Volaré, yo volaré
Encajado en un traje
blanco
Yo volaré
Flotaré, si flotaré
Hacia el centro de un
agujero negro
Yo flotaré
Stephen Hawking…
Me dijo todo esto
Stephen Hawking…
Cayendo desde el
cielo
Esta letra pertenece al disco “Materia Oscura”, de Parade, seudónimo
de Antonio Galván, profesor de música de Yecla.
Desde la cumbre, de Los Reales,
se tiene la sensación que Galván describe en esta canción: flotar. Con una
altitud de 1450 metros y el mar bajo tus pies, parece que puedas volar hacia
las olas que rompen en la playa de Estepona.
Nunca supimos si llamarla Los
Reales de Sierra Bermeja, o la Bermeja Sierra de Los Reales, pero el caso es
que hacía más de 30 años que no pisaba este fantástico Paraje Natural de más de
1200 hectáreas, situado entre la costa del Sol y el valle del Genal.
El recorrido que hicimos nosotros
fue circular, comenzando en el Puerto de Peñas Blancas, a 990mts de altitud,
tomando la pista asfaltada que baja a Genalguacil, y entrando por un camino, a
la izquierda, marcado como el Paseo de
los Pinsapos. Pronto te das cuenta de la riqueza botánica que alberga esta
vertiginosa montaña de roca magmática rica en hierro y magnesio. Entre esas
joyas tenemos el Pinsapar más meridional de Europa, además de tratarse del
primer lugar donde el botánico suizo Pierre Edmond Boissier describió el Pinsapo a la comunidad
científica, allá por 1837.
Otra particularidad del entorno
es que este pinsapar es el mayor del planeta que se ha desarrollado sobre
substrato de peridotitas, además de dar cobijo a especies como el madroño, pino
marítimo, coscoja, enebro… y una variedad de especies de fauna como el Halcón
Peregrino, águila real, búho real, águila calzada, arrendajo, carbonero
garrapinos, pinzón real, gavilán, y especies mamíferas como el meloncillo, gato
montés, cabra montesa y corzo. Por lo tanto estamos hablando de un valioso
reducto, cuasi salvaje, a escasos kilómetros de la vorágine del ladrillo que
desfigura toda la franja litoral visible desde nuestra ansiada cumbre.
Pasamos un arroyo precioso y
escarpado por donde chorreaba transparente el líquido elemento, y al poco de
este barranco, llegamos a otro, la Garganta del Algarrobo, que precede a la
plazoleta de los pinsapos,
donde podemos leer un poema de García Lorca en un
muro levantado para tal fin, y disfrutar un rato de la belleza del lugar.
El camino sigue ascendiendo hasta
un precioso collado situado entre Los Reales y Los Realillos, desde donde vemos
la Sierra Crestellina, otro paraje Natural, calizo, situado junto a Casares, y
ya descrito en
anterior oportunidad en estas páginas.
Justo a nuestra derecha, conforme llegamos al collado se levanta el Cerro de Castellón. No me cansaré de repetir que debemos ser más educados cuando salimos al monte, y NO tirar desperdicios de uso humano durante nuestra excursión. Piensa en el futuro, pues cada vez somos más los que disfrutamos de nuestro tiempo de ocio en compañía de la naturaleza, y no tenemos porque ir ensuciando nuestros sentidos con la basura de otros.
Desde este collado vemos las
antenas de comunicación y telefonía que sirven de referencia de nuestro
destino, y serpenteando inmersos en un frondoso pinar en el cual crecen
salteados algunos ejemplares de pinsapo, vamos tomando altura hasta llegar a la
cumbre de esta rojiza montaña, donde tenemos muchos rincones en los que
refugiarnos del viento para degustar nuestras viandas y contemplar a golpe de
prismático todo el litoral desde Punta Carnero hasta Málaga.
Para hacer la ruta circular,
bajamos del vértice geodésico hacia la deteriorada carretera de acceso a las
antenas, y por ella bajaremos caminando hasta la zona recreativa Salvador
Guerrero, donde se ubica el
refugio Agustín Lozano (1276m), donde se tiene la oportunidad de comer o tomar café. Continuamos por esta carretera hasta el Puerto de Peñas Blancas, donde dejamos el vehículo, no sin antes zamparnos una
innumerable cantidad de madroños que la naturaleza puso a nuestra disposición.
refugio Agustín Lozano (1276m), donde se tiene la oportunidad de comer o tomar café. Continuamos por esta carretera hasta el Puerto de Peñas Blancas, donde dejamos el vehículo, no sin antes zamparnos una
innumerable cantidad de madroños que la naturaleza puso a nuestra disposición.
como siempre, es un placer leerte.
ResponderEliminarhan puesto tu blog en http://lavidaessilbar.blogspot.com/
ResponderEliminarno me extraña, estás haciendo un blog estupendo.
aquí también te tienen http://oceanosdelibertad.blogspot.com/
ResponderEliminarhttp://kayakespana.blogspot.com/
Gracias Paz,tú sabes, se hace un poco lo que se puede porque cuesta bastante mantenerlo activo. Pero nos gusta compartir con vosotros estos momentos...
ResponderEliminarIsabel, he entrado del tirón porque me creia que te tirabas en parapente o paracaidas...con eso de
ResponderEliminar"Volaré, yo volaré" y dije para mi "CAPAZ"
Saludos
¡¡¡Nooo Andrés¡¡ todavía no he llegado a ese nivel, aunque no creas me gustaría ser mujer pájaro tiene que ser genial, pero creo que terminaría con diarrea.....
ResponderEliminar