jueves, 27 de abril de 2017

GeoParque Villuercas-Ibores-Jara. Lorera de la Trucha.

Seguramente habrá algunos instrumentistas zurdos, que utilicen un instrumento diseñado para diestros. Un ejemplo era el fallecido Albert King, que usaba una guitarra normal, que él tomaba con el mástil a la derecha.
También conocemos un ejemplo de bajista zurdo, que desarrolla su actividad musical con un bajo encordado para diestros. Se trata de Eyadou Ag Leche, bajista de Tinariwen, al que incluso Flea (bajista de los Red Hot Chili), le regaló uno de sus bajos por su cumpleaños. Es muy curioso verle tocar con la cuerda más gruesa en la posición más cercana al suelo. Posiblemente, aprendió a tocar la guitarra con aquella que le regaló su tío de pequeño, que sería una guitarra para diestros.
Ahora nos centraremos en otra maravilla, pero geológica y única.
El lugar que recomendamos se extiende entre las comarcas extremeñas de Las Villuercas, Los Ibores y La Jara, siendo de los pocos parques de este tipo en la Península, y declarado Geoparque Mundial por la Unesco.
Se trata de un tesoro de biodiversidad y sostenibilidad. Entre muchos productos, podemos disfrutar de una miel única en España, y de un excelente aporte paisajístico, ya que el punto más alto, el Risco de la Villuerca, una atalaya de 1601m de altitud, ofrece unas vistas impresionantes. Aquí se produce el nexo de las dos grandes cuencas de Extremadura: La del Tajo y la del Guadiana.
El centro de visitantes del Geoparque, queda en la población de Cañamero, lugar idóneo para el hospedaje y la degustación gastronómica.
Nuestra propuesta es tomar la carretera Ex102, la que cruza Cañamero, seguirla en dirección a Guadalupe, y continuar hacia Alía. Pasando esta población, perfecta para desayunar, llegaremos al Sinclinal del río Guadarranque. Por aquí continúa una de las muchas rutas del parque: El Camino Natural de las Villuercas, que discurre desde Alía a Puerto de San Vicente.
Cruzando el puente del río, a la izquierda veremos un camino. Entraremos con el coche. Un cartel nos invita a conocer la Lorera de la Trucha, pero cuidado, no está señalizada. Por este camino seguiremos unos 13 kms hasta dejar el coche. El recorrido es precioso y apto para un turismo, y es fácil ver fauna por esta zona.
La Lorera es un reducto del terciario digno de visitar, y en esta garganta, el loro (Prunus lusitánica) se desarrolla acompañado de alisos y fresnos. Se trata de un bosque único y además podremos contemplar el gran pliegue sinclinal del Guadarranque. Por otro lado, es muy rica esta comarca a nivel paleontológico, de hecho han habido muchos e interesantes hallazgos en este aspecto.

Es indispensable buscar alguna referencia, ya sea de gps, o estudiando bien algún plano de la zona, pues la garganta está bastante escondida. Este enclave ofrece muchas posibilidades para caminar, y sobre todo para la bicicleta de campo.


Puente del Camino Natural de las Villuercas, sobre el río Guadarranque.

Camino de entrada, apto para un turismo.

Río Guadarranque.

Ya hemos comenzado a caminar, y cruzaremos este vado.

Aquí se observan los plegamientos.

Pista ciclable, jalonada de una espesa vegetación.


Construyendo puentes...

Para no mojarnos los pies.


Garganta de la Trucha.


Pequeño salto de agua.


Raíces de Loro.




El paso más complicado y más espectacular de la garganta.


Pinar de repoblación en terrazas, a la salida de la garganta.

viernes, 21 de abril de 2017

Desde Almoharín al Parque Natural de Cornalvo, en Tándem.

Julio Cortázar escribió la novela Rayuela en 1963. En ella había un personaje, Maga, nombre que adoptó la banda sevillana de Indi-Rock, donde destaca la voz en un tono alto del cantante Miguel Rivera, que también lleva la guitarra y teclados. El cantante de Maga, una vez quiso salir de su casa, en semana santa, y en ese preciso momento estaba pasando la cofradía del Silencio… con toda su comitiva. No pudo salir… y aprovechó ese momento para componer una canción, que además dio título a su álbum de 2011: Silencio. Sin duda, una composición de lectura obligatoria.
Nosotros no tuvimos la suerte, o la desgracia, de que el Silencio pasase por la puerta de nuestra casa, en Almoharín, y a las 7:50 ya estábamos pedaleando a dúo, desde la Plaza de España, eso sí, por una zona acogedora y bastante silenciosa.
Era un martes de semana santa, y con 6 grados de temperatura, el manillar no era tan confortable como aquella cama que acabábamos de abandonar. Llevábamos el gps atado a la potencia, y con unos “waypoints” en forma de banderita azul, que entre la poca luz de la mañana… los ojos llorosos del frío… la verdad es que había que parar en cada encrucijada y comprobar si nos movíamos en la dirección correcta. El trazado fue obra maestra del compañero forero Keducc, y hay que agradecerle el gran trabajo que hizo… estas dehesas son un entramado de viales y cañadas dignos de recorrer… y por los que poder perderse.
El Parque Natural de Cornalvo es inmejorable para la bici… de los mejores rincones que hemos pedaleado… Extremadura promete, y mucho. Llegamos a la presa del embalse, que es la única en funcionamiento de origen Romano, rodeados de jaras en flor (Ladanifer). El Berrocal del Rugidero es otro enclave místico, del que disfrutar caminando, y la presa pequeña del arroyo de las Muelas, también se merece nuestra parada. Al salir del Parque, se pasa por unos caminos en constante sube y baja, por una zona que hace millones de años era un río, y el terreno es un pedregal de cantos rodados… hubo que atravesar zonas técnicas, tanto en bajada como en subida, pero el reto de no poner un pie en el suelo, con el laborioso tándem, fue superado.
Pasando los depósitos de agua de Alcuéscar, bastante ensuciado el entorno, por cierto, visitamos la iglesia visigoda de Santa Lucía del Trampal, del siglo IX, muy interesante y bien conservada.
Alcuéscar es buena opción para preguntar por un bar y comer, y así reponer la energía que nos había costado llegar hasta allí. Ya hacía calor… unos 31 grados… Aquí estuvimos hablando con algún paisano, y nos aconsejaron el itinerario más rápido para llegar a Arroyomolinos, y de ahí a Almoharín. Tras 86 kms, finalizamos el recorrido en nuestra casa, nos refrescamos, y degustamos los famosos higos secos bañados en chocolate.

Extremadura, como siempre, sorprendiendo con sus productos gastronómicos.

Salida de Almoharín, con 6º de temperatura.

Sierra de Almoharín.

Puente romano sobre el arroyo El Coto.





Típica charca de las dehesas extremeñas.


Parada para hidratar y observar el monte.


Entrada al Parque Natural de Cornalvo.

Berrocal del Rugidero.

Berrocal del Rugidero.

Berrocal del Rugidero.

Cola del Embalse de Cornalvo


Embalse de Cornalvo.

Presa romana de Cornalvo.





Iglesia visigoda de Santa Lucía del Trampal.

Cruceiro en Alcuéscar.

Parroquia del Salvador en Almoharín.

Plaza de España y Ayuntamiento de Almoharín.


https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=17306729