Las
precipitaciones, escasas este año, al fin llegaron de manera continuada, y no
queríamos desaprovechar la oportunidad de ver esta charca rebosante de vida.
La
caliza, resbaladiza y oscura; los caminos embarrados… algunos convertidos en arroyos
ocasionales, el musgo en todo su esplendor… y una constante llovizna,
acompañaron nuestra salida, desde Villaluenga, por un entorno único en la
provincia.
Me
refugio de los olores… como un cerdo en el lodo… existo y pienso poco…
Buenos
mensajes aportan Corizonas y su Nueva Dimensión Vital. Desde luego, bastante
interesante… tanto o más que la caminata del sábado.
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