Hervás es un precioso pueblo extremeño, del Norte de la provincia de
Cáceres, que desarrolla su cotidianeidad en las faldas del pico Pinajarro
(2104m), vecino del Torreón (máxima elevación Cacereña) y el Canchal de la Ceja
(máxima cota Salmantina) y regado por las aguas del río Ambroz.
Por Hervás pasaba una antigua vía férrea, casi desmantelada hoy en día, y
es ahí a donde nos podemos dirigir para comenzar nuestra caminata, aunque se
puede empezar en la plaza del pueblo, si se desea.
El viejo puente de hierro, que salvaba el Ambroz en su día, es nuestro
punto de partida, que puede servir para cerrar el recorrido, si se decide hacer
circular volviendo por la pista Heidi.
Avanzamos entre castaños y con la vista del Pinajarro siempre al fondo del
paisaje, entre fincas de labor y casas levantadas en un paraje espectacular.
Pronto abandonaremos el asfalto y comenzaremos a caminar por una pista,
ciclable hasta bastante arriba. El camino, no tiene pérdida, y un poco antes de
la central, si vamos atentos, veremos las señales de PR que nos invitan a tomar
una senda zigzagueante que nos eleva hasta el depósito de agua que mueve la
turbina. Esta va a ser la única dificultad, por llamarla de alguna manera, de
la ruta.
A partir de aquí, por un camino precioso que acompaña la acequia,
llegaremos a la cascada, sin menospreciar un mirador que nos muestra todo el
frondoso valle, el embalse y como no, Hervás.
Se trata de una pequeña ruta, pero no por ello carente de encanto. También
la harmónica diatónica es un pequeño instrumento, y sin embargo aporta
muchísimo cuerpo a cualquier composición de blues… ya sea de blues añejo, como
el de Junior Wells, cuando interpreta Snatch It Back And Hold It, o del más
moderno blues británico que aflora de los pulmones de Giles Robson. La ventaja
de la harmónica, es que, por ejemplo, es mucho más fácil de transportar que un
B3.
A la vuelta, podremos tomar un desvío que nos invita a descubrir las
Charcas Verdes… un maravilloso y tranquilo paraje en el cual, hasta nos
podremos bañar.