viernes, 21 de septiembre de 2018

Circo Lacustre de Colomers. Zona Periférica del Parque Nacional de Aigüestortes.


Hace unos años, desde la cima del Tuc de Ratera, contemplamos la cantidad de lagos de alta montaña de origen glaciar que viven entre las grandes pedreras de cuarzo, feldespato y mica que se esparcen por todo el circo de Colomers, y decidimos que había que volver por esta zona, algún día.
Como el paso pirenaico es obligado si venimos de Italia, las opciones se fueron decidiendo conforme nos acercábamos a la cordillera, y entramos por Vielha, nuevamente.
Pirineos, además de montaña, evoca música… y música de calidad, no en vano, se lleva a cabo todos los años desde hace 27 ediciones, el Festival Pirineos Sur, por el cual ha pasado en más de una ocasión el argelino residente en Paris Rachid Tahá, de cuya muerte nos enterábamos el día 12 de septiembre. El 27 de julio de 2013 actuó por última vez en Lanuza, y nosotros estuvimos en el auditorio para disfrutar de aquella actuación memorable. Había gente que criticaba a Rachid Tahá, diciendo que ya salía al escenario borracho… pero lo que no sabían es que Rachid era un profesional como la copa de un pino, y no… nunca se presentaba bebido ante su público… lo que le ocurría al señor Taha, es que tenía una enfermedad genética que le paralizaba el lado derecho… y por ello tenía ese movimiento tan extraño. Es imprescindible informarse bien antes de criticar a una persona. Siempre nos quedará su legado.
Entraremos al Parque por Salardú. Hay un camino asfaltado, indicado, y que nos lleva hasta el Balneario Banhs de Tredòs. En el aparcamiento está la parada de taxis que te suben hasta cerca del refugio de Colomers.
Entramos en la pista de noche… se nos cruzó un ciervo, y aparcamos junto a la caseta del parque. El servicio de taxis no funciona tan temprano, y comenzamos la ascensión desde aquí. El hecho de ser los primeros, nos permitió escuchar un corzo, ver cabras, y marmotas.
El comienzo del sendero que llega al Estanh Mayor de Colomers, represado, es bastante inclinado, y la vista que ofrece la presa, a esas horas de la mañana, es espectacular. Las cumbres se iluminan mientras el fondo de los valles permanece teñido al negro, con una humedad incipiente que poco a poco va ascendiendo hacia las vertiginosas laderas que nos rodean.
Recorremos el lago por su margen izquierdo, tomando prestado el GR11 unos instantes, pasando a la vera de los dos refugios de Colomers y ascendiendo hacia el Estany Mort. Nuestro objetivo apunta hacia el Gran Tuc de Colmers, al fondo del gran circo.
Vamos ascendiendo de lago en lago contemplando una de las zonas más bellas del Pirineo.
Compartimos caminata con una pareja catalana a la que dimos alcance, conocedores del parque, y nos enseñaron algunos detalles de la zona. Da gusto entablar conversa con estas personas.
Quedan algunos neveros que resisten el estío; El agua corre en abundancia por todos los arroyos y el pasto está verdaderamente fresco.
Alcanzamos la base del Tuc de Pòdo, rozando los 2650m, donde comimos algo buscando sombras pétreas y con temperaturas agradables todavía. El Lac de Pòdo es una verdadera delicia.
Luego nos acercamos a contemplar el Estanh de Ratera de Colomèrs, que desprende belleza por todo su contorneado. A partir de aquí, emprendemos la bajada. En la orilla del Lac Obago nos volvemos a introducir en el GR-11, por el tramo que baja desde el Port de Ratera, y por él, cruzamos maravillas lacustres como Lac Redon, Lac Long, Lac de Clòto de Baish y Lac de Clòto de Naut.
Al llegar a la pista de tierra, esperamos un taxi que nos dejó junto al coche, y justo al montarnos… comenzó a llover. Se cumplió la predicción de tormenta.
Una caminata agradable, de unas 10 horas y apenas mil metros de desnivel.
Añadir, que el Circo de Colomers alberga una cincuentena de lagos de origen glaciar. Es la periferia del Parque Nacional, y en su conjunto, existe la mayor concentración de lagos de alta montaña de todo el Pirineo. Aigüestortes puede ser el Parque más bello de toda la cordillera, y para iniciarse en el pirineísmo, si es que se considera válido este término, ofrece la mejor red de caminos señalizados.


Poco antes de alcanzar la presa.

El agua es completamente transparente.

El antiguo refugio a la vista.

El refugio nuevo.

Herramientas de topografía.

Gente saliendo del refugio, para acometer la Carros de Foc.

El camino va por la presa.

Estany Mort.

La soledad, las luces, el agua... el día totalmente despejado, pero con posibilidad de tormenta.

Cruzaremos varios cursos de agua.

Seguimos teniendo espejismos.

Aquí no hay puentes.

Pasamos la cota de nieve.

Hay neveros por todas partes.

El camino tiene bastantes fitas.

Las seguimos, y ya veremos donde terminamos.


Bajo el Tuc de Pòdo, que queda a la izquierda.



El Lac de Pòdo.

La bajada es bastante escarpada.




El Estanh de Ratera de Colomèrs.


A punto de enganchar de nuevo el GR11.

Y continúan los espejismos, y las amenazas de tormenta.


GR11.

Lac Obago.

Una maravilla.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Sassopiatto desde Passo Sella. Dolomiti-Sud Tirol



En agosto de 2005, el alpinista esloveno Tomaz Humar quiso abrir una vía en la vertiente Rupal del Nanga Parbat. La meteorología empeoró y quedó atrapado en un pequeño vivac que él mismo cavó a pioletazo limpio, en plena pared y a 2200m de la cima. Tomaz sabía que un rescate era una tarea casi imposible. En Eslovenia, compañeros concienciaron a la opinión pública de que rescatarle en helicóptero sería posible. El presidente de Eslovenia llamó a su homónimo paquistaní y le pidió que hiciera todo lo posible. Un helicóptero “Lama” sacó a Humar de la pared en una maniobra que no vamos a describir por ser demasiado emocionante.
Humar murió en 2009 cuando se precipitó durante el descenso del Langtang.
En agosto de 2009, los alpinistas oscenses, Óscar Pérez y Álvaro Novellón, se sumergieron en el Karakorum para escalar el Latok II, de 6950m, por una nueva vía. Tras varios días en la pared, Óscar sufre una caída y se rompe una pierna y un brazo. Álvaro lo deja solo y bien abrigado y equipado, mientras él baja a pedir ayuda. Le prometió regresar. Óscar sabía que iba a tardar más de una semana. El Club Peña Guara pidió al presidente de la comunidad aragonesa que hablase con el presidente de España, y que éste lo hiciese con el de Pakistán, para pedir su colaboración. Mientras, personas reconocidas en el mundo del Alpinismo, entre ellas Sebastián Álvaro, preparaban un rescate por tierra. Tras más de 10 días en la pared y una larga burocracia de por medio… sin llegar a contactar con él, dieron por imposible el rescate abandonando a su suerte a Óscar… sin llegar a saber si todavía permanecía con vida o no.
Dos historias similares con distinto desenlace, las cuales podrás leer en toda su fuerza literaria, si haces caso a nuestro amigo y forero sevillano Pedro, que nos aconsejó la lectura de un libro de César Pérez de Tudela cuyo título es una gran pregunta: ¿Era Necesario Morir?
Hay quien se deja la vida escalando montañas… y hay quien dedica su vida a escalar listas de éxito, como fue el caso del “pequeño Michael”, que este verano hubiese cumplido 60 años.
Amanece muy pronto en Dolomitas, así que ascendemos en coche al Passo Sella, desde Campitello, bellísima localidad en la que nos alojamos en esta ocasión. Nuestra intención era subir al Catinaccio, llevábamos track y todo… pero estando en el pueblo, vimos las hermosas paredes de Sassopiatto, y no pudimos resistirnos. Hicimos uso del plano que habíamos adquirido el día anterior, y no nos arrepentimos.
Empezamos siguiendo el Sendero Friedrich August, o 557. Pasamos por el refugio Carlo Valentini y el refugio Salei, el día está nublado y no hay nadie por el camino. A continuación, el Chalet Margherita y la vaca Gigante… las vistas del Gruppo del Sella son inmejorables, y del Val di Fassa, por supuesto… además del Cattinaccio y la Marmolada. Pasamos junto al refugio Friedrich August, refugio Sandro Pertini, y refugio Sasso Piatto, donde giramos hacia el sendero 527.
Ahora vamos por la vertiente Norte… la zona de sombra… la de los caos de dolomías enormes desprendidas de su madre, en ese intento por aplanar el paisaje le guste a quien le cueste… hasta la gran canal que cruza el macizo apuntando al Sur, donde pasamos por el refugio Vicenza, y estamos ahora es el sendero 525. Tenemos la intención de llegar a Forcella Sasso Lungo, donde vimos la luz entre esas enormes y oscuras nubes. Alcanzamos el refugio Toni Demetz, encajado a presión entre desplomes de caliza, y nada más llegar, sonó una gran explosión de tormenta que casi nos deja sordos. Aquí tenemos la opción de bajar a Passo Sella mediante un funivía, pero el paseo de bajada es muy recomendable. Comimos, y emprendimos la bajada.
Es una caminata muy señalizada, jalonada por muchos refugios como se ha podido leer, y que discurre por un trazado suave. El desnivel apenas supera los 1200m de subida… y otros tantos de bajada.
Esta podría ser una buena guinda para el pastel dolomítico.



Vista desde Passo Sella.

La Vaca Gigante.

Piz Bòe a la izquierda y Saas Pordoi a la diestra. Gruppo del Sella.

Sendero Friedrich August.



Vamos empezando a girar a la otra vertiente.


El Catinaccio se cubre lentamente de nubes.

Un banco de madera para descansar a gusto y con buenas vistas.

El sendero planea y es una gozada caminar... incluso para correr debe ser bueno.

Añadir leyenda

Las vistas son tremendamente interesantes.

Continuamos por el sendero 527.

Ahora tomamos el 525, que discurre por esta hermosa pedrera.

El refugio Vicenza.



Pasando Vicenza, entramos en una canal perfecta.

Siempre buscando la luz.
Paredes enormes jalonan el camino.

Ascendiendo y entrando en la nube.

Un caos de enormes bloques decoran el recorrido.

Últimos pasos de subida antes de alcanzar el collado.

Y alcanzamos el refugio minutos antes del estruendo.

La bajada es preciosa, merece la pena no usar las cabinas.

Al fondo vemos la Marmolada.

Abajo vemos el camino de comienzo de ruta.

Y una última mirada hacia lo que dejamos atrás.