Gracias al remonte mecánico de Klein Matterhorn, se ha facilitado el acceso
a la zona del Breithorn, Pollux y Castor, a miles de turistas inexpertos. Hay
quien pretende ascender su primer cuatromil, en unas condiciones de
equipamiento y técnica bastante precarias. Estamos en la alta montaña alpina, y
esto no nos lo podemos tomar a broma por mucho que nuestra Visa pueda permitirse
el lujo de pagar este carísimo teleférico.
Ya el viaje en el remonte, es espectacular. Cuando esa cabina aproxima al
final de su recorrido, a 3820m de altitud, pone los vellos de punta. Al salir
del túnel de Klein Matterhorn (o Pequeño Cervino), la temperatura era de unos
-2º. Seguimos rectos, junto al telesquí de Gobba di Rollin. Cuando abandonamos
la pista, nos encordamos y complementamos con el material invernal.
El recorrido es muy fácil, pero estamos en alta montaña, caminando sobre un
glaciar casi plano, el Breithornplateau, pero que cae hasta convertirse en
colgante y precipitarse al vacío… lo habremos comprobado mientras ascendemos en
la telecabina.
Las vistas tienen doble nacionalidad, italiana y suiza, con un toque lejano
de francesa.
Las montañas gemelas, Castor y Pollux, de más de 4000m, se ven justo frente
a nosotros. El trazado comienza a tomar inclinación, hacia la vertiginosa
arista del Breithorn, con un marcado rumbo Norte.
Blind Faith era un súper grupo en cuya alineación titular figuraba Eric
Clapton a la voz y la majestuosa guitarra. Se recuerda por aquellas excelentes
grabaciones improvisadas, o Jam Sessions... algo por lo que también recordaremos
esta ascensión, que se decidió no atacar por falta de interés y exceso de costo, pero finalmente la encuadramos dentro de una pequeña ventana de buen tiempo, pues tuvimos que reducir una travesía de dos jornadas y adaptarnos a la meteorología con algún ataque fugaz a
alguna mítica cima alpina. Siempre recordaremos esos melódicos y eternos
punteos del gran “Mano Lenta”... y esas cuerdas de acero que nos elevaron hasta la base de esta montaña.
En menos de dos horas, la cima estaba bajo nuestras botas, y las vistas del
Cervino, Monte Rosa, Mont Blanc, Weisshorn, Allalinhorn, Gornergrat, Höhtalli
(nuestra primera intención), y bajo nuestros pies el Gornergletscher, y gracias
a una luz increíblemente atractiva, formaban ya parte de nuestra
retina y de nuestra historia. No sin antes, claro está, haber tenido que lidiar
con la hipoxia, el hielo vivo, las peligrosas grietas… y los nervios de un
compañero de cordada.
La bajada, sin relajarse lo más mínimo, pues la pendiente es considerable y
las vistas atraen muchísimo. Además, hay que derrochar una gran dosis de empatía,
ya que es una cumbre muy frecuentada y sólo hay una huella para todos.
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El Breithornplateau, con las cumbres gemelas de Pollux y Castor al fondo. |
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El imponente Breithorn, nuestro objetivo. |
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Miro indecisa y temerosa, las grietas del glaciar que vamos a cruzar. |
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Superadas las grietas, disfruto del efecto de la falta de O2. |
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Gobba di Rollin. |
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Monte Rosa. |
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Gornergletscher, Gornergrat, Hohtälli, y al fondo: Dom y Täshhorn. |
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Superando mi vertigo innato a 4165m. |
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Dan miedo esas grietas y seracs. |
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El Fran, en la cima del mismísimo Breithorn, con Klein Matterhorn en su bota derecha. |
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Las nubes seguían evolucionando... nosotros también. |
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Espectacular diagonal. |
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Klein Matterhorn Paradise. Se acabó lo bueno. |
Isa preciosas esas imagenes de la parte alta de las cimas. Me alegro mucho por vosotros. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias Salvador. Esta ascensión es muy buena para vosotros, eso sí, hay que tener mucho cuidado con las grietas, que hay que saltarlas y hay que batallar con la estrechez de la cumbre, por lo demás, es muy asequible. Saludos.
EliminarGracias Isa por tu consejo, ya veremos si algun dia tenemos esa posibilidad. Te comento que pasaba por aquí de nuevo pues viendo un reportaje del Calleja subiendo al Breithron me acorde de vosotros y quise revivir de nuevo la cronica. Besos para ti, abrazos para Fran, nos vemos.
EliminarJoder (perdón), vaya fotografías, imagino que la sensación debe ser absolutamente fantástica, enhorabuena. Saludos cordiales
ResponderEliminarLa verdad que sí Carlos, tuvimos muchísima suerte con el tiempo, que nos regalo unas vistas increíbles, la sensación fue muy placentera, aunque tenias que salvar algunos obstáculos. Los Alpes merece una visita auque sólo sea una vez en la vida. Saludos y un beso a Petra.
ResponderEliminarUnas hermosas panorámicas, sin duda. Nunca he estado por ahí, varios de mis compis, lo han recorrido en alguna que otra ocasión, para llevar a cabo la Alta ruta del Monte Rosa. Como bien comentas, unos 4000 saturados, para los que ese inician en el alpinismo. Me alegro que lo disfrutarais, del tiempo que os hizo y que os llevéis unos buenos recuerdos, durante vuestra estancia en los Alpes. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Richi.
EliminarSi, mucha gente... y un remonte carísimo... pero la emoción de la cumbre y las vistas inmensas... lo recomponen todo.
Salud.