Viajar
a Madeira es bien sencillo desde España, aunque todos los vuelos pasan por
Lisboa, y sale mucho más a cuenta viajar en coche a la capital portuguesa,
disfrutarla durante dos días, y luego, volar a Funchal. Solo nos separan 90
minutos desde la desembocadura del río Tajo hasta la Región Autónoma de Madeira.
Había
ganas de caminar, así que tras bajar de la aeronave, fuimos a buscar un coche y
pusimos rumbo a Caniçal, muy cerca del aeropuerto, de hecho, mientras vas
andando por la zona, ves bajar todos los aviones que llegan a la isla. Todavía
no sabemos donde se aloja tanta gente.
Estamos
en el extremo oriental de la isla, en una pequeña península de unos 5 kms,
estrecha y alargada, de formación basáltica, árida y carente de vegetación
arbórea. Los contrastes de la mescolanza de colores que vamos a disfrutar aquí,
nos harán el camino mucho más suave de lo que es. Es un paseo de ida y vuelta
en el que solo podremos llegar hasta el Morro do Furado, pues en adelante no
hay senda, y por tratarse de una zona de alta protección, queda prohibido el
tránsito en la parte final. De todas formas, el faro, visible desde esta
espectacular atalaya, está aislado.
El
sendero está bastante elaborado, incluso jalonado con pasamanos en las zonas más
expuestas. Tenemos a nuestra disposición unas 130 especies de plantas, de las
cuales, 31 son endémicas. Un paraíso para nuestros sentidos, que no hace más
que enriquecernos culturalmente.
Desde
el Morro, vemos perfectamente la pista de aterrizaje del Aeropuerto
Internacional de Madeira, una de las más peligrosas del mundo, pues el viento,
al superar los 15 nudos, provoca turbulencias muy peligrosas. Por lo visto,
solo los pilotos que han aterrizado alguna vez de día, pueden hacerlo por la
noche. Y se exige una licencia especial para hacer operaciones en este
aeropuerto.
Comenzamos
a caminar cerca de la una, apenas un
rato de emoción por estas latitudes y ya ha merecido la pena el viaje. Es una
isla pequeña, pero ofrece mucho. ¿Demasiado poco y demasiado tarde?... creemos
que no… creemos que Transit se refiere a otra cosa en su Too Little Too Late.
Esta banda fresca de Hardcore Rock and Roll tiene un “ritmazo” que no podemos
dejar parar por alto.
Que buena ruta, corta pero muy bonita,la isla impresionante esos acantilados.
ResponderEliminarDi que si Richi. Fue una toma de contacto con Madeira, ni siquiera pasamos por el hotel: Directos al camino!
EliminarEs espectacular el paisaje volcánico que se levanta desde el fondo del Atlántico. Muy aconsejable para casi todos los públicos. La verdad es que vimos una señora con sobrepeso, francesa, que tuvo que parar nada más comenzar, y esperar a que su marido (supongo) hiciera el resto del camino por ella. Es fácil, pero hay alguna cuesta... y hay personas que no tienen eso en cuenta.
Feliz año, Richi, y espero nos veamos las caras en este estrenado 2015. Salud.