martes, 26 de septiembre de 2017

Ascensión al Breithorn (4165m). Suiza

Gracias al remonte mecánico de Klein Matterhorn, se ha facilitado el acceso a la zona del Breithorn, Pollux y Castor, a miles de turistas inexpertos. Hay quien pretende ascender su primer cuatromil, en unas condiciones de equipamiento y técnica bastante precarias. Estamos en la alta montaña alpina, y esto no nos lo podemos tomar a broma por mucho que nuestra Visa pueda permitirse el lujo de pagar este carísimo teleférico.
Ya el viaje en el remonte, es espectacular. Cuando esa cabina aproxima al final de su recorrido, a 3820m de altitud, pone los vellos de punta. Al salir del túnel de Klein Matterhorn (o Pequeño Cervino), la temperatura era de unos -2º. Seguimos rectos, junto al telesquí de Gobba di Rollin. Cuando abandonamos la pista, nos encordamos y complementamos con el material invernal.
El recorrido es muy fácil, pero estamos en alta montaña, caminando sobre un glaciar casi plano, el Breithornplateau, pero que cae hasta convertirse en colgante y precipitarse al vacío… lo habremos comprobado mientras ascendemos en la telecabina.
Las vistas tienen doble nacionalidad, italiana y suiza, con un toque lejano de francesa.
Las montañas gemelas, Castor y Pollux, de más de 4000m, se ven justo frente a nosotros. El trazado comienza a tomar inclinación, hacia la vertiginosa arista del Breithorn, con un marcado rumbo Norte.
Blind Faith era un súper grupo en cuya alineación titular figuraba Eric Clapton a la voz y la majestuosa guitarra. Se recuerda por aquellas excelentes grabaciones improvisadas, o Jam Sessions... algo por lo que también recordaremos esta ascensión, que se decidió no atacar por falta de interés y exceso de costo, pero finalmente la encuadramos dentro de una pequeña ventana de buen tiempo, pues tuvimos que reducir una travesía de dos jornadas y adaptarnos a la meteorología con algún ataque fugaz a alguna mítica cima alpina. Siempre recordaremos esos melódicos y eternos punteos del gran “Mano Lenta”... y esas cuerdas de acero que nos elevaron hasta la base de esta montaña.
En menos de dos horas, la cima estaba bajo nuestras botas, y las vistas del Cervino, Monte Rosa, Mont Blanc, Weisshorn, Allalinhorn, Gornergrat, Höhtalli (nuestra primera intención), y bajo nuestros pies el Gornergletscher, y gracias a una luz increíblemente atractiva, formaban ya parte de nuestra retina y de nuestra historia. No sin antes, claro está, haber tenido que lidiar con la hipoxia, el hielo vivo, las peligrosas grietas… y los nervios de un compañero de cordada.
La bajada, sin relajarse lo más mínimo, pues la pendiente es considerable y las vistas atraen muchísimo. Además, hay que derrochar una gran dosis de empatía, ya que es una cumbre muy frecuentada y sólo hay una huella para todos.
-->


El Breithornplateau, con las cumbres gemelas de Pollux y Castor al fondo.

El imponente Breithorn, nuestro objetivo.

Miro indecisa y temerosa, las grietas del glaciar que vamos a cruzar.

Superadas las grietas, disfruto del efecto de la falta de O2.

Gobba di Rollin.

Monte Rosa.

Gornergletscher, Gornergrat, Hohtälli, y al fondo: Dom y Täshhorn.

Superando mi vertigo innato a 4165m.

Dan miedo esas grietas y seracs.

El Fran, en la cima del mismísimo Breithorn, con Klein Matterhorn en su bota derecha.

Las nubes seguían evolucionando... nosotros también.

Espectacular diagonal.

Klein Matterhorn Paradise. Se acabó lo bueno.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Weisshornhütte (2932m), desde Randa (1406m)

La población de Randa es realmente encantadora, y posee una iglesia barroca que es una verdadera joya. Se sitúa dentro del valle que riega el Matter Vispa, tributario del Ródano. Este río, que a su paso por Zermatt tiene un aspecto blanquecino, típico del desarrollo de ríos de origen glaciar, es fuerte y caudaloso en los meses de verano.
El Weisshorn es una montaña impresionante de 4506m de altitud, a la cual no pretendíamos ascender, pero observando la guía, vimos que hay un refugio (Hütte) a los pies del mismo pico, a casi 3000m de altitud, y que lleva como es lógico, el nombre de la cima. El camino comienza frente a la estación de tren de Randa, pero nosotros comenzamos a caminar en el mismo lugar en el que estábamos hospedados (entre Täsh y Randa).
Es agosto, es temprano, y hace frío… pasamos a la orilla izquierda del río, por un puente, unos minutos antes de llegar a una ruidosa cantera. Pronto cruzaremos el poblado de Eien, y aquí comienza el camino a ganar metros de desnivel. Es muy escarpado.
En estos valles, los rayos de sol tardan bastante en calentarnos el lomo, ya que nos rodean montañas de más de 4000m a diestro y siniestro.
Alcanzamos los 1970m, en Rötiboden, buen lugar para tomar algo, aunque nosotros hemos estado entrenando el metabolismo graso, y podemos seguir otra hora más caminando sin comer nada. Aquí hay dos opciones, y nosotros tomamos la de la derecha, en zigzags hacia Jatx, a 2246m de altitud. Encontramos una fuente linda, y podemos tomar agua… ¡gratis! Esto es un privilegio en Suiza… donde cobran 10€ por una botella de agua en el refugio.
Las panorámicas sobrecogen: El Breithorn, el Castor, el Pollux… al fondo del valle… cubiertos de nieve… mientras nosotros marineamos a través de un bosque impresionante. Se ve perfectamente la estación de Gornergrat.
El trazado no tiene pérdida alguna, y a partir de los 2450m… si la cosa era empinada… todavía se empina más. Ya salimos del bosque y el terreno es más pedregoso. Llega un punto en el que vislumbramos el Schaligletscher, y por supuesto, el Weisshorn. Pocas veces nos habíamos impresionado tanto. En serio.
Ya llevamos unas 5 horas caminando… y hemos alcanzado, por fin, el Weisshornhütte (2932m), enclavado en un balcón realmente increíble. Vemos el Zinalrothorn, y el Dom (4545m). Vemos el Breithorn (4165m). Paramos a comer y a empaparnos de todo el paisaje alpino que nos rodea. Entramos en el refugio y preguntamos si podemos descender por otro camino distinto… y con una amabilidad estupenda, nos dijeron que si… y nos explicaron cómo. No hay nada como saber hablar con las manos y mezclarlo con un poquito de spanglish… de hecho… nos perdimos, y nos tuvieron que rescatar con helicóptero…
Así las cosas, en el desvío que queda bajo el “refu”, apuntamos a la derecha, en lugar de por dónde habíamos subido… rumbo a Schatxplatte (2402m). Se pasa más cerca del glaciar, y es muy recomendable. Luego, en vez de enlazar con el camino de subida, en Rötiboden, seguimos rumbo a Täsh. No nos podemos perder en una red de senderos que está perfectamente balizada, aunque sea la primera vez que caminemos por allí.
Las posibilidades de esta zona son enormes, así como las de interpretación de Eric Clapton, que ya sea haciendo versiones de él mismo, o del blues de los años 30, lo hace de forma infinita. Un ejemplo es ese Viejo Calcetín (Old Sock).
1800m de desnivel de subida… y otros tantos de bajada, es lo que te espera si decides hacer esta aproximación al Weisshorn… si luego, te atreves con el pico… apunta 1500m más.


Schalihorn, de 3975m, es lo primero que vemos al salir de casa.

El Matter Vispa.

Cruzando Eien, el camino se empieza a inclinar.

Haz de luz hacia el Täschhorn.

Randa.


Täsch.

Pollux, Castor y Breithorn.


Esta parte del camino es encantadora.

Rötiboden (1970m).

Seguimos ascendiendo hacia Jatx.

Fuente recien restaurada, en Jatx.

Por fin vemos el Weisshorn.

Al fondo, Täsch parece una maqueta.

Ya tenemos la presencia glaciar a la vista.

Dom (4545m) y Täschhorn (4490m). Los dos más altos.

Schalihorn y Weisshornhütte, con la bandera del cantón de Valais... señal de que está abierto.

Uno de los mejores miradores que hemos tenido a nuestros pies.

De 82 cumbres de más de 4000m, 41 están en el Valais... eso te deja sentado un buen rato.

El impresionante Weisshorn, 1570m por encima de nuestras tozudas cabezas. Estamos a 2932m.

Schaligletscher es un glaciar colgante muy difícil de cruzar.

Getschung y el glaciar Hohlicht.

Impresiona ver esa cantidad de agua desaparecer bajo las piedras. El contraste es para verlo allí.

Opciones... como vemos, el gps, es algo secundario en Suiza. Es imposible perderse si se va atento.

Otra de las impactantes imágenes del glaciar. Muy sonoro, por cierto.

Ya vamos perdiendo altura, pero todavía nos quedaba bastante hasta Randa.

El único paso protegido.