No es el lugar idóneo para acometer estos trazados, pero ya que estábamos arriba, lo hicimos a la inversa. Lo ideal es salir desde Jérez del Marquesado haciendo la circular, o usar la Loma de Enmedio, si se desea recortar.
Desde el refugio, mirando al cortafuego, hacia arriba, salimos por la izquierda, zigzagueando entre pinos de repoblación, silvestres, y buscando el barranco de los Ciruelillos. Al llegar a la pista, seguimos por la derecha según llegamos. Está indicado como PR.
Vamos a salir por la loma del Hornillo, por una antigua acequia que toma agua para las centrales hidroeléctricas. El rincón es bastante bucólico. Pasamos dos antiguas construcciones de centrales hidroeléctricas ya abandonadas. Podemos observar la obra de ingeniería que se llevó a cabo para almacenar el agua y dejarla caer. Lo malo es que se encuentran restos de fibrocemento… bastante dañino para todos. Habría que limpiar esta magnífica zona… estamos en un Parque Nacional.
Llegamos a la Tizná, un área recreativa, que posiblemente sea la más bella que hemos visto en toda la comunidad.
Contemplando los grafitis que adornan las vetustas paredes de los edificios, nos pareció escuchar acordes de guitarra y teclados, como si los trajese el viento… yo apuntaría a que eran obra de Cheeto´s Magazine. Esteban, Manel, Alex, Gerard y Matías haciendo de las suyas, creando melodías envolventes y emocionantes, jugando con el progresivo, el rock, el reagge, la ópera… una conjunción armónica muy original en la que te sientes absorto de todo lo que te rodea y preocupa. En Barcelona hay una escena musical sin precedentes. Esto se sale de lo convencional, y es por ello que apasiona.
Seguimos bajando… el senderillo es precioso y con menos pendiente, junto a una antigua acequia… seca… y aparecemos en el cortafuego de la Loma de Enmedio. Vemos ya el pueblo y no queremos llegar a él. Hacemos una filigrana gaditana y cruzamos el barranco de Alhorí a las bravas, y una hermosa acequia custodiada por perros, por un puentecillo de madera.
Tomamos el sendero El Avión, y para arriba hasta fusionarnos con el Sulayr… pasando por las casas del Posterillo. Todavía quedaba hielo en algunos sombríos rincones.