Levar,
del portugués, se traduce como conducir. De ahí podemos concluir que las
levadas son conducciones de agua. Hace muchísimos años, en época colonial, al
ver que en algunas partes de la isla había mucha cantidad y en otras muy poca,
se empezó a construir esta impresionante red de acequias, de poca pendiente,
para así transportar el líquido elemento por toda la isla de Madeira.
Al
pasear por las calles de Funchal, sobre todo por avenida Monumental, que es la
zona donde se congrega la mayor oferta hotelera, vemos la cantidad de oficinas de treking que
operan en la isla… más que bares en cualquier ciudad andaluza.
Levadas
walking es el producto estrella de todas las compañías de guías. También hay a
nuestra disposición oferta ciclista, con paseos urbanos o interurbanos, de btt,
o Downhill . Usan buen material: Cannondale, Rose Bikes, y marcas reconocidas.
Visto
esto, no podemos abandonar la isla sin adentrarnos en una levada y comprobar de
primera mano cual es el tesoro que esconden. Miramos nuestro mapa de
carreteras, que te lo entregan con el coche, y en el altiplano de Paul da
Serra, hay una población llamada Rabaçal, y de ahí hay poca distancia hasta un
topónimo que reza 25 Fontes (Esto lo hemos visto en el escaparate de abajo,
dijimos).
No
tiene pérdida, pues cuando vas por la ER-110, ves el aparcamiento lleno de
vehículos, y los carteles indicativos. Rabaçal, no resultó ser una población,
si no dos casas deshabitadas al final de una estrecha carretera por la cual sólo
se puede bajar en micro bus… o andando. Habrá unos 3 kms y el paseo merece la
pena, pues ya vas entre enormes brezos.
Una
vez en la casa, hay cartelería que te invita a caminar hasta la cascada de las
25 fuentes, y más adelante, el camino se bifurca con la posibilidad de visitar
Risco. Es un paseo de unos once kilómetros en total, muy suave, pues caminamos
junto a una levada (acequia, para los granaínos). La altitud de Rabaçal es de
1065m, la foresta es espectacular, y a partir de aquí, alucinamos viendo brezos
con un tronco que no tienen nada que envidiar a cualquier alcornoque gaditano.
Un porte arbóreo absoluto para lo que nosotros conocemos como un matorral o
arbusto. Sólo en el parque de Anaga y en la reserva de Tilos, en Canarias,
hemos visto algo semejante.
Tanto
es así, que estás caminando por un patrimonio natural, una reserva de foresta
del terciario, una masa primigenia, una humedad absoluta, un verdor
excepcional… el amor por la naturaleza se ve enormemente recompensado. Show Me
Love, ya nos lo recuerdan los dublineses Delorentos.
Una
vez llegamos a 25 fontes (aconsejamos ir primero a Riscos), vemos una cascada
enorme, que se precipita a una poza, sobre la que vierten, supuestamente, 25
fuentes… no las contamos. La cascada de Riscos, es todavía más alta, y el
camino que pasa por debajo del agua, está cerrado, pero desde el mirador tienes
una perspectiva buenísima.
Es
un camino estrecho, en algunos tramos, y bastante transitado… paciencia.
Y
para terminar, algo que nadie debe perderse, es un fin de año en Funchal.
¡Brutal!, con decir que diez cruceros se dieron cita en el puerto y la Bahía,
para ver el espectáculo pirotécnico.
Acariciando un Brezo |
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