Tocar la guitarra,
bailar y cantar con la energía que derrocharon Talking Heads durante aquel
mítico Stop Making Sense en 1984, requiere un estado de forma física
excepcional, además de una exuberante cantidad de magia y sentido del ritmo.
Con esto no
queremos decir que haya que ser un atleta para alcanzar la cima más alta de
Madeira, pero hay que dejar claro que el paseo comporta un desnivel de unos
1300 metros, y eso que el pico de Arieiro, donde dejamos el coche, se eleva
1810m sobre el mar atlántico, visible desde arriba.
Desde Funchal,
tomamos la carretera ER 103, y en un vertiginoso ascenso, llegaremos a esos
1810m de altitud, la segunda altura de la isla; junto al aparcamiento, hay
restaurante, tienda, y desde 2011 una E.V.A. del ejercito. El trazado que nos
va a llevar hasta el pico Ruivo, está trabajado a conciencia, con escaleras,
pasamanos, señalización, miradores… una verdadera obra de ingeniería que
convierte este recorrido, en toda una delicia para la mayoría de los
turistas que arriban a este pequeño archipiélago.
Estamos ante el PR
1, y al poco de comenzar, ya rebasamos la primera y más vertiginosa de todas
las aristas por las que discurre el camino. Las vistas a diestro y siniestro de
todos los barrancos que nos rodean son verdaderamente espectaculares. Nos
podemos empapar de toda la geología de la isla, y ver como se elevó todo el
material que emergió de las erupciones volcánicas que conformaron Madeira.
Al poco de
comenzar, hay que desviarse unos metros para alcanzar el mirador Ninho da
Manta… merece la pena.
Tras una
vertiginosa bajada, por una escalera con peldaños “talla alemán”, llegamos a
una bifurcación anulada, pues a causa de unos desprendimientos, la posibilidad
de hacer el camino de vuelta por la vereda occidental, la de los túneles, está
clausurada de momento. Están trabajando en ello.
El fenómeno del mar
de nubes es casi diario, por lo que aconsejamos madrugar, así poder disfrutar
de las vistas durante la ida, pues casi seguro que a la vuelta nos sumergiremos
entre la espesa niebla.
Otro
desprendimiento, ha anulado el paso en el tramo final, antes del refugio, y hay
que tomar el túnel hacia el pico
Arieiro, para desviarnos a la derecha, nada más cruzarlo, y afrontar un tramo
que no sabemos si es provisional o definitivo, en el cual hay instaladas unas
escaleras metálicas vertiginosas, que tienen pinta de no durar muchos años, y
tras volver al camino original (rodeo que añade unos 45 minutos a la ruta y un
desnivel asombroso) ya sólo nos queda un tramo incendiado y en regeneración, hasta
llegar al refugio y posteriormente a la cima más alta de la isla, desde donde
tenemos tres miradores excepcionales, para que no nos perdamos ni un solo ápice
del maravilloso paisaje que nos rodea. Hasta la avifauna local se recrea con
esta maravilla.
Desde aquí tenemos una encrucijada con varias opciones,
una de ellas sería llegar hasta Encumeada, pero hay 11 kilómetros, y luego hay
que volver… prácticamente es inviable.
Precioso Mar de nubes.
ResponderEliminarQué bonitos lugares. Las vistas son preciosas. Me alegro de que las hayáis podido disfrutar y gracias por enseñarnos las fotos.
ResponderEliminarGracias Salva y José Luis, tuvimos mucha suerte con el tiempo nos regaló un día espléndido porque aquella zona con días de lluvia es un poco complicado por los desniveles del suelo. El sitio es una gozada para los que nos gusta la Naturaleza ya que las vistas son increíbles y está todo muy cuidado y limpio. Saludos
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