lunes, 12 de diciembre de 2016

Ascensión invernal al Cerro de los Machos (3327m) por la cara Oeste.

Incluso a veces nos planteamos cambiar el nombre a este blog, que bien podría llamarse Obituarios y Montañas.
El miércoles 7 de diciembre moría Greg Lake… se están marchando todos los buenos… aquellos grandes músicos fundadores de grupos seminales de la historia del Rock. Emerson, Lake & Palmer fue el grupo que fundó este genio tras abandonar King Crimson, luego desfiló en Asia, junto a Gary Moore… también grabó con The Who… con Ringo Starr… en fin, que se ha perdido un gran músico… por eso, hoy queremos recordar Lucky Man, pues le viene al pelo… además él es quien canta esta joya.
El sábado 10, a las 7:00, es sacar los pies del coche en la Hoya de la Mora, en total oscuridad, y atraviesa el negro cielo un bólido impresionante, que dejó una estela gigantesca… fue un momento precioso y preciso… que auguraba una bonita jornada.
La nieve crujiente, el aire frío, la oscuridad, y las ganas de respirar a temperaturas negativas restaban dureza a la aproximación a las Posiciones. A las 9:30 llegábamos al comienzo del Veredón Superior, y como hacía más de cuatro horas que habíamos desayunado, nos dejamos caer en unas rocas para reponer energía. Dos profesores de esquí de la estación, nos preguntaron dónde íbamos… le dije que pretendía bajar el Veredón (…) y se preocuparon un poco… se asomó uno de ellos, y nos confirmó que había huella y que la nieve costra estaba en buenas condiciones. Tras sacar de la mochila el material invernal, acometimos la bajada al Corral del Veleta… yo siempre había usado el rápel de Posiciones… tiene 60 metros y algún tramo volado, pero en invierno es la mejor opción. Como no había mucha nieve, caminando y asegurando los pasos, era perfectamente viable.
Una vez en el Corral del Veleta, empiezas a disfrutar del día, pues la aproximación hasta Posiciones no tiene ningún interés. Empezamos a subir en dirección directa al Cerro de los Machos… estábamos casi solos, pues solo nos “acompañaba” Pepe Saldaña (picovacares.blogspot.com.es), reconocido forero, que estaba acometiendo en solitario el Canuto… luego resultó no ser el Couloir, y se metió en la diagonal que atraviesa la Norte del Salón. Estuvimos en todo momento atentos a su progresión. Una vez pasados unos cerretes nevados, sin huella, comenzamos la dursima rampa que sujeta toda la mole de Los Machos. El desnivel es grande, no parece tener fin… miras hacia abajo y es vertiginoso… una ascensión para disfrutar, con una temperatura estupenda y en ausencia absoluta de viento.
Sin lugar a dudas, la más bella de cuantas actividades llevamos a cabo en nuestras vidas.

Una vez alcanzada la cumbre, nos tomamos unas vacaciones de una hora… disfrutando de aquellas maravillosas vistas. Avituallamiento, crema solar, sobra ropa… y a la una… empezamos a buscar el Lagunillo del Veleta, bajando pendientes de más de 30º de cara al valle...  De ahí, por la pista hacia la Carigüela… una jornada muy alpinística… y el resto del recorrido, no tiene especial interés. A las cinco, o algo menos, estábamos en la Hoya de la Mora… lugar que hace pocos meses, los amigos del Batallón Basurista, dejaron limpio como una patena… y que vuelve a vestir sus peores galas gracias al desinteresado esfuerzo de desaprensivos domingueros, que riegan la zona con plásticos, papeles, latas, y demás especies no autóctonas de nuestra querida Sierra Nevada. Así, no vamos a ninguna parte.






Entrada al Veredón Superior.


Isabel, acometiendo uno de los pasos más expuestos. 


Pepe nos da alcance.

Último paso delicado hacia el Corral.

De luces y sombras, hablamos.

Isabel, muy contenta por haber conseguido bajar ese cortado, venciendo su vértigo.

El impresionante, solitario y silencioso Corral del Veleta.

Pepe negociando la Travesía hacia el Couloir.

El Puntal de Vacares... nuestra última ascensión.

En el Corral.

De fondo, los Tajos por donde hemos bajado.

Siguiendo huellas... de zorro.

Ahí está uno, en posesión absoluta de la verdad.

La dura y sombría rampa de ascenso a los Machos.

Detrás, todo lo recorrido... y ya se acaricia la cumbre.

Isabel alcanza la cumbre del Cerro de los Machos.



El mar Mediterraneo al fondo.

El Paso de los Machos y el Portillón de los Raspones de río Seco.

El Cerro del Caballo, al fondo, y el refugio de la Carigüela.

Contemplando el Juego de Bolos.

Veleta, y un dron sobrevolando la arista.

Isabel, en una diagonal perfecta.

Rampa de descenso de Los Machos.


Evolución de nubes.

Llegando al Collado de la Carigüela.

Isabel ascendiendo al collado... y Fran...

Rampa inclinadísima en la que mejor no hubiese entrado.

Con buena nieve costra y un final demasiado vertical.

Los Tajos de la Virgen, desde el Puntal de Loma Púa.


Aunque tenía demasiada inclinación, se pudo superar.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

La Chorrera del río Ambroz, en Hervás (Cáceres)

Hervás es un precioso pueblo extremeño, del Norte de la provincia de Cáceres, que desarrolla su cotidianeidad en las faldas del pico Pinajarro (2104m), vecino del Torreón (máxima elevación Cacereña) y el Canchal de la Ceja (máxima cota Salmantina) y regado por las aguas del río Ambroz.
Por Hervás pasaba una antigua vía férrea, casi desmantelada hoy en día, y es ahí a donde nos podemos dirigir para comenzar nuestra caminata, aunque se puede empezar en la plaza del pueblo, si se desea.
El viejo puente de hierro, que salvaba el Ambroz en su día, es nuestro punto de partida, que puede servir para cerrar el recorrido, si se decide hacer circular volviendo por la pista Heidi.
Avanzamos entre castaños y con la vista del Pinajarro siempre al fondo del paisaje, entre fincas de labor y casas levantadas en un paraje espectacular. Pronto abandonaremos el asfalto y comenzaremos a caminar por una pista, ciclable hasta bastante arriba. El camino, no tiene pérdida, y un poco antes de la central, si vamos atentos, veremos las señales de PR que nos invitan a tomar una senda zigzagueante que nos eleva hasta el depósito de agua que mueve la turbina. Esta va a ser la única dificultad, por llamarla de alguna manera, de la ruta.
A partir de aquí, por un camino precioso que acompaña la acequia, llegaremos a la cascada, sin menospreciar un mirador que nos muestra todo el frondoso valle, el embalse y como no, Hervás.
Se trata de una pequeña ruta, pero no por ello carente de encanto. También la harmónica diatónica es un pequeño instrumento, y sin embargo aporta muchísimo cuerpo a cualquier composición de blues… ya sea de blues añejo, como el de Junior Wells, cuando interpreta Snatch It Back And Hold It, o del más moderno blues británico que aflora de los pulmones de Giles Robson. La ventaja de la harmónica, es que, por ejemplo, es mucho más fácil de transportar que un B3.
A la vuelta, podremos tomar un desvío que nos invita a descubrir las Charcas Verdes… un maravilloso y tranquilo paraje en el cual, hasta nos podremos bañar.