domingo, 29 de junio de 2025

Sendero Hilera de la Cumbre. La Palma.

De nuevo nos vemos en el Refugio del Pilar, desde donde ya habíamos caminado hacia el sur, hacia Fuencaliente, recorriendo la Ruta de los Volcanes; pero esta vez apuntamos al norte, y te adentramos en el sendero que da título a esto.

La noche había sido de lluvias, y era el último día de caminata por la isla. Madrugamos, con la idea de no terminar tarde y poder degustar el menú de Chipi Chipi, restaurante local que nos aconsejó el taxista que precisamente nos trajo aquí una semana atrás.

Por la carretera vimos muchos regueros de agua de lluvia, que había arrastrado bastante material… tanto madera como piedras… las lluvias parece que habían sido bastante fuertes, de hecho la escuchamos de madrugada; pero no le prestamos mucha importancia a eso mientras conducíamos ensimismados con el paisaje y aparcamos en El Pilar antes de las 8 de la mañana. Un coche había… y el nuestro.

Retrocedimos unos metros caminando, para tomar la senda hacia el norte, y la humedad, el fresco y el viento sobre todo, era bastante acusado. Estaba todo precioso con ese ambiente de lluvia recién caída y la condensación arrastrada por el fuerte viento que barría la montaña de oeste a este.

Bosque de pino empapado que pronto deja paso al bosque más primigenio de brezos y algo de laurisilva. La senda está muy bien balizada y discurre por arista o próximo a ella, así que no hay pérdida aún con la densa niebla. Van casi paralelos la pista y el sendero, y se van cruzando, como tejiendo estelas… pasamos junto a unos repetidores de telefonía… este camino es GR-131, y pasa por encima del conocido como “túnel del tiempo”. Lleva un rumbo muy lineal y marcado hacia el norte.

El viento y la condensación no se rendían… pero nosotros tampoco, ya que sería nuestra última caminata palmera (por el momento, quien sabe); dejamos a un lado una indicación a la fuente de Guairyn, y a penas vimos algún mirlo común y un pinzón palmero… que más que verlo, lo escuchamos… fue como un fantasma.

Nuestro objetivo no era demasiado pretencioso, si no caminar un buen rato por estas montañas por conocer otra zona y aprovechar el tiempo que nos quedaba en La Palma emboscados como siempre. Vistas no hubo en ningún momento… y además nos mojamos; un placer más, sinceramente, aunque decía Extremoduro: “Si no te puedo ver, no me gusta, no me gusta, no me gusta ná”, en la canción El Duende del Parque, del disco ¿Dónde están mis amigos?... en cuya portada también salen aves… un Carduelis, y lo que se distingue claramente como la silueta de un buitre… el animal que más quiero. A cada persona le apasionan distintos momentos o acontecimientos, ya sean meteorológicos o paisajísticos.

Alcanzamos una pared, con una oquedad que nos sirvió para tomar un café sin exponernos demasiado al viento, y allí dimos la vuelta hasta el punto de inicio. Al llegar al aparcamiento, estaban los agentes forestales, y dio la coincidencia que una de ellas era la chica que nos atendió en el Cubo de la Galga… y se acordaba de nosotros. Nos comunicaron que los senderos estaban cerrados por alerta meteorológica… pero nosotros no escuchamos la radio subiendo, y además llegamos al aparcamiento antes que ellos… es lo bueno que tiene madrugar: que no te enteras de las prohibiciones. En La Palma hay un problema con este tema, y es que las alertas las anuncia el cabildo de Tenerife… y si ya la meteorología cambia de una vertiente de la isla a la opuesta, imaginad de una isla a otra. Lo mismo cierran los senderos porque hay ventisca en Tenerife, y en la Palma está perfecto para caminar. Deberían revisar esos protocolos. Este día estaba complicado, de hecho nos cruzamos con una chica corriendo y una pareja mayor de alemanes… aunque sí que es cierto que en zonas boscosas, con esas rachas de viento te puede sorprender la caída de una rama… o algún barranco, en las zonas bajas,  verse desbordado de repente y llevarse vidas por delante. Vimos acertada la decisión de cerrar, pero es que nosotros no nos enteramos y pensamos que el día iría a mejor… y el caso es que lo fue… 

También nos acercamos al atrapanubes que queda a pocos metros del camino, y pudimos comprobar que funcionan perfectamente. El agua rebosaba, ya que algunos tubos están atorados por falta de mantenimiento, y la temperatura era muy baja... te dejaba heladas las manos. 

Después de una buena comida en ese restaurante que mencionamos al inicio, quedó una tarde excepcional en la cual volvimos a ver vencejo unicolor y un buen bando de avión común occidental, además de alguna curruca capirotada, cernícalo vulgar, mirlo común, y la siempre presente chova piquirroja (grajilla).

La Palma, la isla bonita según le llaman, donde se estuvo muy a gusto, parafraseando a El Drogas.

















lunes, 16 de junio de 2025

Volcán de Teneguía, Caños de Fuego y el faro de Fuencaliente.

Uno de los centros de interpretación imprescindibles es el dedicado a los Caños de Fuego, en la zona del volcán San Juan de 1949. Estos tubos volcánicos son galerías subterráneas de lava, que se fueron enfriando por el borde de la escorrentia, desde abajo hacia arriba, creando un túnel por el cual seguía corriendo lava líquida mientras por la parte superior ya se había enfriado lo suficiente como para solidificar. Básicamente es un malpaís bajo el cual quedaron unas especies de cloacas que se vaciaron cuando cesó la actividad volcánica y hoy día se puede caminar por ellas como por una cueva al más puro estilo kárstico… pero en negro.

En este centro se nos explica todo lo relativo a la formación de estos tubos y se da bastante información sobre aquella erupción y los distintos tipos de piedra volcánica. El personal está muy bien formado y lo hace con mucho cariño.

En la actualidad, todo el entorno está cubierto por la ceniza del nuevo Tajogaite de 2021, mostrando el lugar un ambiente bastante impactante, y por supuesto, se ve el nuevo volcán desde el centro de visitantes.

Además de los túneles hay unas pasarelas para caminar y así proteger la zona del pisoteo. No debemos abandonar esos caminos. Ver la vegetación, emergiendo entre cenizas… me recuerda las palabras del amigo Juanma Sánchez, el grazalemeño que dirige El Vuelo del Fénix: El pájaro de fuego resurge de sus cenizas cada noche de 11 a 12, en Radio3. Sin duda, el mejor programa de la parrilla sonora de RTVE. Estos días han volado con el Fénix muy buenas bandas, de la calidad de Amorphis, Adventus, Battle Beast… El último trabajo de los fineses Amorphis me parece bastante bueno. Damos las gracias a Juanma Sánchez por su labor de difusión del Metal, tanto hispano como internacional, en un programa que lleva ya bastantes años en antena y que seguimos desde el principio, y que supera en calidad al resto de la parrilla de Radio3.

Tras la visita nos acercamos a la montaña Jedey, que desde su vértice geodésico nos salió una panorámica estupenda. Es visible el pico Bejenado desde toda esta zona, si la condensación lo permite. Los días están bastante frescos a finales de marzo y es un gustazo caminar.

Tras la comida en el bodegón Tamanca, que no puedes pasar por La Palma sin comer ahí, pusimos rumbo sur y nos acercamos de nuevo por la espectacular zona de los volcanes de San Antonio de 1677 y Teneguía de 1971. La punta sur de La Palma merece un par de visitas aunque se dejen otros rincones por ver. Esa tarde estaba muy buena en el sur, pero había nubes de evolución más al norte, de hecho, al llegar ya de noche a Santa Cruz, vimos que había llovido bastante. Cayó una especie de gota fría por esa zona, y nosotros ni nos enteramos en Fuencaliente. La meteorología en La Palma es muy cambiante de una parte de la isla a otra.

La playa de Echentive fue uno de los rincones que visitamos, y con ganas de bañarnos, pero el mar estaba demasiado revuelto para unos gaditanos… y no tanto para las pardelas, que las volvimos a ver. En La Palma se ven pardelas… cosa que es muy difícil en Cádiz.

En esta playa había un manantial de aguas termales… una “fuente caliente”. La erupción de 1677 sepultó esa fuente bajo un malpaís infranqueable, perdiéndose así uno de los recursos económicos más importante de la isla en aquella época, ya que hasta aquí viajaban ricachones enfermos desde Europa, con la intención de curarse de enfermedades venéreas y de la piel en aquel balneario de aguas ricas en azufre… algo naturalmente mágico. 

Esta fuente se redescubrió en 2005 gracias a unos trabajos de geología llevados a cabo para localizarla, y cerca de la fuente hay unas pozas en las cuales te puedes bañar sin los efectos del fuerte oleaje de la punta mas meridional de La Palma.

El Teneguía tres siglos después casi sepulta las salinas de Fuencaliente, que acababan de comenzar su actividad salinera, pero la lava rodeó por ambos lados la salina, sin afectarle lo más mínimo. Hoy día, además de un recurso salinero, es un sitio geológico espectacular de visitar y con un interés ornitológico increíble, incluyendo las mencionadas pardelas, y especies tan emblemáticas y queridas en estas páginas de Caminos y Caños como el Anarhynchus alexandrinus (chorlitejo patinegro), al que tanto esfuerzo dedicamos para concienciar a las personas de su existencia y de su delicado estado de conservación. Con esta pequeña ave limícola tenemos un problema, y es que no es un león. En las playas de Torrevieja, Alicante, hay una bióloga volcada en dar a conocer este ave, con iniciativas como venta de camisetas, concursos de pastelería con formas de chorlitejos… y ha creado dos personajes, que son Berto y Berta, a través de los cuales va dando forma a sus campañas de divulgación en redes. El proyecto se llama: Chorlitejo Patinegro, si lo buscas en instagram.

Creemos recordar que tras el buen rato que pasamos en la Playa Nueva y los alrededores del faro, y tras ver volar un pequeño bando de vencejo unicolor y dos chovas, subimos a la localidad de Los Canarios a firmar lo acontecido con un buen barraquito en un tranquilo bar de la travesía, ya que tampoco se debe abandonar la isla sin probar este cafelito tan bien aliñado.

Desde la puerta del centro de Caños de Fuego. Preside el pico Bejenado.

La cueva de las Palomas.

La colada del nuevo Tajogaite.


El Tajogaite de 2021.


En el interior de la cueva de los Cristales.




Lagarto tizón.


Desde Montaña Jedey.

Cráter de San Antonio.



Faro de Fuencaliente.


Playa Nueva o Echentive.



lunes, 19 de mayo de 2025

Pico de la Nieve (2239 m). Balcón de la Caldera de Taburiente.

Madrugamos y nos dimos un paseo (marítimo) para buscar el Hyundai y tomar la carretera LP-4, que cruza la isla de este a oeste pasando por el gran complejo astrofísico de La Palma. Esto es un puerto de montaña con un desnivel de 2400m, que ya lo hemos nombrado días atrás.

Llegamdo al punto kilométrico 25, veremos un cruce en el cual podremos dejar el auto en una especie de mediana, donde nosotros fuimos los primeros en aparcar. Parte desde ahí una senda balizada hacia el pico que da título a esta entrada, y que se corresponde con la nomenclatura PR-LP-3. Esta senda se puede comenzar en Santa Cruz, si se tienen ganas, pero esa empresa llevaría muchas horas… imaginad el desnivel. La Palma no tiene límites, por ello es la mejor de las islas para la práctica del excursionismo y conocida a nivel mundial.

No sólo por los aficionados a cubrir distancias a pie por los vericuetos de la biodiversidad es conocida la isla de La Palma, pues dentro del mundo científico de la astrofísica, es un gran referente a nivel mundial, no en vano Canarias alberga el complejo astronómico más importante del hemisferio norte, y aquí se celebran durante el año, numerosos eventos de divulgación del estudio de la astronomía. Ahí es nada.

Sobre las 9:15 estábamos gastando suela por un escarpado sendero  atravesando un denso bosque de pino canario. Escuchamos el diálogo de algunas aves, pero no nos entretuvimos en intentar averiguar de qué especie se podría tratar. Reconocer las aves por su canto es una labor que se nos antojaba arto complicada, pero con el paso del tiempo y prestando atención, hemos descubierto que vamos identificando una buena cantidad de aves por su voz. Esta habilidad es imprescindible para hacer censos de aves, pues en algunos entornos las oyes y no las ves. No es tan difícil en realidad. ¿Acaso no reconoces la voz de un cantante, aunque colabore en otra banda? Bueno… con los guturales es complicado… e igual pasa con las currucas…

Se toma bastante altura en poco tiempo, y la senda no tiene pérdida; se maneja muy bien… no defrauda el estilo palmero (Palmero Style) de mullidos caminos de pinocha canariensis, pero llegada una cota, los enormes pinos van dando paso a un ambiente de alta montaña con vegetación rastrera, y nos metimos algo en la nube, pero iba y venía. Casi perfecto así.

La variedad cromática en esta vertiente de la caldera de Taburiente nos tiene asombrados. Vamos escuchando algún paseriforme, y vimos un grupo de serín canario… tan alto… y alguna chova piquirroja (o graja) pasó de largo mostrando su potente voz. También en este sector del Parque vemos ejemplares de pino con un porte excepcional y un diámetro de tronco fuera de lo común en lo que a pinos peninsulares se refiere.

Asomados al balcón que ofrecen los últimos metros de ascensión de esta cima hacia la Caldera de Taburiente, disfrutamos de algunas vistas por momentos. La verticalidad ofrece una especie de libro abierto a la geología. Alcanzado el hito de cumbre, se cerró en nubes, y resultó algo antipático el pico, debido a alguna antena y cableado diverso. Compartimos momento con una pareja holandesa que vienen de vez en cuando por La Palma.

Nos había llevado sólo una hora y media alcanzar la cumbre, pues es un corto recorrido, y regresamos por el mismo camino de subida. Ya con el coche, nos acercamos al centro de visitantes del Roque de los Muchachos; este espacio divulgativo del complejo astronómico de La Palma es una visita ineludible, está montado todo muy didáctico y con un gusto exquisito. Algunos ayuntamientos deberían invertir más en este tipo de centros de divulgación para fomentar la cultura y la protección del medio ambiente. Sólo el conocimiento nos salvará del caos.

Tras la visita y entre las nubes, subimos hasta el aparcamiento del Roque de los Muchachos para ver este punto tan emblemático de La Palma, en el cual la niebla sólo nos dejó a ratos la oportunidad de gozar el paisaje. Hacía una temperatura cercana a los 5º C, y no faltó el cuervo canario. La pena fue no poder sacar una panorámica para la exitosa web de Horizontes Ibéricos, que si no la conoces, estás tardando en buscarla en tu motor de búsqueda favorito.

Y desde el punto más alto de La Palma, sólo nos queda bajar, se aclaró un poco la condensación dejando ver el Gran Telescopio Canarias (GTC) y otros de alrededor. Uno de los complejos más atractivos son los que forman el proyecto MAGIC. Recordaba en 2005 que sólo había dos telescopios de este tipo, trabajando en estéreo. Ahora hay varios más.

Al aparcar en el cruce con el camino GR131, vimos una chica con mochilón, que venía de travesía. Fuimos caminando por el GR hacia el Roque Chico, y en el Barranco de Marangaño firmamos un geocaché. Hacer este GR completo desde Los Llanos, debe ser una pasada.

Tomamos coche de nuevo y nos acercamos a las instalaciones del proyecto MAGIC, y de vuelta por la misma carretera de subida. Había pequeños neveros en la cuneta y una densa niebla… hacía bastante frío. Nos orillamos en la berma del vial contrario a la altura del cruce con el pico de la Cruz, de 2353 m, en el Pk 31, más o menos. Ascendimos al VG, para ver las invisibles vistas. Nada… niebla mucho más cerrada. A penas se intuye el vértice, al cual me acerco inútilmente en un vano intento a la desesperada de buscar un atisbo de claridad. Al arrancar esta subida, había visto a mi derecha a la misma chica de la mochila, abrigándose… ¡ya estaba por aquí! Y al bajar, no me la cruzo… y veo a Isabel junto a la carretera con ella. Llorando. Le dio un bajonazo tremendo al verse allí sola, con la temperatura bajísima, venía desde El Time… y se había quedado sin batería en el móvil… al parecer. Total, que donde caben 2, caben 3. Nos la llevamos a Santa Cruz. No entendíamos casi nada de lo que dijo… cosas de no manejar el mismo idioma… pero cuando entró en calor la eslovaca, cambió de cara y todo… y de pronto, su móvil empezó a funcionar. Un misterio palmero por investigar, pero que no nos quitó el sueño en absoluto. Su idea era alcanzar el refugio del Pilar… una empresa demasiado alargada para las horas que eran y la temperatura que hacía, a parte de que se avecinaba tormenta.

Hablando de tormenta, hubo una banda sevillana que se formó a final de la década de los ´60, de rock psicodélico claramente influenciado por el estilo de aquellos Deep Purple, llamados The Storm. Tenían una canción, que la puedes encontrar en los archivos de la red social YouTube, que se la dedicaron a su mánager y se titula: Un señor llamado Fernández de Córdoba. La primera vez que escuché esta canción, me acordaré, fue en Discópolis, el programa de José Miguel López, y fue bajando en coche desde Capileira tras dos días por aquellas montañas nevadenses. Sierra Nevada no tiene nada que ver con La Palma, pero ambas ofrecen un color marrón oscuro con trazas anaranjadas o algo rojizas en su geología.

Aquí se puede dejar el auto y comenzar la caminata.

Entre majestuosos árboles resistentes a todo.

Incluso se llega a ver el mar hacia el norte. Esta isla es maravillosa.

Fijaos que corteza gasta este pino.

El camino es un gustazo, como de costumbre.

Saliendo del pinar.

Una mirada hacia el Roque de los Muchachos, aunque no sea visible.

Y el Pico de la Nieve.

La foto que nos hizo aquella pareja.

Bajando tras tomar un café palmero en la cumbre.

Intentando ver qué eran esos pajarillos... serín canario.

Jaras, pinos, niebla y rocanroll.

De vuelta por el bosque canario.

Se nota la hora... siempre somos los primeros.

El Roque de los Muchachos.

El Barranco de Marangaño, que cae hacia la Caldera de Taburiente.

Telescopios.

Chovas Piquirrojas (grajas).

La niebla cada vez más densa y el aire más frío.

El Roque de los Muchachos, protegido.

El proyecto Magic.