martes, 31 de agosto de 2021

Ascensión al Astazu Oriental(3071m) por el valle de Pineta.

Al pasar por Aínsa entramos a visitar el Ecomuseo, que merece mucho la pena, y el poco dinero que se paga se destina al mantenimiento de las aves que tienen allí en recuperación. No era la primera vez que visitábamos esta preciosa población, pero si fue la primera en Bielsa, donde también tendremos que pasar para poder llegar a Pineta.

Hay que madrugar bastante para llevar a cabo esta ascensión, pues la subida al Balcón de Pineta es dura, y el sol será implacable con nuestras intenciones. La primera hora discurre por zona muy frondosa, y pronto comenzamos una vertiginosa ascensión por terreno de pasto, donde de nuevo disfrutaremos del canto de las marmotas.

Problemas de agua no vamos a tener en toda la subida, así que no es necesario llevar mucho peso.

La cascada del Cinca la veremos a nuestra izquierda, según se sube, y si se desea, hay un camino para acercarse. Seguimos ascendiendo hacia el Embudo, donde veremos unas formaciones pétreas a capas, verdaderamente espectaculares. Todo es espectacular.

El río Cinca no es un río virgen, es una verdadera pena, pero el Parador de Turismo no tiene depuradora… ni siquiera acabado de nacer es un río limpio.

Pero el agua que nos mantendrá hidratados en esta jornada proviene de mucho más arriba, y esta ocasión si la podemos aprovechar. La imagen que se abre al alcanzar el Balcón de Pineta no se puede describir con un simple teclado… hay que subir, y punto.

Aquí paramos a llenar la vista y el estómago, vaciando al mismo tiempo algo de mochila. Conversas montañeras con almerienses, catalanes… allí aprendes por todas partes. Ahora tenemos el majestuoso Glaciar de Monte Perdido… que se pierde poco a poco… un altiplano que no es tan plano como aparenta el propio plano… aunque hablemos de Tierra plana, una cruz de hierro desbaratada, enormes piedras transportadas por aquella masa de hielo que hoy no vemos, y una gran oportunidad de seguir ascendiendo… o avanzando hacia el país vecino… el del Norte.

Al mirar abajo, hacia el fondo del valle, vemos la cantidad de metros que hemos superado por este camino serpenteante que hacía un rato parecía no tener fin.

Por un marcado camino, pero ojito con niebla, podemos alcanzar el ibón de Marboré en unos minutos… no vamos a decir nada de si merece o no la pena. La jornada ya es lo suficientemente larga y dura, pero el Astazu está demasiado cerca como para no ascender a él.

Hoy estamos en el valle opuesto al que nos adentrábamos hacía justo 3 días, cuando subimos Monte Perdido. Estamos muy cerca de la cumbre de esa formidable montaña, desde la cual veíamos este gran ibón de Marboré cuando mirábamos al otro lado. Pero de eso hace ya 3 días… una eternidad.

Tenemos hitos hasta la cumbre… si sabemos donde está, cuidado con eso… y con la niebla.

Tras negociar seriamente la arista, después de haber alcanzado el collado Swan, piso el Astazu, donde hay dos seres humanos que no se mueven del sitio en todo el rato que estoy allí. Hay unas espléndidas oportunidades de hacer una panorámica, y el momento es de verdadero disfrute: nada de viento, nada de calor…  y no estaba tan alejada esta cima del ibón como la vista creía. No aparece el geocaché del Astazu.

Las vistas desde esta cumbre son muy descriptivas, sobre todo si ya conoces el Taillón, Monte Perdido, Marboré, la Brecha de Roland, Vignemale, Gavarnie, Troumouse... Y tras una charla y hacerles unas fotos a una familia de montañeros vascos muy reivindicativos, emprendo la bajada a toda pastilla por un terreno que no es para prisas… Mejor morir que perder la vida.

De nuevo en las orillas del gran ibón justo para la hora de comer, y en la escasa sombra que nos ofrecen unas piedras frente a la brecha donde se aloja el pequeño refugio hispano-galo de Tucarroya. La panorámica del ya pequeño glaciar de Monte Perdido es motivadora de desesperación, pero hay que aceptar esa realidad sin desvanecerse, pues no vamos a solucionar nada con ello. El cambio climático es evidente, pero no alarmante. ¿Qué podemos hacer nosotros como individuos frente a este problema? Comer lo menos procesado posible, beber agua corriente, evitar los envases de abrir y tirar, comer más verdura, evitar la industria cárnica, que no los embutidos artesanales o el queso de producción pequeña, comprar cercano, no pedir a China… esas pequeñas acciones, multiplicadas por tres mil millones… pues eso.

Como todos los veranos, las ganas de música al aire libre aumentan, y este año, que ya se están celebrando festivales, por fin, no hemos podido dejar pasar la oportunidad de conocer el directo de Jorge Drexler, que como alma inquieta que es, aprovechó el tiempo muerto para aprender a expresarse con un instrumento nuevo: El bajo fender. Además de grabar con un coro góspel el último single que ha presentado, coro que fue sustituido por un público muy entregado en las orillas de la Bahía de Cádiz. Un concierto para no olvidar, aunque ya conocíamos mucho su música y su capacidad de oración, por las veces que lo hemos escuchado en entrevistas de radio. Dar siempre las gracias a Drexler por su compromiso social, y por haber invitado a Antonio Lizana a compartir con él su espacio. Esto si que es auténtico.

Pues del ibón de Marboré, aunque no teníamos gana ninguna, había que descender de nuevo al Balcón, a responder las preguntas de un Earthcaché, y deshacer todo ese largo zig-zag de subida… damos buena fe de que la bajada es eterna. Tres tresmiles en menos de una semana es cansancio suficiente como para tomarnos unas pequeñas vacaciones por el valle, que Chistau tiene mucho que enseñar.


Teníamos que haber arrancado incluso antes de las 6:30


Por ahí baja la cascada del Cinca.





Agua fresca para llenar la botella. Ni una sola botella de agua hemos comprado.

Zigzagueando, que es gerundio.

Ya en el Balcón.

Y esto te espera tras pasar el último escalón. Monte Perdido y Cilindro.


Isabel observa el glaciar.

¡Que cruz!


La brecha del Tucarroya.



Formaciones calizas camino del Astazu.


Collado Swan y Grand Astazu.

Desde el collado.

Al fondo el Casco y el Taillón, y aquí el pequeño Astazu.

Astazu Oriental... casi en la cumbre.

De Valdelagrana a la frontera franco-española. Cima del Astazu.


Monte Perdido.


Casco, Brecha, Punta Bazillac y Taillón.


De vuelta.


Lo dicho, no te faltará agua.

Pico de Pineta.



Valle de Pineta.

Como dice el amigo Dani Carrasco: Refrigeración líquida para ordenador de abordo.

Y la Cascada del Cinca.

4 comentarios:

  1. Hola Fran.

    Has cogido buen ritmo de publicación, con un nivel de los relato excelentes. Me alegro un montón tío!!

    Si hacer Taillón y Perdido de una tacada ya fue un tute, no le va a la zaga esta ascensión a los Astazus, pues conozco como se las gasta la subida al Balcón de Pineta, si encima le añades ese desnivel extra apaga y vámonos. Solo me queda que daros la enhorabuena por haber conseguido acometer estas tres montañas en ese estilo.
    Ya sabes que a mi la altura que tengan las montañas me da bastante igual, pero la verdad es que estos dos tresmiles, los hermanos Astazu, son de los que más ilusión me hace subirlos algún día. Ya lo planeamos hace un par de años, pero al final se fastidió la cosa. Cuando se tercie de nuevo el plan será el mismo, portear la tienda y pernoctar junto al Ibón de Marboré, o bien hacerlo en el refu de Tucarroya. Debe ser una pasada que lo último que veas al acostarte, y lo primero al despertarte, sea el Glaciar de Monte Perdido.
    La subida al Balcón de Pineta la conozco de cuando hicimos en 2014 la Monte Perdido Extrem. Al llegar arriba se nos metió la niebla y no tuvimos vista alguna ni del valle ni del glaciar. Luego subimos al refugio de la Brecha de Tucarroya, donde paramos a comer. La enclave del refugio es espectacular, y estaba muy bien conservado, había leña y todo, e indicios de que no hacía mucho había tenido electricidad. También había un pequeño buzón en el que podías dejar la aportación económica que te apeteciera para su manutención. Luego bajamos a la parte francesa, donde aún nos aguardaban un par de buenas subidas antes de llegar al bucólico Refuge des Espuguettes. Nos dimos un bonito tute ese día.

    Respecto al tema del cambio, o crisis, climática, apuntas aquí lo que te comenté yo en la respuesta a tu comentario en mi última entrada, que sí, que hay que pensar global, pero urge más que todos actuemos de forma local, pues si nos creemos que los de arriba van a solucionar el problema, vamos listos.

    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Dani, por tu tiempo y tus reflexiones.
      La subidita al Balcón es larguísima... vas subiendo y subiendo y parece que no vas a terminar jamás. Había pensado en un principio vivaquear arriba y hacer el Perdido, volver a dormir, y hacer el Astazu. Hubiese sido fabuloso dormir dos noches allí... pero como Isabel tiene vértigo no se como hubiera salido el escalón que hay que ganar para llegar al glaciar... así que no arriesgamos y nos fuimos a Perdido por Ordesa, y luego Astazu por Pineta. Claro... te metes un desnivel inolvidable, porque subes y bajas todo en pocos días. Vamos, que llevábamos 6 días en Pirineos y ya habíamos hecho Perdido, Taillón y Astazu... ¡Que paliza! Pero yo me encontraba cada día mejor y menos cansado... Luego, de aquí nos fuimos a Benasque y subimos por Estós al Clarabides... pero ese si lo fraccionamos.
      La verdad es que ese enclave del ibón de Marboré es mágico. Dormir allí tiene que ser una barbaridad. Después de esto se te van ocurriendo cosas... creo que pasar una noche en la Brecha tiene que ser espectacular. Así que queda abierta la opción. Esto es cuestión de mentalizarse, llevar buen embutido extremeño y buen queso, que aportan mucho y pesan poco, y to parriba. Eso si, hay que comprar una tienda, que esta tiene 19 años y le entra agua por todo el techo... la he sellado entera, las costuras... pero entra por todas partes.
      Al refu de Tucarroya no nos acercamos... está cerca, pero la bajada del Balcón prometía ser agotadora... y ¿para qué gastar ese poco de energía que luego te vendría bien?
      Y si... te copio tus pensamientos... hay que actuar a pequeña escala... una lata es una lata... y no comprar por comprar.
      Salud, chaval. Yo creo que este año, de una forma o de otra, debemos quedar... donde sea... si tienes pensado venir a Grazalema y Sierra de las Nieves, en Puerto Real tienes casa para los días que sean... eso que te ahorras... así puedes estar más días, que el Sur lo tienes lejos.

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  2. Espectacular de veras... llevo un rato viendo vuestras crónicas del 2021 para ver las que se me han pasado y esta la verdad que es genial. Por cierto la anterior que leí de Prieta, al principio no sabia ni por donde quedaba, me iba para Palencia, para Orense... que despiste por Dios.
    En fin, aquí andamos a ver si también me doy una escapada en breve. Saludos a ISa, nos vemos.

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    1. Salvatore, muchas gracias de nuevo.
      Totalmente recomendable esta jornada, compañero. Lo ideal es hacerla como tiene planeado el amigo Dani, con tu tienda. Subes a la tarde, en plan tranqui, y a dormir arriba. Yo he visto fotos de ese ibón al atardecer/amanecer, y no hay palabras en el diccionario para describirlo... y que me perdonen los poetas. Y eso que eran fotos... ver eso ahí arriba tiene que ser único... de hecho, quien sabe... puede que repitamos en plan vivac... como aquel del Veleta... Por cierto, me acordé de ti, como no podía ser de otra manera, cuando paramos en Escalona.
      Un abrazo para Algeciras.

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