sábado, 20 de agosto de 2022

Pico Tesorero, un trifinio de 2563m de altitud.

Se trata de una elevación kárstica erosionada por la zona de arranque de los cuatro glaciares que lo rodeaban. Los materiales arrancados de esas paredes, se depositan en los jous que se abren bajo esta espectacular pirámide. Cualquier cumbre del PNPE es de unas dimensiones sobrecogedoras, ya que en muchos casos, sobrepasan los 500m sobre la plataforma que los alberga. Las vistas desde estas torres suelen dar para muchos folios de escritura, y las gestas deportivas llevadas a cabo para coronarlas, han dado para multitud de libros. También, la panorámica que hemos mandado a Horizontes Ibéricos, ha quedado muy limpia. Gran trabajo el de Luís Cano.

Comencemos:

Después de la caminata de la Padierna… había que tomarse el día libre, dando un garbeo desde Fuente Dé a Espinama, pasando por Pido, así comprar pan sin coger el coche. Precisamente, por encima de Pido, se veía un sugerente pico de soporte calizo… no sabía su nombre, pero me chivaron que era el Coriscao mientras observaba un posible agateador común.

Día 31 de julio… día de madrugar no excesivamente, desayunar  abundantemente, y salir caminando tranquilamente. A las 8:00 arranca el teleférico… a las 7:45 ya había cola. Cogimos el primero… camino de La Vueltona, en sombra… emocionados… cargados de recuerdos tan grandes como las paredes que nos rodean.

Nos adelantan… la gente corre demasiado por la montaña… nosotros preferimos ir despacio, para llegar antes.

El camino hasta el desvío a Cabaña Verónica es el mismo de hace 6 años, con nuestro primo Carlos, cuando hicimos Torre Blanca… a diferencia de que había cantidad de nieve… y hoy no queda ni una gota. La escasez de precipitaciones y las consecutivas semanas con altísimas temperaturas han acabado con todas las reservas de altura.

Hay una canción de Robe, del disco Lo que Aletea en Nuestras Cabezas… que precisamente iba aleteando: Guerrero. “Del desfiladero, no os voy a dejar pasar… como buen guerrero, aquí me pienso plantar… a este matadero no hemos venido a mirar…” es muy sugerente.

Los lapiaces se afilan, se inclinan… hay que trepar… A este matadero no hemos venido a mirar… un café nos animó… no se si por la canela o por el jengibre.

Hay varios pasos espectaculares, ya que el camino, bien marcado y en el que estuvimos dejando más hitos, serpentea buscando el hueco donde a priori parece que encontraremos un callejón sin salida.

Unos chavales que nos adelantaron, uno de ellos británico, y por supuesto anti Brexit, cometieron el mismo error que nosotros: tomar un vasar hacia la zurda, que desembocaba en una arista imposible. Dimos marcha atrás… vamos a por la chimenea… es vertical, pero tiene agarres… ya estamos perdidos… “Andar lo que es andar, anduve, encima siempre de las nubes” (Del Tiempo Perdido, Robe).

Alcanzamos el punto más alto de este precioso trifinio, convergencia de León, Asturias y Cantabria. Las vistas estaban completamente limpias.

Nos dispusimos a “andar por encima del mal… por encima del bien y del mal”. Se puede evitar la chimenea en la bajada, y eso hicimos. Por cierto, en el buzón de cumbre hay una concha de bivalvo… el mar busca al mar… o lo que fue el mar. Es bonita esa idea de dejar alguna concha marina en las cumbres.

Visitamos la Cabaña Verónica después de pensar si subir o no a la Torre de Horcados Rojos. Hablamos con el guarda… portugués, del sur de Coimbra… un tío estupendo que lleva 5 años gestionando el local con un lenguaje un poco extraño.

Regresamos al cable, saliendo del camino principal, para pisar un poco de la verde hierba que pastan las vacas y asomarnos a la Vega de la Jenduda… y quedarnos casi sin palabras.

Hoy llegamos al cable con bastante tiempo de antelación… pero el día estaba muy bueno y la cola de espera rondaba la hora.


La Padiorna, donde subimos hace 2 días desde Fuente Dé, por Vega de Liordes.




Cabaña Verónica... pero ahora no... luego.

Y crecen... y sobreviven.

Pues a repechar se dijo.

Prácticamente, el único nevero de todo el día.

Ya queda lejos todo... El Cable... todo... Al fondo Peña Prieta y el 3 Provincias.

La sombra del Picu es alargada...

Los imprescindibles: café, frutos, Victorinox, botas, agua y mochila.

Pájaros negros que no vamos a nombrar.

El Elefante pétreo de Picos.

Que no... que no os vamos a nombrar... y no tapes el único nevero.

A tientas y barrancas, el nevero aguanta.

Unos hitillos, que se note que pasamos por Picos.

Un poco pesado el Picu... aproximadamente unos 800 millones de toneladas.

Buscando la huella pétrea... el hombre deja huellas hasta en la arena.

A por la maldita chimenea del Tesorero... que no se diga.

Pues no era pa tanto... la chimenea es cosa del pasado... justo una foto ha pasado.

¡Y El Tesorero! ¡El trifinio! Hasta la misma cumbre... 

Que si, que si... que es el Tesorero... y Torre Blanca al fondo... y Peña Santa.

Un pequeño desliz... por hacer el indio. 

Podríamos haber subido Horcados Rojos... está muy cerca del collado.

Mira que es bonito el Tesorero. Al Tesorero, no hemos venido a mirar...

Composición perfecta para esta foto de categoría.

Esta noche tuve un sueño... soñé que podría volar... (Saurom).

Quiero tocar el suelo... ¡Salta! el salto me llevó a la Luna... (Saurom)

Al Cielo, no se, pero por allí se va al Cable... que tampoco es mal plan. ¡Salta!

Que son de piedra y no se notan... las murallitas de Cái... y de chapa los refugios...

Por tercera vez...

Ven y oye gritar... dice Saurom... y la montaña lo hace, pidiendo agua.

Sólo el más fuerte, la victoria logrará alcanzar. La Canal de la Jenduda. Sin palabras, ni necias.

¡Gloria a las valientes! El honor sólo se gana con esfuerzo (Saurom).

viernes, 12 de agosto de 2022

Un pico llamado La Padiorna, de 2314m.

Después de dar un garbeo por León, Oviedo, Gijón, Avilés y Llanes, donde nos unimos a los amigos vascos, fuimos a la peña Tu, Colombres, y otras hermosas calas que nos enseñó Fernán, con sus amigos Jose Antonio, Beatriz, Áurea y Mabel. Se portaron con nosotros, como no nos merecíamos. Son personas maravillosas, atentas, hospitalarias… faltan palabras. 

Nos instalamos en Fuente Dé, tras desayunar en Unquera con nuestros anfitriones, y despedirnos por un tiempo. En principio íbamos a Cantabria para un par de días, que se alargaron a seis. A la tarde y antes del cierre de las taquillas del teleférico, fuimos a comprar los billetes para, a las 8 del día siguiente, subir al Tesorero, pero ese 28 de julio, la amable chica nos dijo que al día siguiente se vaticinaba mucha niebla, y que no íbamos a ver nada en el Tesorero… el trifinio. Venga, haremos turismo mañana, y otro día ascenderemos a esa puntiaguda pirámide… ¡Cambio de planes! Aquí todo son cambios… por eso vamos siempre sin planes.

Nuestros vecinos tres gallegos muy apañaos y más montañeros: Pedro, Chus, y creo que Alberto… que me perdone si no.

Nos levantamos tarde… y a eso de las 10, nos pusimos a caminar desde el mismo camping El Redondo. Cogimos un PR que sale de Fuente Dé, el 15, y rumbo al sur… este te llevaría a Santa Marina de Valdeón… que ya lo conocemos. Mucha niebla… acertó la muchacha… y poco a poco, ascendiendo, nos vamos sumergiendo en ella… cada vez se ve menos. Esperemos no equivocarnos de camino… no se ve nada, y tampoco lo recordamos, pues lo hicimos una vez al contrario y hacía 11 años.

Abandonamos el PR-15 y tomamos el 25… hacia la Canal de Pedabejo… ojo cuando en el PNPE te metes en una canal… que no son baratas… rodeados de paredes a las que no se les ve el final, por la niebla, vamos recordando el camino… es inconfundible, hasta alcanzar el collado de Remoña. Aquí nos sentamos un rato a comer algo de frutos, más o menos secos, y vemos venir a tres personas: los vecinos. Nosotros teníamos ya planeado bajar a Liordes, comer por allí, a la bartola, contemplando aves… disfrutando del devenir de las nubes… y regresar por Los Tornos a Fuente Dé… pero estos gallegos nos liaron… y yo que soy hombre de poca palabra y menos fe… pues me cambio de chaqueta con la primera brisa que pasa.

Chus se había hecho un esguince doble en el tobillo derecho, e iba bastante dolorida. Ellos subieron por el cable… y cruzaron bajo la Padiorna hacia el camino que va a Jermoso… y con la lesión, decidieron que sería mejor bajar por Pedabejo. Nos ofrecieron los tickets, ya que ellos no los iban a usar… ¡Venga! Los cogimos. Y replanteamos la caminata. No sabíamos que hacer… por arriba había niebla y no conocíamos el camino.

Tras comer rodeados de pajarracos negros, algunos de pico tordo y otros de pico más diurno… decidimos tirar hacia Jermoso, y hacer el giro hacia la Colladina de las Nieves… aquí me encontré un metro de raíl de vagoneta, de las minas… y me lo eché encima, para poner un hito férrico en una curva del camino. Parece que el camino está marcado. Isabel iba todo el tiempo insegura… ¿Y si no llegamos a tiempo al teleférico? ¡Venga! “Siento que los dioses hoy me van a acompañar, el honor sólo se gana con esfuerzo…” es lo que nos transmite Saurom en El Queso Rodante. Nos hubiera encantado ver nuevamente en directo, en San Fernando, y jugando en casa, a estos enormes músicos. 

Alcanzamos la Colladina de las Nieves con la constante pregunta de si darnos o no la vuelta… ¿Y ya que estamos aquí, no vamos a subir a la Padiorna? ¡Que perdemos el cable! ¿Qué cable?... ¡La Padiorna! Y nos separamos… me fui al pico, donde me encontré a un coleguita de Oviedo… Las vistas se empezaron a tornar enormes… aclaraba por momentos, pero al cabo se volvía a cerrar. Esa es la emoción. No hay nada mejor que ese momento de incertidumbre cimera.

Venga que nos quedamos en tierra. A las 17:00, o poco más, estaba en la cumbre… y a las 19:00 cierra el aparato. Ya estábamos medio enmarronaos emocionalmente… y a mi que me gusta hacer hitos, … pues me entretengo. El caso, es que con la niebla no sabíamos bien si íbamos o veníamos… estos días atrás, aunque el cable cierra a las 7, no puede dejar a nadie arriba, y son las 8 y sigue bajando gente… es enorme la cola para bajar… ¡colas en la montaña!... eso es porque en el fondo no saben gestionar bien el turismo. Pero hoy no había casi nadie arriba… llegamos a las siete menos cuarto… y entramos del tirón en la cabina… y los amables trabajadores nos dijeron que si llegas tarde, te quedas arriba. ¡A bajar andando! Ya conozco el camino directo de bajada… de cuando subí Horcados Rojos hace 10 años. ¡Como corre el maldito tiempo!

Este verano, de olas inmensas de calor extenuante y sofocante, de incendios que hacen perder la fe en la puta humanidad, ha hecho que nos acobardemos en el sofá… pero creemos que algo habrá que hacer… aunque sólo sea concienciar. Hemos salido tarde y nos ha pillado el atosigante agosto… en Potes había caravanas de una hora por el desfiladero de la Hermida… la montaña está de moda. Hemos visto varios Tesla enchufados en el camping… el mundo está cambiando.

Las montañas no cambian… las vistas desde la Padiorna, no las vamos a describir, pues casi todo el mundo las conoce… y si no las conoces, será porque eres demasiado joven… y si tan joven eres… gracias por leer este blog. Leer no está de moda.


Saliendo de Fuente Dé



Hacia el sur, no se ve nada

Esta especie es la misma que vimos en el Curavacas hace 10 años


Recién nacida

A por las nubes

Hay más de una fuente en este tramo... pero cuidado

Se toma altura por Pedabejo, de manera directa

Canal de Pedabejo



Collado de Remoña

Vega de Liordes, por enésima vez... y habrá mas

Bar Picos

A por los contrafuertes de la Padiorna

Heavy Metal

Con todos ustedes, La Padiorna

Abajo estaría la Canal de Asotín

Lapiaces modernos

No se si aquel es la Torre del Friero


La foto que me hizo en cumbre el chaval de Oviedo. La Padiorna

La Padiorna desde la Colladina de las Nieves

A por la Canal de San Luís
Y ya quedaría mas de media hora para El Cable