Aunque
cabía la posibilidad de lluvia, emprendimos la marcha a las ocho y media de la
mañana desde el punto limpio de Villaluenga, hacia el Puerto del Correo.
Llegamos
a los llanos de Libar, y pasado el refugio, a nuestra derecha, veremos dos
hitos que indican la subida al pilar del Saucillo.
Este
camino es ascendente, precioso, jalonado por añejos quejigos y vetustas
encinas, con un ambiente muy acogedor… tanto, que sin darnos cuenta habremos
llegado a una oxidada cancela que se sitúa casi en un collado de la sierra del
Palo, que separa nuestra divisoria de aguas de la que vierte al valle del
Guadiaro.
Nuestro
objetivo era El Tunio, pero al llegar a este collado, nos decantamos por
ascender primero a un precioso torcal que se sitúa al NE.
Al
encumbrar, hacía viento, frío, y al minuto empezó a llover. A penas dio tiempo
de inmortalizar la lluvia por detrás del pico Ventana. El cielo, cubierto de
oscuras nubes, nos invitó a negociar el recorrido, y como al regresar al
collado, seguía lloviendo… poco, nos retiramos hacia los llanos de Libar. No
teníamos ganas de repetir la gran mojada de hacía siete días en Sierra de las
Nieves.
Al
alcanzar el Puerto del Correo, la meteorología había avanzado de modo favorable
a nuestros propósitos, por lo tanto decidimos girar al Norte, y buscar un
camino, si lo hubiere, que transitase por la Sierra de Libar. Encontrado
este, y al ser ascendente, vimos otras posibilidades, lo seguimos y
trabajamos mejorando el marcaje con hitos más contundentes.
Esto
nos llevó a una zona idónea para tomar el almuerzo, a cubierto del poco viento
reinante. Con el estómago lleno y la mochila vacía se piensa y se camina
mejor… decidimos subir hacia la cima de aquella elevación que nos había dado
cobijo, y a través de lapiaces enormes y rodeados de torcales espléndidos,
dimos, tras
pasar un murete de piedras, con una de las cumbres que forman la sierra de
Libar… y cayeron otras cuatro gotas.
Hay
formas de diseñar una ruta… a nosotros nos va más la improvisación, pues es más
sana para el estado de ánimo… menos estresante. Creemos que fue así como nació
el plato Chino-Estadounidense Chop Suey… improvisando un poco en la cocina… muy
acorde con la caminata de esta jornada: un poco del Palo y un toque de Libar.
Chop Suey! es además una de las canciones más conocidas de la banda Armenia
System Of A Down, quizá la más reconocida. Es brutal, tiene unos cambios de ánimo, o de ritmo, que
llegan al sobresaliente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario