lunes, 2 de enero de 2012

CAMBULLÓN DE VÉLEZ - RÍO VERDE


Siete son muchos meses sin acudir a lo que posiblemente sea mi parque natural favorito: Sierra de las Nieves. Dejamos el vehículo en el cruce de carriles Conejeras-Quejigales-Tolox, y bajamos caminando hasta el Llano de la Laguna, donde parte un camino que nos conduce cercano a la linde de la finca de La Nava, y en dirección al Monumento Natural “Pinsapo de la Escalereta”.  Llegamos a él, tras girar a nuestra izquierda, justo en un pequeño llano en el que crece un bosquete de enormes pinos, y donde nace una de las dos cabeceras de Río Verde. 
 Vamos a pasar junto al Pinsapo de la Escalereta, ejemplar de unos 500 años de edad, según unos, y de unos 350 según otros, aunque en algún libro aparece como de unos 200 años, de proporciones enormes, cuyo tronco tiene 5,10 m de circunferencia y 1,6 de diámetro, la verdad es que es todo un señor mayor, aunque el pinsapo no es tan longevo como un tejo o cedro. Aquí  el camino empieza con un suave ascenso, y después de investigar un poco la posible subida al Cerro Alcojona (1420m), tomamos una vereda histórica que baja vertiginosamente por la cuesta de las Lajas, una zona venteada, cubierta de tomillo, romero, esparto, lavanda, matagallo etc.., pisando roca caliza, y disfrutando de las impresionantes montañas que nos rodean, avistando al este el Torrecilla y el Cerro de la Alcazaba, y al sur el Cerro Abanto, que nos separa de la Fuenfría. 


 En la zona en la que nos encontramos, se produjo un incendio en 1991, que calcinó unas 8000 hectáreas de pino y matorral de alto valor protector para el inclinadísimo suelo del que tratamos, y que a punto estuvo de acabar con la vida del Pinsapar de la Nava.
Este sendero nos va a descender hasta una altura de 690 metros, en un lugar de alto valor geológico, pues se trata de la zona de convergencia de suelo calizo al norte y peridotita al sur, uniéndose en una vaguada por la que discurre el arroyo de los Quejigos. Este arroyo, no tiene demasiada longitud, toda su vida transcurre entre Abanto y Alcojona, yendo a morir al cauce de Río Verde, en una zona rica en sustrato.


 Cruzamos la angarilla que nos separa del río verde y por el cual nos introducimos, aprovechando su sequía, practicando un ascenso de cañones en dirección norte y adentrándonos en el espectacular Cambullón de Vélez hasta donde nos permite la naturaleza, y pronto bajamos a la nava que hay junto al arroyo para avituallarnos de lo lindo en la proximidad de lo que era una era de siega y unas chozas donde vivían gentes serranas hasta no hace demasiado tiempo. Tuvo que ser dura la vida por estos lares, y pensar que el único camino que les unía con Ronda, fue a través del “cuestón” que acabábamos de bajar. 


La sombría ladera norte de cerro Abanto estaba poblada de pequeños pinsapos que fueron destruidos en aquel mencionado incendio, así que, imaginando ese bosque y soportando a veces rachas de un viento frío como pocos, terminamos nuestro yantar y comenzamos a subir la cuesta de las Lajas... may day, may day, como nos canta el magnífico Joe Bonamassa en su canción Sloe Gin, la cual iba recordando a la vez que buscaba con mi vista la mencionada endrina, para eso, para hacer un pacharán casero como el que hicimos con la recolección del pasado año y del cual ya hemos dado buena cuenta en este otoño; hay que aprovechar los recursos naturales que de esa manera nos empapamos más de nuestra querida afición.


 Como Miguel e Isabel se habían quedado atrás, aproveché el brillante sol y la distancia que nos separaba para poner en práctica el heliógrafo, herramienta muy útil si nos accidentamos en montaña y queremos advertir de nuestra posición a los equipos de rescate una vez que los tenemos a nuestra vista, teniendo el sol visible entre nosotros y el receptor de nuestras señales. También debemos llevarlo cuando navegamos en el mar.


Un rato antes de llegar a la zona de Las Escaleretas, mirando al Este, en el carril que baja a Tolox, vemos la majadilla de Paco Aguera, al que visitaremos algún día para charlar con él sobre estas montañas y empaparnos de su cultura para aumentar la nuestra.

                                         

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