Cuando
Brasero dice que lloverá a las dos… llueve a las dos.
(Caminos
y Caños)
Una
luz te guiará… sale de tu cuerpo; El futuro llegó y no lo vi venir… yo tampoco
esperaba que fuera así… que difícil es todo!
(Niños
Mutantes)
Esta
gran banda de rock independiente granadina, nos recuerda que debemos disfrutar
de cada momento de la vida, que no merece la pena ser espectador del tiempo:
que hay que actuar.
Si
queremos unir la Sierra de los Pinos y Villaluenga, debemos madrugar, pues el
camino es largo… precioso pero largo. Una vez cruzados los llanos del
Republicano, nos vamos hacia el Sur, buscando una cañada que sube a los Navazos
de Libar.
El
paso por el Hoyo de los Quejigos es muy agradable para los sentidos, y para
cruzar el Puerto del Alcornocalejo, pasaremos junto a una bucólica casa
encalada y situada en un privilegiado enclave con vistas al Palo.
Al
rato, las nubes, como si sacudieses un mantel, invadían de a poco nuestro
territorio, y pronto estábamos inmersos en una tan espesa niebla, que tuvimos
que hacer un buen tanteo de navegación y orientación… a penas se veía a cuatro
esloras, y eso no es suficiente para orientarse en un terreno desconocido, pues
estábamos probando otra alternativa. Hay pequeñas trochas que suben y bajan,
entre lapiaces y vegetación coriácea y espinosa…
Al
llegar a la base de la Sierra de los Pinos, empezando a llover, soslayamos la
ya archiconocida cumbre de esta preciosa montaña, pues no es por no subir, pero
subir “pa ná”… y buscamos a duras penas
la pista que baja a Cortes de la Frontera.
Girando
a la izquierda, en el collado que nos separa del Martín Gil, hacia los llanos
de Libar, pasamos junto a una casa en restauración, que nos sirvió de acogedor
refugio para avituallarnos y preparar un reconfortante té de montaña… seguía
lloviendo.
El
camino hacia el Puerto de Libar, lento y resbaladizo, emocionante y con unas
sorprendentes luces, se nos hizo ameno… en el momento que dejó de llover,
volvimos a sacar la cámara de fotos, y alcanzamos Villaluenga tras diez horas
de caminata, sin darnos a penas cuenta. Es un paseo muy suave, pues sólo
acumulas 1100 metros de subida en 26 kms… muestra de que hay bastante terreno
llano.