Esta vez ascendimos al Navazo Alto por la directísima,
itinerario que parte desde la misma puerta del coso payoyo, sin apenas un
respiro para retomar el aliento. Este empinadísimo trazado va tomando altura
dejando ver a nuestra espalda, cada vez más pequeña, la quesera villa Longa.
Era sábado, hizo una mínima bastante baja, y soplaba
algo de viento en La Manga, lo que obligó a pertrecharnos con toda la
vestimenta, que poco a poco empezó a sobrar.
Nos acompañó en esta ocasión nuestro amigo Etienne
Mayerat, “El Niño de los Alpes”, gran
conocedor y divulgador en Suiza del arte de la guitarra flamenca, cuyo disco, Sueños
Peregrinos, ya fue mencionado en una entrada anterior.
El camino no tiene pérdida, y se llega sin temor hasta
la cumbre más alta del Caillo, donde se yergue el vértice geodésico que más
controversias levanta desde que en el invierno de 2005 apareciese decorado con
los colores de la bandera española vigente durante la Segunda República. La
decoración sigue casi intacta… pero todos sabemos que no es así, si no que, hay
quien colabora pintando y repintando el mencionado poste.
Arriba coincidimos con dos familias vecinas de
Ubrique, y comenzamos la bajada tras unas contemplaciones dignas de un día de
verano… no hacía nada de viento.
Por el camino, paramos a degustar nuestras viandas,
antes de llegar al Puerto de los Navazos, donde giramos levemente al Este para
ascender dos pequeñas cumbres enlazadas por una sencilla arista caliza formada
por bellos lapiaces.
Todo este conjunto forma la Sierra del Caíllo, y
emprendimos la bajada pasando cerca de la zona donde se encuentra la Sima del
Cacao, para alcanzar de nuevo la vereda de subida y regresar a la población de
partida.
Estamos preparados para descubrir zonas que antes no
habíamos pisado, pues eso es lo que mantiene viva la afición, como se diría en
inglés: I´m Ready. Precisamente
esa es una canción de The Mannish Boys, grupo californiano que toma su nombre
de una canción del gran Muddy Waters. Siempre hay que buscar la relación entre
música y montaña… es lo que mantiene con vida este blog.