domingo, 9 de enero de 2011

TEIDE (3718m). Máxima Elevación de España.

No sabemos que estaría pensando Mike Oldfield cuando compuso la canción instrumental "MountTeidi", incluida en su álbum Five Miles Out, inspirado a raíz del accidente que tuvo pilotando un avión Piper Navajo Bimotor cuando atravesaba la barrera de los Pirineos, quizás las crestas afiladas, quizás la altitud… o la sensación de tocar el cielo, como la que sentimos nosotros cuando coronamos la cima de este volcán tinerfeño.
El Teide es el pico más alto de España (3718 ms) y además es el tercer volcán más alto desde su base, en la actualidad sólo se encuentra en un estado “dormido”, por eso podemos acceder a su cráter.
Cuando nos bajamos del coche, en la Cañadas del Teide, el termómetro marcaba tan sólo 5 ºC, nos pusimos a caminar por una pista muy definida y preparada para el tráfico de vehículos del Parque. En un recorrido más o menos en línea recta llegamos a una bifurcación de dos caminos nosotros tomamos el de la izquierda, que nos lleva a los Huevos del Teide (bolas de gran tamaño que se han formado cuando la lava desciendió por la pendiente y arrastró fragmentos ya solidificados que iban rodando sobre la superficie todavía fundida, adhiriéndose a ésta bola y aumentándola de tamaño) y a Montaña Blanca (2732 m) formada por piroclastos, en concreto piedra pómez de diferentes colores , que le dan una tonalidad anaranjada. Desde este punto podemos divisar la colada de lava negra de la última erupción del volcán hace doscientos años, donde se aprecia una lengua larga que se desliza por toda la falda de la montaña dándole un contraste de color.

Huevos del Teide y lava descendiendo

Una vez llegamos a Montaña Blanca la pista se termina y el camino se estrecha, se hace mucho más inclinado y en zigzag, entre rocas volcánicas de gran porte, entre ellas la obsidiana que es una roca ígnea volcánica perteneciente a los silicatos y los guanches la utilizaban para fabricar armas cortantes y adornos. A lo largo del camino se divisa grandes oquedades en las rocas, donde se han encontrado vestigios cerámicos que son interpretados como ofrendas que los guanches hacían a los dioses del volcán.
A mitad de camino, si te das la vuelta y miras hacia atrás, puedes apreciar perfectamente la formación de todo el Parque Nacional del Teide. Se divisa lo que fue la antigua caldera del volcán, formada hace unos 150.000 años, en todo el centro de la isla. Su cráter que puede medir unos 16 Kms, entró en erupción en 1798 y en ésta explosión se configuraría la actual caldera de la Cañada del Teide, formando así el complejo volcánico Teide-Pico Viejo, un gran estratovolcán de tipo vesubiano, y cuya construcción perdura hasta hoy.
Vamos esquivando los neveros que nos encontramos, así como la fuerte inclinación hasta que llegamos al refugio de Altavista (3270m) donde el guarda nos avisa que sólo se puede subir con crampones y piolets, por la presencia de hielo. Este refugio es un tanto peculiar, ya que al contrario del resto de refugios de montaña, no sirve comidas, y abre al “público” a las 5 de la tarde, por el contrario, dispone de cálidos edredones para pasar la noche sin tener que portear el saco.

Refugio de Altavista

Una vez colocado el material invernal, empezamos la fuerte subida, intentamos hacerlo por la huella que dejó el guarda, ya que la presencia de nieve a partir de aquí era excesiva.


Hacíamos el esfuerzo de clavar bien los crampones porque el hielo estaba muy duro y también para dejar la huella para el regreso. A pesar del frío, de la primera hora de la mañana, el calor se hacía sentir cada vez más fuerte conforme íbamos ascendiendo, no corría viento y los efectos de los rayos ultravioletas se hacían notar debido a la menor protección que ofrece la atmósfera a estas alturas.


Bien, llegamos a la Rambleta (que es la zona donde llega el teleférico y se concentran todos los turistas venidos de todas partes, ya que es el parque más visitado de España), que es el punto de control del sendero Telesforo Bravo donde el guarda te requiere el permiso para poder a acceder a la cima o cráter.

La Rambleta

Aquí, hay que decir que es terrible que un lugar que está catalogado como Monumento Natural, que es un volcán activo, y que encierra tantos atractivos naturales y paisajísticos, lo hayan destrozado con la construcción de un teleférico para que suban los turistas y sin embargo a montañeros que van bien equipados se les pida un permiso o le cierren el acceso sólo por la presencia de nieve dura o hielo.
El Parque, sí debe de tomar medidas de control de acceso, ya que es bastante peligroso, y en el ataque desde la Cañada del Teide, se ven muchos aficionados con el mínimo equipo para ascender a la montaña.
Es bastante bochornoso que el Parque haya tenido que poner a lo largo de todo el sendero hasta 3.718 ms de altura, papeleras para los desperdicios, porque los humanos no somos capaces de mantener limpio el monte ¡¡de vergüenza¡¡


A la altura de la Rambleta dejamos las mochilas (ya que este día sólo hicimos cumbre tres personas) y subimos los últimos 160 m que nos separan de la cresta. Hay que decir que este sendero turístico está muy determinado y elaborado ¡¡chapeau por los obreros que colocaron los peldaños a 3718 metros!! Así los turistas pueden ver cumplido su sueño artificial.
Cuando llegamos arriba rodeamos el cráter del volcán, que tiene unos 80 m de diámetro, por su margen derecho hasta llegar al punto más alto. La sensación es muy emotiva, puedes sentir las entrañas del volcán que se manifiestan a través de sus múltiples fumarolas. El cono es multicolor. Los colores se entremezclan con los olores (anhídrido sulfuroso, cloruro de sodio, potasio..).

Cráter

Y las vistas son llamativas, debido a que tuvimos un día claro, se podía divisar las Islas, así como La Fortaleza, el valle de La Orotava y el Portillo.

La cumbre del Teide

Comenzamos el descenso con mucho cuidado debido a la fuerte inclinación y al hielo, nos desviamos a la izquierda hacia el mirador de la Fortaleza.

Mirador de la Fortaleza

La bajada fue verdaderamente espectacular. A la caída del sol, éste proyecta la sombra del Teide a lo largo de todo el valle de La Orotava e incluso se alarga a las nubes reflejando así toda su fisionomía y lo que parece ser su emanación de gases, a la vez que vas apreciando las diferentes tonalidades que adquieren las rocas volcánicas con los rayos del sol al ocaso.


Sombra del Teide fuera de la isla al atardecer

3 comentarios:

  1. Feliz año nuevo, Isabel. El reportaje es estupendo y las fotos son muy buenas, seguro que guardas bellos paisajes del lugar. Saludos...

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  2. Igualmente Luys y que naveguemos mucho este año.. ya sé que lo habeis pasado fenomenal en Navidad. El Teide fue fantástico y las vistas maravillosas, tuvimos la gran suerte que el día que subimos no hacía nada de viento en la zona hecho que suele ser muy raro por los fuerte que son los aliseos allí, pero lo disfrutamos mucho. Animate y lleva a Angelita en una escapadita... Saluditos.

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  3. Que bueno de veras. Yo me quede medianamente cerca, a ver como y cuando me acerco de nuevo.

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