jueves, 11 de agosto de 2011

SUBIDA AL REF. DIEGO MELLA O COLLADO JERMOSO POR EL PUERTO DE PANDETRAVE (León)



El grupo granadino Lori Meyers con su música indie de influencias británicas y estadounidenses nos canta en su disco “Cuando el destino nos alcance

Todo esto es culpa de la gente
¿Por qué te hace sentir tan diferente?

Con esta letra podemos analizar un poco la situación de la montaña en los últimos años que contrasta con  la magnificencia  de los Picos de Europa y que a veces el comportamiento humano empaña una jornada en la montaña. Aunque intentas olvidar cuando miras el Macizo Central de los Picos de Europa con su multitud de cumbres que superan los 2000m y te haces una idea de la situación donde se encuentra el refugio de Diego Mella o Collado Jermoso  y las sendas por donde tienes que pasar, parece imposible acceder a él, pero a veces, la montaña te envuelve en un halo que te atrapa y te lleva hacía ella.
Decidimos emprender la subida  al Collado por el Puerto de Pandetrave, para pasar por la Vega de  Liordes, que en esta época estival  está preciosa. Accedemos al parking del puerto de Pandetrave por la localidad leonesa de Posada de Valdeón. Aquí comienza una


pista que te lleva a Fuente Dé y  comienzas a ascender suavemente y vas a dar  al collado de Horcada de Valcadao,  donde giras a la izquierda, y llegas a un cruce de caminos que te indica a Caben de Remoña. 


Desde este collado puedes disfrutar de unas hermosas vistas, a un lado, dejas el valle de Valdeón, y en el otro divisas Fuente Dé que ya pertenece a Cantabria, y desde donde puedes acceder también a Collado Jermoso. Y donde ya abandonas las vistas de la vertiente sur  del Macizo Occidental.
Una vez ya en Caben Remoña se termina la pista y se encuentra un abrevadero para el ganado de la zona que suele ser  ¡cómo no¡ vacas que pastan tranquilamente y que observan al caminante con curiosidad y holganza. 


Aquí comenzamos a ascender por una de las canales que tenemos que pasar y que se puede decir es la más comprometida por ser un pequeño sendero pedregoso y muy inclinado, pero
poco a poco, vamos ascendiendo por perpetuos senderos sinuosos que nos atrapan con sus paredes totalmente rectilíneas, y una vez lo superas, te recompensa con las vistas una vez te sitúas en lo alto de la canal. 


Las vistas que te encuentras una vez superado este punto es una espaciosa  y dilatada 


pradera, donde se mezcla el colorido de su verde hierba con los reflejos de los arroyos de agua que fluyen laderas abajo, y el marco bucólico lo ponen su ganado vacuno y caballar que pastan en ellas.

Como el lugar lo merecía nos paramos a descansar y reponer fuerzas con una buena comida al lado de la caseta forestal, donde nos acompañan varias chovas piquigualda (Pyrrhocorax graculus) que querían aprovechar nuestros restos de comida. Ante la actitud del animal intuimos que estos córvidos se están acostumbrando a comer los restos de comida de los humanos, cuando la suya es a base de insectos, gusanos, arañas y pequeños reptiles. A veces con la intención de conseguir una buena foto o a veces por inercia como lo hacemos con los domésticos, no debemos de confundir la alimentación de una animal doméstico con la de un animal salvaje. No debemos de alimentar con nuestra comida a los animales salvajes ya que estamos interfiriendo en su dieta y hábitos de captura o caza de su alimento, además de esta forma, rompemos la cadena trófica. Así que, por favor, ¡ no dar de comer a los animales salvajes¡  


Proseguimos por la senda que cruza toda la vega hacía la izquierda, si cogemos a la derecha nos lleva a Fuente Dé. Comenzamos a subir por una suave ascensión hasta que nos adentramos en un farallón rocoso por donde se ha taladrado un sendero, el Sedo de la Padierna, a nuestra derecha tenemos la pared caliza y a nuestra izquierda una vertiginosa y

recta pared rocosa; este sendero te lleva al Collado de Padierna y es el que te adentra a la alta montaña del macizo central de los Picos de Europa….pero al fondo se divisa toda la Vega y canal de La Sotín, y por supuesto todo el valle de Valdeón.
Una vez pasado este segundo canal ya nos vamos adentrando en la zona de Las Colladinas, llamadas así, porque son una serie de collados que se van sucediendo, uno tras otro, hasta que


llegas al último que es el más alto, cómo no, desde donde puedes divisar el refugio y hacerte una idea de la distancia que te queda, y de la situación del refugio sobre la canal de La Sotín, en pleno valle del Cares. Visto desde esta cota el refugio parece colgado en el abismo, a 2064m de altitud,  resguardado por el macizo del Llambrión que te deslumbra por su pluralidad de colores grisáceos, y te vas aproximando a él a través de un senderito bien marcado.

La idea de construir este refugio en este lugar se debió a Diego Mella, de ahí su nombre (fue el primer presidente de la Federación Leonesa de Montañismo), cuando iba camino al Llambrión. Una serie de factores determinaron que Mella se decidiera por este enclave único, fue el hecho de disponer de un manantial de agua, la protección del refugio de los vientos de poniente y la imposibilidad de tener aludes en el invierno.
 Es un refugio que debido a su emplazamiento ha sufrido las mil y una rémora, pero quizás, todos estos factores es lo que le aporta un encanto especial.
Al ser un refugio pequeño, aunque está en fase de ampliación de mejoras como es la construcción de aseos y baños. Al no disponer de estos habitáculos los montañero/as que visitan el refugio tienen que salir fuera de él para hacer sus necesidades fisiológicas, y ahí, es donde tenemos que hacer una reflexión y toma de conciencia de cómo hacer “caca” en el monte. No podemos hacerlo en cualquier sitio y dejar las deposiciones al aire libre, así, como los papeles higiénicos, con la intención de que como estamos en el campo no pasa nada. Estas heces además de contaminar el monte te lo impregnan de malos olores, y más aún, cuando es un lugar asiduo para ello, como suele pasar en este refugio, con la consecuencia, a demás, que el sitio que han elegido para ello es el que tiene unas vistas espléndidas de la Torre del Friero.


Yo recomiendo a toda persona que le guste la naturaleza, y que se nueva por cualquier lugar, bien sea montaña, senderos, desierto, playa etc…, que se lea el libro “Como cagar en el monte” de la autora  Kathleen Meyer en la editorial Desnivel, aquí la autora se atreve a llamar las cosas por su nombre para explicarnos de una forma  lúcida, con humor y directa: porqué es tan importante cavar el agujero y dónde hacerlo; qué hacer cuando no podemos cavar el agujero; váteres portátiles y sistemas de desinfección de agua; cómo evitar una diarrea en el campo, y consejos para nosotras...etc. Es un libro cómodo, económico y fácil de leer y te es de gran ayuda en el campo. Seguro que disfrutaríamos de todos los rincones de la naturaleza en todo su esplendor y sin contaminación.
Por eso decía, al inicio, cuando los Meyers cantan… todo es culpa de la gente… nos creemos que nada va con nosotr@s y tod@s formamos porte de esto.
Bueno como iba diciendo el enclave del refugio es genial ya que hay unas vistas excepcionales de la Torre del Friero y Salinas, así como de la Palanca y Peña Santa que al parecer hay unas


puestas de sol maravillosas, nosotros no tuvimos la suerte de poderlas disfrutar ya que se

adentraron las nubes y empezó a lloviznar.. ¡otra vez será¡..  si disfrutamos de la presencia de una gran manada de rebecos (Rupicapra rupicapra) que al anochecer corretean alrededor del refugio.


Después de un madrugón y un buen desayuno dejamos el refugio y emprendimos la bajada con una niebla muy espesa, apenas te dejaba ver a un metro, pero una vez llegado a la cubeta de la


Vega de Liordes disfrutamos de nuevo de las espléndidas vistas de su llanura rodeadas de afinadas cumbres calizas.
 
Ficha Técnica

Localización: Parque Nacional de los Picos de Europa
Población: Posada de Valdeón (León)
Desnivel: 659m
Distancia: 12,27 Km
Trazado: Lineal
Dificultad: Alta

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