lunes, 13 de mayo de 2024

Salvemos al Chorlitejo Patinegro

Y bien, ¿Qué es esto de Salvemos al Chorlitejo Patinegro?, ¿Porqué se va a tratar este tema en un blog de montaña? Bueno, la respuesta es sencilla: porque es necesario que se conozca este proyecto.

La primera vez que escuchamos hablar del chorlitejo patinegro fue en 2019, cuando El Bosque Habitado dedicó algún programa a darlo a conocer, ya que se había declarado Ave del Año por SEO/Birdlife. Al año siguiente, con las intensas restricciones de movilidad y reunión, se empezó en Cádiz este proyecto de protección y conservación de la mano de Agadén (Asociación Gaditana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza); pero antes hay que comentar que ya por la zona de Tarifa existía un proyecto de la mano de Salva Solís y otras personas; incluso llegaron a salir en Tierra y Mar, un programa de Canal Sur TV. 

Comencemos poniendo en contexto:

Vanesa Rivera, presidenta de Agadén Ecologistas en Acción, recibió un día una llamada de una joven sevillana, por whatsapp, indicando que se había encontrado un pollo… y se lo había llevado para Sevilla. Vanesa le explicó que no podía hacer eso, ya que los chorlitejos patinegros (al ver la foto que le mandó supo lo que era) son nidífugos, y que tanto el macho como la hembra están siempre al cuidado, pero que ellos campean solos… que tenía que devolverlo al sitio donde lo cogió o moriría… que es una especie en peligro de extinción y que incluso es sancionable su captura… inmediatamente esa mujer bloqueó el whatsapp de Vanessa… ya iba camino de Sevilla. Ese pollo murió, con toda probabilidad y seguridad… eso es indiscutible, pero Vanessa se reunió con Paula Marchena (añadir que estas personas son biólogas), y se dieron cuenta de algo vital para esta especie: la desinformación, o si queremos, la podemos llamar ignorancia, también los mata; hay personas sensibles, que no saben nada de la biología del ave, y creen que están ayudando con la acción de recogerlo… sin saber que lo que hacen es provocarle la muerte al animal. Como todo en esta vida, el estudio es algo muy importante. Hay que leer, informarse, tener curiosidad… y no dejarse llevar por lo que nos pueda ofrecer, por ejemplo este blog, o el primer video que veamos en youtube o instagram. Hay que contrastar siempre. Lo que yo estoy escribiendo aquí, también puede ser falso. Investiga sobre el chorlitejo patinegro y saca tus conclusiones. Y por supuesto, refuta en comentarios si no estás de acuerdo con lo que aquí exponemos.

En 2020, estando por la playa, como siempre recogiendo plásticos, vi a dos personas con prismáticos por la Punta del Boquerón… y me acerqué a hablar. Eran Guillermo Gutiérrez y Blas Ramírez. Estaban haciendo el trabajo de censo del chorlitejo patinegro, para este proyecto que acababa de nacer. Yo no tenía ni idea de aves… me sacabas del buitre leonado y la chova piquirroja, y me perdía. Pero eso me gustó. No me metí en el voluntariado en ese momento, pero al cabo de unos meses, nos volvimos a encontrar, y ahí establecimos contacto y me dispuse a colaborar. Repito: ni idea de aves.

El proyecto se centraba en las playas, ya que es el lugar donde esta especie, reproductora en nuestras costas, tiene el mayor problema de supervivencia. ¿Porqué? Es fácil de entender: la época de reproducción de esta especie limícola, coincide con la llegada masiva del turismo a las playas.

¿Qué tienen estas playas que tanto le gusta a nuestro querido chorlitejo? Vida. Esa sería la palabra que lo engloba todo. Pero hay que seguir ampliando: Arenales pedregosos, dunas, vegetación dunar, refugio natural, alimento… y tranquilidad… ¿Tranquilidad? En absoluto… ese es el problema de su desaparición. Un ave, para subsistir, necesita básicamente dos cosas: alimento, y que lo dejen tranquilo. Si el alimento falla (pesticidas, contaminación,…) y no encuentran una zona donde poder procrear sin molestias (turismo masivo, pérdida de hábitats, pruebas deportivas multitudinarias, limpiezas de playa en época de cría, etc.), esa especie irá desapareciendo poco a poco. Lo de la limpieza es vital, pues es mejor dejar la posible basura entre las dunas, que no les va a molestar, y proceder a limpiar la zona cuando pase la época de cría... si queremos contribuir a que no desaparezca este ave.

En el caso de nuestro protagonista, se ha visto década a década sin espacio para llevar a cabo su esfuerzo por no desaparecer. Zonas como Benidorm, o la Costa del Sol, han supuesto una pérdida total de esta especie. Pero no todo está perdido, y aunque sea difícil de entender, tenemos que dejar de ser egoístas y pensar que no estamos solos en el planeta.

Otro de los mayores problemas de subsistencia de este ave, son las limpiezas mecánicas de playas. Esa acción destroza completamente su hábitat, además de aplastar literalmente los nidos… lo hemos visto, por desgracia. Afortunadamente se está consiguiendo que algunos ayuntamientos no lleven a cabo estas acciones en zonas próximas al cordón dunar, y por supuesto, que no se despedregue la playa. Esto ha sido trabajo de Agadén, que se ha reunido con los ayuntamientos que han querido y sabido escuchar.

Más problema: los perros sueltos en la playa. La mayoría de personas que tienen perro, son totalmente ignorantes del daño que producen sus mascotas domésticas en un medio natural. Recordemos que el perro, no es un animal que forme parte de ese ecosistema. Los perros, por normativa, deben ir atados. No hay excusas. 

¿Dónde nidifica el chorlitejo patinegro? Es un ave limícola, por lo tanto nidifica en zonas de playa o próxima a fangos donde poder alimentarse. Los huevos los deposita en el suelo, en un pequeño cuenco que el macho practica en la arena moviendo sus alas y patas. Normalmente rodeado de piedras, conchas, o a veces bajo el refugio de alguna planta que le proporcione seguridad y mimetismo. La única defensa que estas aves tienen ante sus depredadores naturales, es el mimetizaje… pero claro… ese mimetizaje se vuelve en su contra cuando tratamos con el ser humano. No los vemos, y los aplastamos, literalmente. 

Ni hablar de actividades como las excursiones en quad o vehículos a motor de cualquier índole atravesando playas y cordones dunares. Esto es una barbaridad, no sólo para el chorlitejo patinegro.

Protección:

En algunas playas (cada vez en más playas), se están instalando mallas cinegéticas en las zonas de cría, para que transeúntes y mascotas no puedan entrar a molestar a la fauna, con cartelería muy bien elaborada, para explicar y sensibilizar. No me cansaré de repetir la buena labor que está llevando a cabo Agadén, y de manera totalmente altruista. Dado que la época de cría abarca desde abril hasta agosto, debemos respetar escrupulosamente estas protecciones, pero no siempre lo conseguimos. 

Nuestra labor en este proyecto es (a parte de hacer censos, con material óptico y sin molestar en absoluto), la de informar a los usuarios de playa de la problemática que tiene este pequeño y atractivo ave para subsistir, y cómo poder ayudarlo. Lógicamente, no siempre obtenemos respuestas agradables… y no podemos hacer nada; imagina las respuestas que te dan cuando le dices que hay un ave en peligro de extinción que cría en esta zona y no debemos pasar: “ahí no hay ningún ave”; “yo soy amante de los animales”; “esos no están en peligro de extinción, porque se ven miles”… y esta última respuesta, es verdad… vemos cientos, o miles de limícolas… pero las personas que no son observadoras, confunden (y doy fe) el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), con el correlimos tridáctilo (Calidris alba), el correlimos común (Calidris alpina), el chorlitejo grande (Charadrius hiatícula), el charrancito común (Sternula albifrons), el vuelvepiedras común (Arenaria interpres)  (todos estos nombres científicos los hemos aprendido de tanto estudiarlos).

Por eso dije antes, que hay que leer, informarse, estudiar… el conocimiento salva vidas. Si, ves cientos de limícolas… pero apenas 40 individuos son chorlitejos patinegros… y más de la mitad de las parejas reproductoras, pierden sus pollos en los primeros días de eclosión, por acciones humanas.

A veces, las intenciones no parecen ser malas, pero si nos metemos por la zona de cría de este ave, bajo cualquier excusa, los estamos matando. 

Fuera de playas, pues el año pasado, y por mi cuenta, empecé a buscar posibles zonas de cría en esteros y salinas abandonadas, también los podemos encontrar… la Bahía de Cádiz ofrece mucha superficie de marismas potencialmente idónea para que el pequeño chorlitejo pueda criar… pero, en estos últimos años, y por necesidad de esparcimiento de la población, se han habilitado caminos, incluido un nefasto Eurovelo8, en los antiguos esteros de San Fernando, por ejemplo. ¿Qué ocurre en estos senderos públicos? Que el personal no respeta la normativa municipal, suelta a los perros, y estos matan a las crías de chorlitejo patinegro. Si respetásemos la normativa y no nos saliésemos del camino, ellos podrían reproducirse sin problemas. Necesitan de nuestra colaboración, porque es nuestra culpa el hecho de que estén desapareciendo. No hay que buscar otros culpables.

En dos semanas, en mi zona de control más exhaustivo, han muerto siete pollos, de nueve eclosiones. Las cifras no pueden ir a peor… tenemos que revertir esta tendencia entre todas, y conseguir que el Chorlitejo patinegro sea un símbolo de nuestra Bahía, de nuestra ciudad (San Fernando) y de todo el litoral gaditano.

Practica nuestro eslogan, y "Únete al bando"; el chorlitejo patinegro te necesita.


Láminas extraídas del cuaderno del chorlitejo patinegro creado por Agadén.

Se explican muchos detalles del ave y del proyecto.



La recogida de residuos se debe hacer fuera de la época de cría.

Recogida simbólica de colillas para concienciar sobre el proyecto y el problema.

Pollo de chorlitejo patinegro escondido. Nos fuimos inmediatamente del lugar.

A los 20 minutos, volvimos, y el pollo ya se había ido. Se quedan inmóviles para camuflarse.

Macho adulto. Fotografía de José Antonio Gutierrez. Puerto Real.

Hembra adulta. Fotografía de José Antonio Gutierrez. Puerto Real.

¿Cuantas patas puede tener una hembra? Fotografía de Blas Ramirez. San Fernando.

Con los alumnos del IES Huerta del Rosario. Chiclana. Fotografía de Guillermo Gutierrez.

jueves, 9 de mayo de 2024

Sierra de las Nieves (La Peñilla) y Sierra de Grazalema (El Torreón).

Despedimos abril con la entrada de un potente frente frío que auguraba momentos inolvidables en la montaña… de hecho, estuvo nevando por el Sistema Central, Sierra Nevada… y las temperaturas se desplomaron, literalmente.

Era, además, el mundial de motociclismo en el Circuito de Jerez… y para ir a las sierras… hay que pasar por la puerta… menudo atasco se forma… pero no había prisa ninguna… la idea era la de caminar hasta donde alcanzase la luz. Hace décadas que no me interesan las motos en absoluto… creo que forma parte de mi evolución.

Toda la zona del área recreativa de Quejigales está a tope de floración. Tiramos milla por aquellos pinsapares, que se lucían de verde intenso y olores potentes, hasta alcanzar la Meseta de Quejigales en total y absoluta soledad. Sólo vimos arriba a una pareja que nos preguntó en el aparcamiento por el camino de subida al Torrecilla. Y ovejas… vimos muchas ovejas… y pájaros… escuchamos muchísimos pájaros… algún día desarrollaremos la habilidad de reconocerlos por su canto… seguro… de hecho, ya reconocemos algunos.

La tarde cayó, y bajó el termómetro. Arribamos a la Peñilla, y los juegos de luces y nubes eran tan brillantes, que vimos con absoluta certeza unas collalbas grises, collalbas rubias, acentores alpinos, chovas piquirrojas, cernícalo vulgar, buitre leonado… y seguramente alguna más, imposible de identificar. Llovió un poco… ¡menuda sensación más placentera! Las grises nubes, la soledad, el suave y gélido viento… las gigantescas cortinas de lluvia que se oteaban a lo lejos, hacia Málaga… el delicado sonido de las collalbas… el chillido de las Phyrrocorax… estaba la montaña como jamás la habríamos soñado.

Y cayó la noche… a 1700 metros de altitud… menos mal que íbamos preparados… por la mañana, 0,8 grados es lo que marcaba el reloj dentro de la tienda; el techo estaba congelado. La collalba rubia seguía nuestros movimientos matinales… visible sin prismático, parecía una bolita blanca y amarilla, vigilante.

Por no llevar el Primus Easy, de latiguillo, tuvimos que abrigar con las manos el cartucho de gas, para que evaporase bien y poder calentar un café. El Coleman Outlander micro no es lo suyo para temperaturas tan bajas… pero se pudo desayunar con paciencia… o quizá es que estemos acostumbrados a los infernillos de latiguillo y precalentador, y si usas el pequeñito y básico, se queda corto. Nos gusta tomar aceite virgen extra por la mañana, y eso hoy día no es inconveniente, y no hablamos de monodosis de usar y tirar… hay que ser sostenibles.

La caminata de bajada, fue de lo más placentero que hemos hecho en los últimos meses. No nos cruzamos a nadie. En el área recreativa había dos coches.

Pasamos por Ronda, entramos a comprar algo de comida, y nos fuimos para Grazalema, directamente… bajando el Boyar, aparcamos en el comienzo del camino de ascensión al Torreón… que estaba repleto de coches… y a las 13:30 estábamos subiendo al pico más alto de la provincia más meridional de la península ibérica.

A las 15:25 estábamos en la cumbre, y de nuevo se desplomó la temperatura… jersey, impermeable… todo… comimos arriba del todo con unas vistas increíbles… y tras comprobar que ya no hay libro de firmas, ni geocaché… hice otra panorámica para la página de Horizontes Ibéricos, que ha quedado bestial.

Así que, amanecemos y desayunamos en un Parque Nacional, y comemos en un Parque Natural… de Sierra de las Nieves, en un salto, a Sierra de Grazalema… ha sido una manera de intentar emular a nuestro amigo Dani, de San Fernando… sólo que él subió al Torrecilla y al Torreón en el mismo día… eso si que tiene mérito.

De vuelta a casa, el CD de Robben Ford en directo, volvió a dar algunas vueltas; pero una banda que me atrevo a recomendar, actual, es Miedo al Monstruo. Hacen una música interesante, pues son gente con una buena trayectoria musical… es un rap potente, de guitarras y base rítmica contundente con bajo y batería… nada de cajas de ritmo. De momento tienen dos canciones: La Jaula y Oh No… a cual mejor. Dale un tiento… el cantante, Julio Cordero (Julius Lamb en redes) es un tío muy interesante de escuchar, no solo cantando, si no dialogando… estuve 3 horas con un podcast de una entrevista que le hicieron en Radio El Palmar… y he escuchado dos veces la entrevista. Hay cosas, que merecen la pena repetir…  además, Julio es de San Fernando… es vecino, y hay que apoyar su música.






Dos vetustos amigos.








La caseta de vigilancia del Puerto de los Pilones.

La cumbre más elevada de la provincia que habitamos.

La mejor provincia de España a nivel ornitológico.

La sensación victoriosa es indescriptible.

No subestimes nunca la verticalidad del Torreón.

viernes, 8 de marzo de 2024

Pico Torrecilla sin visibilidad, desde el mirador del Saucillo.

Creo que su nombre era Karine, y nos dejó bastante precipitación en algunas zonas de la península. Hace años que se le pone nombre a las borrascas, como todos sabemos, y hay personas que critican eso y dicen aquello de “una tormenta de toda la vida”… bueno, si, tormentas ha habido toda la vida. Otro fenómeno que algunos critican, es la DANA… alegando que es “la gota fría de toda la vida”. En ciencia se avanza a diario, porque todos los días, las científicas y científicos trabajan en ello. La medicina también ha evolucionado algo… ¿no? Antes se moría alguien… y yo he llegado a escuchar aquello de: “ha muerto de algo malo”… pues claro… no va a ser de algo bueno. Simplemente, en la actualidad hay bastante más conocimiento y mejores medios. ¿Lo de poner nombre a las borrascas? Me parece una gran idea. A mi no se me olvida que el huracán Katrina fue, indirectamente, el causante de la muerte de Clarence “Gatemouth” Brown… y no vamos a explicar las causas de la desaparición de uno de mis músicos favoritos.

Como últimamente que vamos a Sierra de las Nieves (recordamos que es Parque Nacional), salimos el viernes por la tarde, nos hospedamos en Ronda, comemos algo bueno allí, y así no hay que darse el madrugón el sábado y conducir 350 kms en el mismo día de la ruta. Hay que fraccionar que ya estamos más viejos.

La predicción era esa, borrasca con vientos muy fuertes y probabilidad de lluvia, incluso de nevadas por encima de muchos metros… y se cumplieron las tres. 

Sobre las 8:30 de la mañana, habiendo desayunado en El Burgo, ya estábamos caminando, dejando el auto, solitario, en el mirador del Saucillo.

Pasamos puerto Bellina, y se escuchaban bastantes pajarillos. Vimos dos pinzones vulgares… que ya está muy bien. Algún pinsapo caído dificulta el paso, pero la zona boscosa está preciosa… pasamos junto al Picacho, y poco a poco alcanzamos los Ventisqueros… ni que decir que hacían honor a su nombre… y que a esa altitud ya estábamos metidos de lleno en plena condensación. El Peñón de Enamorados ni se veía… y el camino pasa muy cerca. Paramos a tomar café, y nos alcanzó una pareja… los únicos que vimos en toda la mañana por esta vereda… hasta el momento.

Al rato nos cruzamos con un buen grupo de espeleólogos, y soportando un frío y un viento brutal, alcanzamos el cerro de Tolox, el cual bordeamos por el este, en lugar de por la ruta normal. Vimos carámbanos agarrados a la caliza en varias de las oquedades que forman estas preciosas paredes. Escuchamos un pito verde (Picus sharpei), y vimos un acentor alpino (Prunella collaris) muy cercano.

En el cerro de la Plazoleta nos cruzamos y coincidimos con bastantes personas… la visibilidad era muy baja, y vimos a la pareja que nos alcanzó donde el café… se dieron la vuelta a pocos metros de la cumbre debido al fuerte viento. Nosotros continuamos hasta finalizar la ascensión. Esta cumbre es nuestro talismán… nuestro rincón favorito. Comparándonos con Dani, este sería nuestro Penyagolosa… para que se nos entienda.

Por difícil que esté la ascensión, tirar de sensatez no es posible a veces, pues la cumbre te llama… es como el canto de sirenas del que advirtiera Circe a Ulises, y del que Robe hace una interpretación magistral en Viajando por el Interior: “Llega hasta el fondo, mi amor, cantaban las sirenas, átame al palo mayor con cadenas”. 

El viento feroz sube ladera arriba, y como consecuencia de la inclinación de la montaña, el flujo de aire sigue ascendiendo, dejando la vertiente opuesta en una especie de vacío… y ahí se estaba estupendamente… sin viento… y al poco de llegar, se fue todo el mundo, quedándonos solos, junto a media docena de acentores.

Bajamos un poco y vimos dos pajarillos que no sabíamos qué eran, mientras comíamos al resguardo del fuerte viento en una oquedad rocosa al este del cerro de Tolox, y al cabo de 3 días vi una foto… y me los recordó: Carbonero garrapinos, con total inseguridad. 

Tras la copiosa comida, sabíamos que todo sería una contrarreloj hacia el aparcamiento. Aun así, paramos a recoger algo de basura. Siempre hay algo. 

Una jornada enriquecedora donde las haya, y bastante memorable, donde se puso a prueba el material técnico y el cuerpo… donde no hubo tiempo más que para caminar y pensar, donde tensamos de sobra la musculatura esquelética, acción importantísima en nuestras vidas, pero en la que ni siquiera llevamos un pequeño prismático para saborear algo de avifauna… no fue ni rentable ni posible. Viento y condensación provocan momentos inolvidables… sensaciones únicas incluso de euforia.

Hay que, parafraseando a Leize, “paladear el tiempo como una pasión”. Que no te quede una montaña por ascender… o al menos por intentarlo.



















viernes, 16 de febrero de 2024

Parque Natural Cabo de Gata-Níjar

Primer día del año 2024. Desayunamos en Almería y nos dirigimos hacia el Cabo de Gata para dar un paseo costero por una de las zonas más interesantes de España a nivel geológico.

La temperatura es muy primaveral, y hace mucho que no llueve por esta zona, cuya vegetación básicamente se nutre del spray marino. Nos detenemos en un observatorio de aves, antes de llegar a la barriada Cabo de Gata, en unas salinas, y hay algún flamenco (y pelícanos) y avocetas. Al llegar al faro, aparcamos, y hay vehículos y caravanas por la zona. Algunos han pasado el fin de año aquí. Comenzamos a caminar hacia la torre de Vela Blanca.

Nos interese más o menos, el calendario y el maldito reloj marcan nuestro paso por el mundo. Que si el día de tal, el día de cual… a mi el santoral me la trae al pairo porque soy más ateo que una piedra. Pero hoy es día 1 de enero, y comienza un nuevo año calendario… un aluvión de nuevos propósitos salen a la palestra estos días, incluso en los telediarios… como si fuésemos tontos y alguien tuviese que dirigir nuestras vidas, por el buen, o por el mal camino. Mi vida, la va a dirigir un romano… de Roma capital… y dentro de lo que a mi me de la real gana (y tampoco soy monárquico), haré lo que me plazca, siempre sin molestar a “naide”. ¡Es que hoy es el día “D”! Bueno… ¿Y a mí, qué?

Fiestas de fin de año a parte… nosotros a lo nuestro.

Tras haber bajado de aquel Mulhacén, tan seco como un desierto… a final de diciembre… habíamos visitado el yacimiento arqueológico de los Millares, que recomendamos absolutamente, y también el Museo Arqueológico de Almería, que estaba frente a nuestra habitación. Almería es espectacular, y daría para escribir un par de entradillas al blog… pero no lo vamos a hacer. ¡Visitad Almería! Y me ahorráis de escribir. Hacía tiempo que una capital andaluza no nos lo hacía pasar tan bien.

El recorrido de nuestra caminata del primer momento del año, discurre por caminos pedregosos, secos, cercanos al litoral y en constante sube y baja, donde vamos a ir descubriendo formaciones geológicas muy interesantes, como esas columnas que se asemejan a la Calzada de los Gigantes, en Irlanda del Norte, pero que aquí tienen un color mucho más claro. Antaño fue aprovechado este material para fabricar baldosas… pues ya tenían la forma hexagonal… sólo había que cortarlas. Bueno… esto puede parecer un crimen, pues se destruye un patrimonio geológico único, como son estas disyunciones columnares de Cala Baja, que no se dan en otra zona de nuestra península… creo. Afortunadamente, la creación de la figura del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, establece una protección en la actualidad… que por otra parte, deja mucho que desear viendo la cantidad de basura que se encuentra por estos parajes. Parece que nadie es consciente del daño que provoca el turismo masivo. Además, este territorio está catalogado como Geoparque mundial por la UNESCO. En redes sociales, no paran de hacerse eco de esto, del deterioro del Cabo de Gata debido a esta ingente acumulación de desechos, sobre todo, plásticos.

Hemos dicho que esto es Cabo de Gata-Níjar… y precisamente en Níjar estuvimos el último día del año, ya anterior. Es muy recomendable. Mucha cerámica local, de alfareros del pueblo… mucha fruta ecológica (cítricos) también local… una gente encantadora… y también vimos aves por allí, como cernícalo vulgar, abubilla, y (el siempre difícil de ver) estornino pinto (precioso este último).

Siguiendo con la caminata, pasaremos por Cala Rajá, desde donde vemos unas formaciones espectaculares, como agujas en pequeños islotes. Como es lógico, tienen su topónimo. En una de ellas, el arrecife de el Dedo, vemos posado un cormorán grande, asoleándose. También disfrutamos del vuelo de muchas gaviotas.. es posible ver alcatraces atlánticos… de hecho, los vimos el día anterior en el Delta de Andarax, al regreso de pasar el día en Níjar.

Seguimos aproximándonos a Vela Blanca, y comprobamos la singular belleza de esa colada blanca que chorrea por dentro de ese cerro tan oscuro. Son tobas blancas alteradas, y de ahí su color tan extraordinario. El topónimo, Vela Blanca, se corresponde a la semejanza con el velamen de una embarcación.

Vemos unos pequeños paseriformes… unas cogujadas… pero había también algo que no teníamos ni idea de lo que era. Los observamos con detenimiento, y tienen el pico grueso y anaranjado, y un plumaje muy bello de toques asalmonados… intentamos memorizarlos, y ya en casa, investigamos en la guía hasta  dar con ellos: Camachuelo trompetero… es la primera vez que los vemos.

Tomamos un té y algo de fruta… comenzamos la espléndida subida al Collado de Vela Blanca, atrochando por la vaguada, para no dar todo el rodeo de la carretera, y aunque hay un senderillo desdibujado, es bastante penoso el avance, sobre todo, alcanzando el trazado de la carretera, que se complica demasiado.

Aunque parezca mentira, al collado de Vela Blanca se puede llegar en vehículo particular. No nos parece nada oportuno… eso es facilitar la masificación.

Desde aquí hay unas espléndidas vistas, y posibilidad de continuar alargando la caminata. Bajamos unos minutos hacia Mónsul, y al rato, damos la vuelta. El punto alcanzado ofrece unas formaciones geológicas bastante interesantes y no merecía la pena avanzar.

De regreso, nos detuvimos en las salinas de Cabo de Gata y en la iglesia, que ha sido escenario de algún rodaje de cine. En estas salinas hay observatorios de aves, y es fácil ver tarros blancos, archibebes, avocetas… y los siempre bellos flamencos… y flamencas (y pelícanos).

De regreso, ya en las playas de Almería, vimos un gran bando de correlimos tridáctilos, como siempre, por la orilla; además de poder ver alcatraces atlánticos, prácticamente desde cualquier cafetería de ese paseo marítimo. Es algo realmente sorprendente el poder ver estas aves marinas desde tierra.

Almería nos ha resultado bastante acogedora y muy recomendable. La capital ofrece una amplia oferta cultural y gastronómica, a parte de ser muy amena de caminar y de tener un encanto especial. Los almerienses aportan mucho a ese agrado, y el clima (aunque no llueve lo suficiente) es otro de los factores que la hacen tan aconsejable de visitar. Habrá que buscar nuevas excusas para repetir en un futuro cercano, y siempre en invierno.


Níjar.

Flamencos (y pelícanos) en las Salinas del Cabo de Gata.

Faro de Cabo de Gata.

Disyunciones columnares.

La Torre de Vela Blanca.


Las tobas blancas alteradas.


La torre.

Vistas hacia Mónsul.

Formaciones geológicas.


El faro, visto desde el Collado de Vela Blanca.


Las salinas. Almería al fondo.