La mañana del domingo se
presentaba lluviosa y además estábamos convocados a votar en las urnas, como
dice Javier Krahe en su canción ¡ay democracia¡…
“Me gustas democracia
Por qué estás como ausente,
con tu disfraz
parlamentario..”
Ante estas dos opciones,
decidimos irnos a los acantilados de Barbate. Comenzamos la ruta por los Caños
de Meca, al final de su núcleo de población. Enseguida te adentras en un bosque
de pinos y vas ascendiendo poco a poco por una pendiente que transcurre
paralelo a la costa, sobre los acantilados, vamos dejando atrás hermosas vistas
del faro de Trafalgar.
En los puntos más peligrosos del recorrido, se
han colocado vallas de protección, en otros tramos hay que tener cuidado de no
acercarse mucho al corte del precipicio, ante el peligro de derrumbe.
Este primer tramo del
sendero discurre por un bosque de Pinus
pinea; es un árbol que suele soportar bastante bien la salinidad del terreno, así como los suelos arenosos,
que precisamente fueron replantados en las dunas del terreno, y suelen tener
enormes raíces para extraer el agua de las capas más profundas y debido a los fuetes vientos
suelen quedar al descubierto. Junto a este pino vemos también en esta primera
zona del sendero un rico bosque de enebro marítimo y que pueden observarse
ejemplares de gran talla, ya que se
encontraban con anterioridad a la
repoblación de los pinos; esta especie está inscrita dentro del libro rojo de
especies amenazadas de Andalucía. También podemos observar lentiscos, retamas,
palmitos, coscoja y buena parte de plantas aromáticas, como lavanda, romero,
tomillo… que le dan al sendero un caminar relajante.
Poco a poco vamos
ascendiendo por el acantilado, que se formó debido a que su sistema de dunas
fósiles se quedaron aisladas por procesos geológicos o por algún obstáculo
orográfico se petrificaron dando lugar a las mil formas que podemos ir observando
a lo largo del recorrido.
Nos aproximamos a la Torre
del Tajo que a pesar de sus 13ms de altura no se ve a lo lejos porque la oculta
la copa de los pinos, tiene forma en tronco de cono, dispone de una sola
estancia abovedada. En este punto es donde los acantilados adquieren su máxima
altura, los
100ms sobre el nivel del mar, este hecho le valió para que el rey
Felipe II la mandara construir como torre de vigía, ante las incursiones de los
piratas moriscos. Esta torre junto a
otras que hemos ido viendo en nuestro recorrido por el mar, formaban un
entramado de comunicación entre las poblaciones colindantes de los peligros que
asolaban sus costas, durante el día lo hacían mediante humo y por las noches
avisaban con fuego. Hoy día podemos disfrutar de esta torre gracias a los
procesos de restauración que ha sufrido, por eso todos debemos de cuidarla y
evitar su deterioro.
Si nos paramos en este punto, además de poder
contemplar el atlántico, podemos divisar ya Barbate, el cabo de Gracia, la
sierra del Retín, de la Plata… hasta la punta Camarinal.
Una vez dejamos atrás la torre comenzamos una
suave bajada y donde van apareciendo ya las lomas pobladas de vegetación y por
donde podemos oír pequeños caños y manantiales
de agua potable correr hasta el
mismo litoral. Estos acuíferos se forman por la disposición alterna de estratos
permeables e impermeables, es decir de
calizas y margas arenosa. De ahí que los
musulmanes le dieran el nombre de caños de Meca.
Conforme vamos bajando podemos ir contemplando
toda la ensenada de Barbate con su
puerto pesquero y poco a poco llegamos a la playa de la Hierbabuena.
Esta playa es muy codiciada por la comunidad surfera y la emergente kayak
surfera, por su inmejorable ola de derechas.
Ficha
Técnica
Localización: Parque Natural de la Breña
Población: Caños de Meca - Barbate
Dificultad: Baja
Distancia: 16 Kms
Desnivel: 100ms
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