Aunque
ya se haya ascendido una montaña, hollado una cumbre o descendido un puerto, a
veces hacemos repeticiones, sólo por buscar la esencia de la vida, que no es
otra cosa que disfrutar distintas emociones y sensaciones.
Nunca
habíamos vivaqueado en la cumbre de Mulhacén, y aunque las nubes lenticulares
no recomendaban la ascensión, como el Vasar de la Norte estaba cubierto de nieve,
y por lo tanto peligroso; decidimos hacer algo nuevo y buscar un rinconcito
donde encajar dos espaldas para intentar reconciliar un imposible sueño a 3475m
de altitud.
Primeramente
habíamos ascendido un Puntal de Loma Pelada que por momentos se cubría y se
descubría… era como esa sensación de estar sentado en la mecedora, en casa de
la abuela, mientras el visillo era bamboleado por el viento que entraba por
aquella ventana y a veces se metía hacia el salón…
Comimos
reposados en la pared lateral de un refugio de la Caldera, que por momentos se
llenaba más… y no nos apetecía pasar una multitudinaria noche… estamos en la
Montaña, por favor… Tras asomarnos a la vereda del Vasar, y comprobar que tenía
bastante nieve como para hacerla con seguridad, y pensar en la posibilidad de
algún desprendimiento rocoso provocado por el fuerte viento que reinaba en la
montaña, tomamos la decisión “in situ”
de hacer algo nuevo, pues subir a Mulhacén no debe convertirse en algo monótono
y aburrido… hoyamos el techo peninsular, y nos acercamos a su pico hermano:
Mulhacén II, donde el viento era incómodo y la sensación térmica bajísima.
Retrocedimos hacia la masificada cumbre, y buscamos donde encajar dos espaldas,
protegidos, en la medida de lo posible de aquel fortísimo viento.
Fue
como un sueño… un sueño de acordes y melodías infinitas, como las que son
capaces de transmitir los cinco miembros de Dream Theater, que siguen siendo
uno de los grupos más técnicos y virtuosos del panorama mundial. Mike Mangini,
desde luego, es un buen sucesor del carismático e impresionante Mike Portnoy,
con las baquetas.
Sobre
las cinco o antes, ese sueño se convirtió en húmedo, y es que se concentró una
gran nube en la montaña, y como el viento era tan fuerte, toda esa humedad, captada
por el nylon, al ser sacudida la tela violentamente, nos caía al interior
humedeciendo todo el material… incluyendo los mullidos y cálidos sacos. Isabel
permaneció nerviosa y preocupada, toda la noche… yo sin embargo, adopto la
técnica del avestruz, y no quiero saber nada de lo que ocurre del techo para
afuera… mañana será otro día.
Tras
un luminoso amanecer, en menos de una hora desayunamos calentito,
carbohidratados y supervitaminados, empacamos todos los enseres… el viento, al
asomarnos al cambio de rasante que desciende por la Oeste, era tan brutal como
nunca lo había vivido… casi nos tiraba al suelo, y a veces, por el efecto de la
mochila, te giraba sin tu quererlo… en Las Posiciones y en la Carigüela, era
algo similar.
Había
fuerzas para llegar al coche, en la Hoya de la Mora; en 4h 15 min lo hicimos… no cargamos ni agua durante el descenso, ya
nos hidrataríamos en el bar.
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Las primeras nieves en el Cerro de los Machos y nortes |
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Los Tajos de la Virgen |
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Cumbre de Puntal de Loma Pelada |
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Crestones de río Seco, Machos y Veleta alineados |
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Desprendimiento en la bajada a la Caldera |
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Laguna de la Caldera |
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Cumbre del Mulhacén II |
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Entre Mulhacén II y Mulhacén |
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Ocaso en el Mulhacén |
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Laguna de la Mosca |
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Juego de Bolos desde el Mulhacén |
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El "hotelito" en la corraleta (antigua construcción) |
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Vista de Puntal de la Caldera desde el Mulhacén |
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El crepúsculo desde el Mulhacén |
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Las nubes cubren el Veleta |
Me ha gustado la crónica mucho y las fotos también. A veces a mi aunque no lo viví in situ como vosotros me reconforta, me agrada mucho este tipo de jornadas. Ya se empieza a ver Nieve y ya tengo mono de montaña, quiero un día muy próximo ir con mi hijo, solos los dos a subir a algún sitio, me apetece mucho. Saludos pareja, Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Salva, te agradecemos tu colaboración. Ahora llega un tiempo muy bueno para llevar a Alex a dormir a alguna cumbre cercana, pero suficientemente alejada del mundanal ruido.
ResponderEliminarEn Sierra Nevada ya hace frío. Estuvimos a 3 grados, y con viento. El Gore no me lo quité en los 2 días, ni los guantes.
Hay que organizar otra en breve.
Un abrazo.
Frio, viento, humedad... y encima nos gusta. Son cosas que no se pueden explicar con palabras aunque tu siempre las usas con mucho acierto. Me gusta !!!
ResponderEliminarUn abrazo, pareja.
Verdad tocayo, le dices a cualquiera lo que has hecho ahí arriba y te tacha de loco... pero es que es eso... con palabras es difícil transmitir esas emociones.
EliminarUn abrazo, amigo, y me alegra que te guste.