As I was going over
The Cork and Kerry mountains
I saw Captain Farrell
And his money he was counting
Así
comienza Whiskey in the Jar, una canción tradicional Irlandesa que por supuesto
conocí no de manos de músicos folclóricos de la isla, si no de la versión de
los irlandeses Thin Lizzy, del 72… uno de mis grupos favoritos, liderados en
aquella época por el difunto Phil Lynott, bajista, cantante y
fundador de la banda dublinesa. El alcohol y las drogas acabaron con su vida en
el 86… por eso sentimos gran pena, al ver por la mañana temprano en algunos
callejones de Dublín, a los chavales pinchándose heroína en vena… ¡por favor!,
¿esta gente no se ha enterado de nada?... que pasase eso en los 80…, ¿pero en
2014?...
Corramos
un tupido velo, y vayámonos a la montaña, que es lo que nos atañe.
Si
volamos a Dublín, habrá que conducir (siempre por la izquierda) por la M7 hasta
Limerick, y seguir por la N21 hasta Killarney, en el condado de Cork, para
poder empezar a caminar por el anillo de Kerry, en la península de Iveragh.
Killarney
es un lugar perfecto para pernoctar un día o más… y desde aquí, tomaremos la
N72, hacia el oeste, hasta ver las indicaciones marrones con el nombre de la
montaña. El lugar donde dejaremos el coche se llama Cronni´s Yard, y veremos un
pequeño buzón, donde dejaremos dos euros por dejarnos aparcar… nadie nos
controla, pero por norma, todo el mundo lo paga… no seamos piratas.
Bueno,
pues ya hemos hecho lo más difícil de la ruta: 325 kms de coche, por la
izquierda, y haber encontrado Cronni´s Yard… que no es poco… el resto, solo es
un paseo hasta la cumbre más alta de este país.
El
camino comienza a la derecha, según se llega, y es cómodo. Está jalonado por
unas indicaciones de color republicano, y tendremos que cruzar dos puentes de
hierro, Patie O´Shea y Angela Kenny Brige,
respectivamente, que nos harán el favor de no tener que vadear el río.
El
camino es ancho, pedregoso y en suave ascenso. El paisaje es encantador… es 25
de julio y el verde predomina sobre todos los colores, además, una tupida
niebla no nos deja ver las montañas, por lo tanto, vamos caminando a tientas y
barrancas sin saber donde se ubica nuestro objetivo.
De
pronto, aparece ante nosotros un ibón, a la izquierda del sendero, llamado
Callee, que alberga un precioso islote en su interior. Si bonito es desde la
orilla, la imagen que ofrece desde la cumbre, es espectacular… como todos los
ibones o lagunas de origen glaciar.
Al
cabo de un rato, veremos la laguna Gouragh a nuestra derecha, y nosotros
seguimos caminando, observando ya las montañas, pues la niebla empezó a
levantar hace un rato.
Pasados
los ibones, el camino se escarpa de manera brutal. Esta es la parte más
peligrosa del recorrido, y donde han ocurrido muchos accidentes, sobre todo a
la bajada. Estamos ante el Canuto del Diablo (Devil´s Ladder), y las piedras sueltas dificultan el paso, además,
es por donde baja el agua de la montaña. Un día de lluvia, es mejor quedarse de
turismo en Killarney e intentarlo en otra ocasión.
Una
vez en el collado, las vistas sorprenden, y se puede ver el mar a nuestra
izquierda, según se llega.
Solo
nos queda la última rampa, la que nos lleva irremediablemente a la cumbre de la
montaña más alta de Irlanda, donde, para mostrar las creencias de estas gentes,
han levantado una cruz de dimensiones brutales. Unos 6 metros tiene que medir.
Estamos
a 1038 metros de altura, en el centro de la cordillera Macgillicuddy´s Reeks, y
las panorámicas son estupendas.
Poco
a poco va llegando gente, unos correctamente ataviados, otros en sandalias, uno
con un bebé a la espalda… y nosotros emprendemos la bajada sin siquiera comer,
y es que el Irish Breakfast es un buen “espantabuítres” que dura casi todo el
día, además, nos esperaba Rocío en las lagunas.
Desde
la cima, estuvimos oteando un itinerario alternativo que evita el Canuto del
Diablo y disminuye notablemente el riesgo de caída… aunque es más largo y hay
que volver a ascender una vez llegados al collado. Resultó una buenísima
elección.