Cualquiera de nuestras sierras es idónea para vivir
el placer de dormir al raso, sin molestar, sin que te molesten, contemplando un
enorme camino blanco que cruza el negro cielo, ¿negro?, pero si apenas se ven
huecos entre tantas miles de estrellas… ¿miles?, ¿millones?...
seguir la trayectoria que llevan las nubes
y volver por la mañana igual que sale el sol,
veras que calentito retorcer las horas
dando patadas al reloj.
y volver por la mañana igual que sale el sol,
veras que calentito retorcer las horas
dando patadas al reloj.
Esta letra de Extremoduro puede representar ese momento mágico de vivir
el amanecer en un lugar alto, alejado de núcleos de población, desde donde
podremos contemplar, entre otras cosas, un bonito cono de sombra.
Las temperaturas nos dieron una buena tregua, pues para tratarse del
solsticio de verano no estuvo nada mal poder dormir a 9ºC y sin tienda, en el
interior de uno de nuestros mullidos y confortables sacos, además de disfrutar
de una fría mañana en la que un extenso mar de nubes, sólo dejaba ver las cimas
más altas.
Se trata de la actividad más placentera de cuantas llevamos a cabo.
Que ganas tengo de coger la bici y escaparme un par de dias...
ResponderEliminarUn abrazo
Pues yo le estoy dando vueltas al tema del cicloturismo. Me atrae mucho una Salsa Fargo de acero, o una On One Imbred.
EliminarUn saludo, compañero, y gracias por pasar por aquí.
Bueno felicitaros por poder disfrutar de esta actividad tan placentera. Agradeceros las invitaciones, pero a veces no queda mas remedio. Tarde o temprano tendré que ir a alguna de estas, hace 20-25 años, no hacia otra cosa en el campo. Saludos.
ResponderEliminarGracias Salvatore, mientras el cuerpo aguante... tira pa´lante, ¿no?.
ResponderEliminarEspero hacer algo con vosotros en no mucho tiempo, que ya el calor va que aprieta.
Saludos.