En esta salida, Antonio Gómez ha
fusionado los dos club: por una parte el club de Montaña de Chiclana y por otra
el club San Fernando Kayak, para realizar un recorrido por la Bahía de Cádiz y
poder adentrarnos, así, en los diferentes molinos de marea que la circundan, de
esa manera, también ha fusionado distintas modalidades deportivas con la
historia de nuestra bahía.
Como cantaría Camarón, …espejos de sol y sal, donde se duermen los
barcos; y de paso, hablamos de otro grande de la fusión musical. Allí fue nuestro punto de encuentro: la
playa de la Casería, aunque actualmente no se puede considerar una playa de
arena, sino más bien una playa de fango, a raíz de la construcción del Puente
de Carranza, que impide el paso de la arena y su regeneración natural por las mareas;
y ahora con el segundo y faraónico puente… vamos a ver como acaba todo esto.
Sin embargo los pescadores han sabido sacarle
provecho y la utilizan para faenar y
adentrase a la abra por el caño de las Astillas que fue el que
utilizamos nosotros para partir, debido a la bajamar.
La mañana se presentaba esplendida
de temperatura y nos fuimos bordeando la ensenada de Ossio, hasta Punta Cantera, para bordear los veintiséis polvorines que la
Armada tenía para almacenaje y suministro de municiones a las flotas.
Gracias a que todavía estábamos en
período creciente de la marea pudimos ver el muelle y el espigón fabricados con
sillares de piedra ostionera, sin lugar a dudas, un lugar que arrastra una rica
historia, desde los romanos hasta una
arquitectura militar del s. XVIII y que a día de hoy se encuentra en un estado
de abandono absoluto.
Sin embargo, a unos metros se encuentra
el complejo comercial de Bahía Sur, de nueva construcción, que a los isleños
nos cuesta una buena fortuna mantenerlo todos los meses debido a las malas y prepotentes
gestiones de nuestros políticos. Sí, nos toca a los isleños pagarlo, porque ese
dinero sale de las arcas del Ayuntamiento, que se recaudan con nuestros
impuestos; y van a parar a las manos de los antiguos propietarios de esos
terrenos, ya que construyeron “algo” para lo que no fue expropiado.
Este es uno de los puntos
incongruentes que suelen ocurrir en muchos municipios, que son poseedores de
ricos Patrimonios y en vez de reutilizarlos, levantan obras faraónicas que no
tienen mucho sentido; y dejan que nuestro legado Histórico se derrumbe y
destruya por malos acuerdos entre diferentes administraciones.
Muy cerca de allí, se encuentra el Molino
mareal harinero y puente de Caño Herrera del s. XVIII y que hoy día ha
desaparecido toda su función y se encuentra restaurado lo que es el puente,
desde allí pusimos rumbo a los molinos de San José y Santibáñez donde algunos
pudieron pasar por una de sus ocho compuertas que facilita la entrada del agua
al subir la marea.
Después de toda la mañana de visita
turística, por el mar, era hora de un merecido descanso acompañado de nuestras
exquisitas pitanzas, debidamente estibadas en nuestras “canoas”, antes de
echarnos a la mar.
No quisimos abandonar el lugar sin
pasar antes por el Molino del río Arillo, que no es río, si no caño y su
entorno está preparado para realizar actividades de senderismo. Al que le
atraiga la ornitología, dispone de un mirador de aves en un enclave muy
tranquilo, aunque debe acudir con el estómago preparado, ya que además de aves,
podrá avistar bidones, cajas, plásticos, envases, televisores, frigoríficos,
maderas de todo tipo… en fin, un rico patrimonio que no hace más que mostrar la
educación de las personas que habitamos la bahía. Nos encanta ver nuestro
litoral destrozado y lleno de basuras… vamos por buen camino!
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