Día
7 de enero, muchísima niebla en la Bahía, por segundo día consecutivo, así que
buscando un clima de media-baja montaña, más seco, nos fuimos hasta Grazalema.
Subimos
hacia los llanos del Endrinal, y sin bajar a ellos, vamos hacia el Cancho de la
Bejeruela y nos aproximamos al Pocillo Verde.
Antes
de llegar, tomamos el camino que sale a la izquierda, que sigue ascendiendo
entre pinos y encinas, para tomar otro camino a la izquierda y repechar hasta
uno de esos picos (sin topónimo) que conforman la zona llamada El Reloj.
Desde
su modesta cima, vimos un camino descendente, que nunca habíamos transitado, y
como era temprano, decidimos investigar. Es una senda antigua, pero poco usada
y con mucha broza… colaboramos en conformar hitos y romper algunas ramas…
Con
mucho trabajo visual, pues el desdibujado sendero a veces se pierde entre la
vegetación, conseguimos llegar a la cañada que viene del caserío de Campobuche,
y tomamos rumbo ascendente, hacia la casa de Peñaloja, donde hace unos 8 años
estuvimos escalando de modo artificial; probando material.
Desde
aquí hay un intuitivo camino que nos dejará en la Ermita del Calvario (como
todas) de Grazalema, para finalizar una preciosa jornada con un clima
primaveral.
I
will Wait… I will Wait for you… y esperaremos todas las veces que haga falta,
hasta encontrar días maravillosos de placer en la montaña. Mientras tanto: I
Will Wait, de Munford & Sons, para llenar de emoción esas jornadas
campestres.
La
anécdota de la jornada; una vaquilla con ganas de juego que insistió en
arremeter contra nosotros hasta tres veces… menos mal que uno tiene dotes
toreras y supo darle unos capotazos al bicho.
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