Y eran muchas las imágenes que no paraban de bombardearnos por televisión donde la nieve lo iba cubriendo todo, produciendo contratiempos de considerable dimensión. Desde hace muchos años, cuando alguien me decía aquello de ¡va a nevar!, con bastante emoción… siempre decía: que nieve en las montañas… en las ciudades la nieve es una putada. Y es que queda muy bonito decir aquello de ¡Nieve!... cuando no eres tu quien la tiene que quitar de tu puerta con una pala. De hecho, en estos días hemos visto en la mencionada televisión mucha gente con pala.
Los carteles de la DGT, millonarios, luminosos, y que la mayoría de las veces no nos da tiempo a leer cuando pasamos con el coche, producen más distracción que información, y decían algo de carreteras cortadas en la Sierra… fueron varios los que no pude leer… bien por la velocidad, bien por la nocturnidad, bien por el pánico que me produce a estas edades circular a oscuras por carreteras por las cuales de joven circulaba en moto a bastante más velocidad, o bien por la puñetera presbicia o los efectos de una maldita queratomía LASER avanzada que me quitó las gafas para algunas cosas pero me dejó una bajísima visión nocturna para otras. Ya sabemos que la vida es un riesgo… pero como dice Miquel Silvestre, no me lo recuerde cada 5 minutos.
Iba subiendo el Puerto del Boyar casi a oscuras, y todavía asustado por la posibilidad de encontrar la carretera cortada sin apenas justificación… porque aquí caen 2 cms, y el mensaje que te dan es de que hay medio metro en el paso.
¡Hay nieve en el Puerto del Boyar! Ha merecido la pena arrancar el humeante y contaminante motor diesel de mi nuevo coche (11 años para mi es novedad) y llegar hasta aquí en total soledad. Sacamos las pesadas botas, y a correr.
El Puerto de las Presillas, completamente blanqueado… voy directo al Simancón, pasando antes por una pequeña elevación muy plana que queda al NW del mismo. No tiene nombre, en realidad. Después del Simancón, me fui directo a otro cerro que queda al Sur de este, pasando por Navazuelos… el famoso Pico Sin Nombre. Todo cubierto de nieve. Una gran alegría, para sofocar el disgusto de la semana pasada: La muerte de Boni. Ha sido un golpe duro. Perdió su voz guerrera e inconfundible hace 2 años… pero el cáncer se lo ha llevado al final por delante, arrancando de cuajo una buena parte de aquella Barricada con la que nos encontramos en 1983 y de la que no hemos podido bajar hasta la actualidad.
Para colmo de desgracias, una semana más tarde, muere Sergi Mingote tras su intento de hollar la maldita cumbre de la segunda montaña más alta de este maldito mundo.
Ánimo… nos va a hacer mucha falta.