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El Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, declarado con esta categoría por la
Unesco, se extiende por estas tres comarcas cacereñas, y permite observar
periodos geológicos que abarcan desde el Ediacárico al Silúrico, y los procesos
geológicos ocurridos durante el Carbonífero, el Neógeno y el Cuaternario. La
riqueza que nos ofrece a este nivel, es incalculable, por eso, se trata de una
extensión de tierra muy delicada, a la que se debería cuidar muchísimo más de
lo que se hace… y por supuesto, de lo que se ha hecho en el pasado, con
aberraciones como la edificación de una unidad militar en su cumbre más alta.
Ahora se ha aprobado un presupuesto de 2 millones de euros, para renovar el
firme de toda la carretera que asciende a cumbre, desde la ermita del
Humilladero, en Guadalupe. ¿…? No se entiende, pues con ese presupuesto, se
podrían llevar a cabo otras mejoras mucho más valiosas.
Se trata de un punto importantísimo a nivel hidrológico, ya que separa las
aguas del Tajo y las del Guadiana. A pocos metros de la cima, nace el caudaloso
río Almonte, entre otros de gran importancia, que discurre por un anticlinal
muy descriptivo.
Las cadenas montañosas se alinean paralelamente; tenemos ante nuestros ojos
la mejor representación de relieve de tipo apalachiano.
El valle sinclinal del Viejas es de libro, centrado entre el anticlinal
antes mencionado y el del Ibor. Un espectáculo que sólo podremos contemplar en
este Geoparque.
Era temprano cuando dejamos el coche, cerca de la ermita, el sol no asomaba
aún, pero había bastante luz y cuatro grados negativos. Llevábamos un track, pero
nos duró 100 metros, pues vimos a la izquierda un sendero del GR-117, así que…
donde se ponga un sendero, que se quite una carretera.
Más adelante, el track cruzó nuestro camino, pero se iba por una amplia
pista… que tampoco nos sedujo. Continuamos el precioso trazado del GR-117,
tramo Guadalupe-Navezuelas, que entre roble melojo, pino, castaños, jara,
brezo, y una riqueza geológica sin precedentes, nos va ayudando a ascender
progresivamente, ofreciendo de vez en cuando unas amplias vistas hacia el Este.
Nos sorprendió ver huellas de grandes neumáticos de motos de enduro… otra
asignatura pendiente de los gestores del Geoparque.
Nos volvemos a encontrar con la carretera en el collado de la Arena, y
aceptamos la invitación del mirador del Sinclinal del Viejas. Desde este
collado seguimos por la carretera hasta la cumbre, aspecto que nos agradó menos,
pero las vistas compensan a cada paso. Alcanzamos otro collado, el de la
Portuguesa, y vimos dos montañeros que tomaban un camino tangente al nuestro…
nos saludamos de lejos.
La cumbre, con una recompensa absoluta en cuanto al esfuerzo, tiene muchos
peros, y es que hay bastante chatarra, además, se sube en coche hasta el mismo
V.G. Disfrutamos amplias vistas, comimos, nos hicimos un té… y vimos aparecer
los dos montañeros de antes.
Como uno de los dos, y no vamos a decir quien, siempre quiere meterse por
donde no conoce y buscar nuevas alternativas, se decidió (por cansino), en el
collado del Llano de San Cristobal, pasar al otro lado de la valla y descender
por donde pensamos que habían subido esas dos personas. Aquí la decepción
alcanzó techo, pues dimos con el vertedero de los que “ocupaban” la cumbre:
botellas de vidrio a cientos, filtros de aceite de vehículos grandes o generadores,
aerosoles, jarras… y muchas cosas más…
puede que fuesen de origen militar, o de los encargados de las instalaciones de
telecomunicaciones, y es que cuesta mucho trabajo bajar la basura hasta
Guadalupe.
Este collado pasa entre Pico Villuercas, al Este, y Risco de la Villuerca
Chica (1512m), al Oeste. Toca bajar entre hermosos robles y abundante
vegetación. El camino es estupendo, y con cierta incertidumbre vamos llegando
al valle de la Celada, donde enlazamos con el collado de la Portuguesa. Vimos
de lejos un precioso embalse, el de Ruta de los Molinos, del Guadalupejo.
Esos días había nevado bastante… Gredos se veía completamente cubierto de
blanco y hacía una temperatura baja, pero nada que no se pueda atemperar con
una buena dosis de Soul y R&B de la mano de Anaut, un grupo madrileño,
liderado por Alberto Anaut, que nos presenta su gran talento con un nuevo
disco. Es un grupo que nació en 2013, y
este año se defienden con una gira por salas que no nos vamos a perder. Nos
gusta bastante porque es música pura, grabada con medios analógicos y tocando
todos a la vez, por lo tanto, en directo suena igual que en estudio, no como esas
músicas enlatadas, sin personalidad, que nos quieren meter a la fuerza en la
tele y en la mayoría de emisoras de radio… música que nosotros no escuchamos,
por supuesto… hay que saber elegir, igual que con los caminos… los hay buenos,
y no tan buenos… es más, el hecho de que la mayoría siga una huella, no quiere
decir que sea la mejor propuesta. Moraleja: No nos sigas, si no quieres verte
envuelto en problemas.
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Ha sido un acierto tomar el GR-117. |
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Guadalupe queda justo ahí abajo. |
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El color del bosque es espectacular. |
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Reparando hitos. |
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Hojarasca. |
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Nos metemos en robles hasta las cejas. |
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Sucesión de valles y aristas. |
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Las brumas especiales de las mañanas frías. |
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Un sinclinal espectacular. |
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La desvirtuada cumbre. Tiempos nuevos, tiempos salvajes. |
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Desde el Collado de la Portuguesa. |
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Al fondo se ve Navezuelas, otra variante para subir. |
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Panel explicativo. Hay varios. |
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El helipuerto de la cima y parte de las instalaciones. |
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Los escarpes de la zona cimera, son espectaculares. |
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V.G. Villuercas. |
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Anticlinal del Almonte. |
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Vista hacia el Valle de la Celada. |
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Las últimas nevadas, también se dejaron ver por las Villuercas. |
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¿Hasta cuando? |
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Dejando atrás el Risco, descendiendo por la vertiente opuesta a la de subida. |
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El robledal es muy tupido. |
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El 117 se desvía a la izquierda. |
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Guadalupe. |