jueves, 14 de julio de 2011

Cerro de la Plazoleta y Alcazaba



Conozco esta tierra
Conozco este suelo
Estaba tan solo antes de conocerte
Ahora he visto tus banderas…

Canta el maestro Enrique Morente esta adaptación de una letra de Leonard Cohen, Leonardo como el le llamaba, junto a sus amigos los granadinos Lagartija Nick y Vicente Amigo a la guitarra flamenca. Aleluya es una de las canciones que componen Omega, grabado en 1996 en Granada, obra maestra de la fusión entre el Rock y el Flamenco, donde el cante jondo es un recital de poemas de poetas como el antes mencionado y de otro granadino que es García Lorca.
Aleluya, aleluya, otro madrugón al cuerpo para acudir con las primeras luces al campo de batalla de pasoslargos”, pero por muchas que sean las veces que acudamos a la majestuosa sierra de las Nieves, nos parecerán pocas, pues la libertad de movimientos que este paraje nos ofrece con su innumerable cantidad de senderos trabajados a lo largo de la historia, hace que pongamos en marcha nuestra imaginación para configurar la ruta a nuestro antojo, y disfrutemos de la aventura que supone investigar caminos por los cuales nunca antes hemos caminado y encontrar en cada cruce, en cada cambio de rasante, en cada puerto… la  posibilidad de improvisar y dar ese toque personal a nuestro recorrido. Bosques de pinsapos, quejigos, pinos, cañadas, cimas, simas, se abren a nuestras inquietudes de montañer@s para que gocemos  de este particular entorno.
 Si comenzamos nuestra singladura en el área recreativa de Quejigales y avanzamos por el carril, en dirección E.N.E, veremos una desviación indicada hacia la cumbre del Torrecilla. En otra entrada de este blog se ha descrito esta ascensión, por lo tanto no vamos a redundar en el mismo recorrido.

Por donde vamos a caminar..
La subida normal discurre por la conocida cañada del Cuerno, aunque se puede subir a la meseta de quejigales por muchos sitios, y algunos muy poco transitados, en los cuales es muy anecdótico cruzarse con alguien.

La consejería tomó hace años la determinación de explotar una sola subida, con varios motivos, uno de los cuales es la regeneración del bosque de pinsapos, y otro podría ser la seguridad de los practicantes de senderismo, así, como la protección del entorno de posibles incendios forestales. 
¿de qué hablaran....?
Aquí, no, vamos a divulgar uno de los caminos más bellos, pues es un lugar muy difícil de acceder en caso de rescate, y además, es una trampa mortal en el caso de que se desate un incendio unos cientos de metros por debajo de nosotros, por lo tanto yo aconsejo a todo el que
El guardián de los quejigos..
tras leer esta entrada y se anime a subir, que discurra su aventura por la cañada del Cuerno, que es la que menos posibilidad tiene de que nos perdamos en caso de niebla, por mencionar otro de los peligros a los que nos podemos enfrentar.

Al cielo...
Tras la hermosa travesía del pinsapar, llegamos al inconfundible pozo de nieve de la meseta de quejigales, desde el cual contemplamos unas vistas espléndidas del Peñón de los Enamorados, cerro Alto, cerro de la Alcazaba, y un innumerable conjunto de Quercus faginea
Una vista de quejigales
que años atrás fueron explotados para el carboneo, y cuyo momento más hermoso es el mes de mayo, por lo tupido que están de lindas hojas, las cuales por ser de tipo marcescente pierden llegado noviembre, adoptando entonces una imagen fantasmagórica de árbol del ahorcado.
Muchas son las personas que acuden a estas montañas en invierno atraídos por la presencia de un manto níveo impoluto, cuando lo verdaderamente atractivo de estas majestuosas extensiones de caliza es la estación primaveral, en la cual disfrutamos del colorido de la aulaga, la sabina, el enebro, majuelos, pinsapos, pinos, quejigos… yo tengo fotos de otras excursiones invernales y parecen en blanco y negro, nada que ver con el gozo que nos ofrece la estación en la que todo es florido y colorista.
Antes de alcanzar la cumbre del Torrecilla, de 1919m, disfrutamos de la esquiva y cercana presencia de un macho de Capra pyrenaica, que deambulaba por las inmediaciones del cerro de Tolox.
Desde la cumbre disfrutamos por unos minutos de la ausencia de seres humanos, que tal y como están las cosas es uno de los placeres que más perseguimos, por eso, le dedicamos tanto tiempo a dar largos paseos por la montaña, ayudados de nuestras botas, y por el mar, ayudados de nuestra pequeña embarcación de fibra.

Llegamos a la cumbre...
Las nubes corrían cerrando la visión y dejándola libre por momentos, por lo que se pudo gozar de unos instantes espectaculares, incluso pasamos algo de frío, muy agradecido casi a finales

Un hermoso quejigo
de mayo, y sobre la marcha decidimos después de comer, acercarnos a la cumbre del cerro de la Alcazaba, también conocido como La Muela, y para ello nos salimos del camino normal
Ahora a la Alcazaba...
que cruza la meseta de quejigales y nos aventuramos por lapiaces esquivando sabinas y enebros y caminando sobre torcales… un verdadero placer de montañero.
Desde la cumbre de la Alcazaba se tiene una inmejorable perspectiva del cerro de la Plazoleta, el pinsapar de la Yedra, el cerro Alcojona, el cañón de río Verde… además tuvimos la suerte de que nos merodeara un Corvus corax, con su majestuoso e inigualable vuelo, dando vueltas

Los chicos en la cumbre del cerro Alcazaba
alrededor de nuestro peñón, pues la fisonomía de la Alcazaba es la de un peñón, más que la de un cerro… completamente vertical por casi todos sus flancos.
Bajando hacia el pinsapar de la Yedra, corrían veloces unas cabras monteses que pudimos vislumbrar desde lo más alto de aquellas paredes de roca caliza. 

Sólo juegan.. en el lapiaz..
Una vez destrepamos de este espectacular y olvidado peñón, nos pusimos a caminar rumbo al puerto de los Pilones, para descender por la cañada del Cuerno hasta el área recreativa,

La bajada...
disfrutando de los rayos de luz de la tarde, que es cuando más iluminada está esta sombría vertiente.  

Sólo pinsapos...

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