaña Alto

                                               

2 comentarios:

  1. Me alegro que subieras,aunque miedo me da. Precioso el lugar, ya lo comente el otro día. Veo que disfrutasteis de lo lindo, y que sois pertinaces.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu alegría, Salva.
      Es que una vez que estás en Pirineo, lo mismo te da quedarte unos días más, pues lo tedioso y costoso es ir desde aquí, pues queda lejos. La verdad es que desde los Ibones Azules, parece que te queda poco para la cima, y nos dijimos: vamos a volver dentro de dos días y lo acabamos. Así se hizo.
      Es una ruta bastante dura Salva; nada que ver con subir a Mulhacén desde la Hoya de la Mora o La Maroma, pero paso a paso, parando poco (tiramos pocas fotos por no entretenernos) y saliendo temprano, tienes todo el día por delante. De todas formas, la mayoría de la gente que lo hace, aproxima hasta Bachimaña o vivaquea en Ibones Azules y al día siguiente hacen cumbre.
      Lo dicho, no vayas al campo que hay mucho bicho...

      Eliminar