La
barriada de Santa Lucía está situada en la falda de Vejer de la Frontera, en un
enclave muy rico en agua, de hecho hay cinco antiguos molinos a lo largo del
curso que baja desde su nacimiento, en La Muela.
El
camino está muy bien marcado y no tendrá pérdida, y si vamos un día de buena
temperatura, seguramente estará bastante concurrido. Si elegimos una mañana
lluviosa, la tranquilidad del lugar y su frondosidad nos hará disfrutar de lo
lindo.
El
acueducto, de época medieval, todavía se conserva bastante bien, y por él,
siguen corriendo centenares de litros de agua diarios, que mantienen la
frondosidad de la vegetación y ayudan a favorecer el microclima del que gozan
los habitantes de tan recóndito y agradable rincón.
Hasta
el año 78, no pasaron los molinos a pertenecer a las gentes de Vejer, pues con
anterioridad a esa fecha, la titularidad era de los Duques de Medina Sidonia.
Si
al sonido del agua, añadimos un poco de Liquid Tension Experiment, la caminata
sería muchísimo más emocionante, pero preferimos dejar el sonido de este
supergrupo para cuando arribemos a nuestra casa, así no perder detalle de las
notas que son capaces de extraer estos excepcionales instrumentistas.
Es
un recorrido que se puede hacer perfectamente en bicicleta, aunque nosotros
preferimos disfrutarlo a pie… al finalizar, además, tenemos a nuestra
disposición buena oferta gastronómica en el poblado… para empaparnos aún más de
su entorno.
Ibis Eremita |
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