domingo, 30 de enero de 2011

CERRO DE LOS MACHOS (3327m) POR EL CORREDOR NW


“Tengo que reconocer que tu ausencia me desplaza, a veces me lo paso bien y otras veces se disfraza, una de cal, otra de … vamos a ver! Porque no es lo mismo cuando vienes y me abrazas. Tengo un dossier con las hazañas de ayer, pero no es lo mismo que si vienes y me abrazas.” Esta es una de las mas de cien canciones del gran roquero madrileño Rosendo Mercado, grabada en Málaga, en 2001 y perteneciente a su disco: “Canciones para normales y mero dementes”; letra como muchísimas otras de este poeta del rocanroll que me transmite mucho sentimiento y refleja ese puntito que sientes cuando te vas de ruta alpina con tus compañeros, y te alejas de alguien especial, ya que era viernes y no regresaría hasta el día siguiente por la noche, pernoctando en el albergue de Sierra Nevada.
Después de una noche no muy placentera en el albergue universitario de la Hoya de la Mora, debido a la mala calidad de la cena, pues en temporada alta se suben los precios, se bajan los servicios, la comida es execrable… en fin, que para olvidar la mala estancia a las 7:20 nos pusimos en marcha, mis compañeros de desventuras Nano y Alfredo, con dos grados bajo cero, oscuro y sin apenas viento, tomando la vereda que asciende cercana a las pistas de esquí hasta alcanzar en unas dos horas el tajo del barranco de Guarnón, cerca de las Posiciones del Veleta, con los primeros rayos de sol que son la recompensa de quien madruga, en un lugar archiconocido por todo el colectivo montañero que tiene en la sierra Nevadense su campo de batalla.

Inicio de la jornada
En la cresta mencionada, y justo tras una roca característica junto a un bello portillón se encuentra el descuelgue que nos facilita el descenso al Corral del Veleta cuando el veredón está cubierto de nieve.

Cara norte y corredor del Veleta
Llevábamos dos cuerdas de 60m para poder descender sin hacer fraccionamientos y por lo tanto con mayor seguridad, aunque claro está, esta siempre va en conflicto con el peso de la mochila: a mayor seguridad mayor carga.

Descenso rapelando
Rapelamos los cinco, y digo los cinco porque Carlos & Carlos usaron nuestras cuerdas y desde aquí la cordada creció, pues llevaban el mismo objetivo que nosotros. Una vez en lo mas profundo del Corral del Veleta te has transportado como por arte de birli-birloque a un lugar mágico rodeado de paredes de esquistos y con un silencio que va más allá de lo explicable, debido a la ausencia de viento… todo es blanco,


de un blanco impoluto, y con la superficie que pisas en un alto grado de inclinación, por lo que no debes despistarte ni un segundo, ya que una caída en este lugar te puede suponer arrastrar hasta que se acabe la nieve a unos 2000m de altura, y estamos a mas de 3000.

Ascenso por el corredor
Contemplando el precioso Canuto del Veleta, que lo hicimos hace exactamente un año, y caminando por la cabecera del barranco de Guarnón, vamos aproximándonos con sigilo hacia el primer espolón rocoso que baja vertiginosamente del cerro al que nos disponemos a subir.
Los Carlos van abriendo huella y se lo agradecemos bastante, pues la verdad es que siguiendo una estupenda huella el trabajo es más fácil. Tras cruzar el espolón, paramos a avituallarnos y a sacar el segundo piolet, ya que aquí la pendiente se eleva y el tramo es largo.


Las vistas de la norte de Veleta, del veredón y de todo el barranco, del Picón de Jeres, y de la inmensidad, van tomando amplitud a medida que ascendemos y vamos saliendo del cuello de botella.
Tras casi una hora de corredor, a la salida había un paso delicado y monté reunión en nieve con una estaca y dos piolets para asegurar en top rope al compañero Alfredo.

Reunión
En alta montaña la seguridad no se cuestiona, y a la mínima duda hay que hacer uso de los recursos de los que disponemos para evitar el mínimo riesgo, ya que nos encontrábamos en una zona con una inclinación de un 70%, y un pequeño resbalón tendría fatales consecuencias, pues el hielo te hace acelerar hasta que pares contra algún obstáculo, de hecho, a la semana siguiente de nuestra aventura, nos enteramos que un montañero se había precipitado más de 200 metros justo en el mismo corredor… y hubo que rescatarlo con medios aéreos.

Cumbre del cerro de Los Machos 
Ya fuera de peligro y en el tramo final de ascensión, parece que todo ha terminado pero aún queda una dura subida aunque la percepción es otra, además esta zona está muy venteada y no hay que bajar la guardia pues el manto níveo está muy duro y el cansancio ya se empieza a acusar.
Después de zamparnos un "espanta buitres" en la cumbre del Cerro de los Machos nos pusimos de nuevo en marcha para bajar la montaña por su vertiente SW, que acumulaba mucha nieve, mucho más blanda y con


una temperatura que quemaba las camisetas y toda la industria alpinística, y sudando a chorros nos aproximamos al collado de la Carigüela para comer otro poco rodeados de gente y emprender la bajada por la pista de esquí de fondo hasta la Hoya de la Mora, donde nos espera de nuevo la civilización.

La sombra del narrador

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