lunes, 27 de agosto de 2012

Calvitero, Canchal de la Ceja y Torreón



A la vuelta de nuestro viaje por el noroeste peninsular hicimos un alto en Candelario, para hacer la última ascensión estival.
Para ello, nos dimos un buen madrugón, las seis de la mañana nos pareció prudente teniendo en cuenta que en 20 minutos de coche estaríamos caminando, pues desde Candelario, sólo tenemos que acercarnos a la plataforma de El Travieso para aparcar nuestro vehículo.


Desde la plataforma, tenemos jalonado con buenos hitos toda la ascensión en dirección sureste hasta la cumbre del primero de los picos que subiremos en esta ocasión.


Aunque hay varios trazos, por norma general, tomaremos el que disfruta de los hitos más grandes. En una media hora de subida, pasamos por el manantial de la Fuente del Travieso, también conocida como la Fuente Goterita, a partir de aquí  continuamos con rumbo SE hasta llegar a la Cuerda del Calvitero, 


en la que cambiaremos a SW para alcanzar su cima, de 2397m, y en la que el año pasado había una imagen de la Virgen del Castañar (patrona de la ciudad de Béjar) pero para nuestra sorpresa había desaparecido. Lo que sigue intacto es su curioso “buzón de correos” que fue colocado por el club de montaña  Mirandes.


Hacía viento fuerte, muy normal en estas cumbres, y por tratarse de una hora temprana, el frío era bastante notable, teniendo en cuenta que era  25 de julio, como fuerte suena la sección de viento del grupo que acompaña a Clarence "Gatemouth" Brown.


Tras beber un poco de agua y disparar alguna foto, pusimos rumbo al Mirador de la Médica y la Portilla de la Ceja, para ir acercándonos a nuestro siguiente objetivo: El Canchal de la Ceja, que desde nuestra perspectiva se yergue como una montaña de rocas graníticas que fueron elevadas por la orogenia alpina y que actualmente presenta un corte vertical asombroso, pues se trata de un constante derrumbe de bloques de granito que el musgo se ha encargado de verdecer.


Esa pared es la cara Norte del Canchal, pero que nosotros vamos a rodear, afortunadamente, por su arista Oeste, dando con nuestros pies en la cumbre en menos de tres cuartos de hora desde la cima del Calvitero.


Estamos en el punto más alto de la Sierra de Béjar, a 2428m, y desde donde tenemos una buena perspectiva de las lagunas de origen glacial del Trampal, donde a golpe de prismático, vimos montadas varias tiendas de montaña.


Para tratarse de una sierra que debe de estar bastante concurrida como lo denota el erosionado camino y el tamaño de sus hitos populares, observamos un entorno bastante limpio, aspecto muy de agradecer para como nos encontramos otros parques.


Seguimos nuestro camino, rumbo ahora al  Torreón, dejamos a tras esta planicie y ponemos dirección Sur, comenzamos una suave bajada que nos lleva al collado de Las Agujas, formación de grandes bloques graníticos de forma afilada, y desde la canal podemos ver el circo de Hoya Moros y el valle del 


río Cuerpo de Hombre, en su margen más izquierdo podemos divisar la laguna del Duque y al fondo el pico de los Hermanitos. Desde éste punto las vistas son preciosas en esta época del año, tengo que decir que es la tercera vez que he subido a esta sierra, pero nunca lo había hecho en la época estival, 


merece la pena hacerlo, puedes observar el contraste de colores que adquiere la roca y su formación geológica. A pesar de que te encuentras en una sierra de mediana altitud debido a sus grandes paneles de granito y a su variedad morfológica de grandes paredes verticales, te da la sensación de pequeñez cuando miras a tu alrededor.


Desde el collado comenzamos a subir por la cuerda de los  Asperones, vamos ascendiendo por los grandes bloques de granito siguiendo los hitos hasta que llegamos a la cumbre de Talamanca, desde aquí tenemos una magnifica vista del Torreón, pero antes hay que bajar por el paso más vertical de toda la ruta, el llamado Paso del Diablo, con una destrepada de unos diez metros, formando una pequeña 


chimenea con tres tramos de grandes bloques que podemos bajar ayudados de una cadena y que no revierte mucha dificultad.


Una vez abajo sólo tenemos que ascender por una suave pendiente donde se eleva el Torreón (2400m), el pico mas alto de Extremadura. También situado sobre una atalaya se encuentra el vértice 


geodésico colocado sobre una plataforma rectangular y donde confluyen las provincias de Salamanca, Cáceres y Ávila. Desde aquí podemos contemplar las vistas de la Sierra de Gredos y Sistema Central, así como, el valle del Jerte.


Es curioso observar como al volver al Calvitero, seguía soplando fuerte y nos resguardamos en una oquedad, del sol y del frío que provocaba ese viento. Al paso por la fuente que antes mencionamos, 


aprovechamos para rellenar nuestras cantimploras, y podemos dar fe de que el agua es buena.



Datos Técnicos:

Localización: Parque Nacional de Candelario
Población: Candelario (Salamanca)
Altitud máxima: 2436m
Distancia recorrida: 15,66 kms
Desnivel: 1004m
Tipo de trazado: Lineal
Clima: Media montaña


viernes, 17 de agosto de 2012

CURAVACAS (2528m)


Nuestra cuarta ascensión en este periplo por el NW Ibérico nos lleva a tierras de Palencia, al Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre – Montaña Palentina. Pernoctamos en Cervera de Pisuerga, por lo que salimos temprano hacia la pequeña población de Vidrieros, donde podemos dejar el coche en la recogida placilla en la que hay un bar y una pequeña iglesia de ladrillos vistos.
Caminamos unos metros por donde mismo hemos venido hasta tomar el primer carril que vemos a la derecha, a través del cual salimos del pueblo en un ascenso poco pronunciado.


 Al llegar a un cruce de carriles en “Y”, tomamos el de la derecha, en un marcado rumbo N, y que apunta a la base de una montaña rocosa de un tono verdoso y con una silueta vertical imposible de subir a pie: ¡ese es el Curavacas!


Ahora la subida empieza a tomar grado, y circulamos paralelos a un precioso arroyo que baja del Curavacas; es el Cabriles, y para ser julio, baja con abundante agua.
El caminar discurre por un cauce, que suponemos que en deshielo, estará ocupado por el agua que ya no cabe en el Cabriles. En unos 45 minutos o algo más, habremos alcanzado un prado, desde el cual vemos la cara Sur del Curavacas un poco más accesible de lo que nos pareció hace un buen rato… pero solo lo parece. Al cruzar el arroyo, pasaremos junto a una surgencia de la cual podemos y debemos abastecernos, a la ida y a la vuelta, pues el agua está muy rica y hay que aprovechar los minerales que nos ofrece la naturaleza.


Ya va empezando a subir la temperatura, comparado con los 5 ºC que hacía en Vidrieros a las 8 de la mañana. Nos alegramos de haber madrugado, es más, nos arrepentimos de no haber madrugado más. A los 200m de haber pasado el manantial, nos fundimos en la pedrera baja, compuesta por bolos rodados de roca caliza y granito, que nos hacen pensar en la presencia de mucha cantidad de agua, como si las piedras proviniesen de un río. El avance por esta pedrera es muy penoso y agotador, ya que no pisamos un suelo sólido y el terreno está bastante inclinado. Los bolos van cediendo a nuestro empuje y parece que vamos para atrás, en vez de progresar en positivo.


Voy midiendo la velocidad de ascenso, que es de unos 400m/h. No parece que nos queden 1000m de desnivel hasta la cumbre, así que pienso: dos horas y media más y estaremos arriba.
Pasamos a la segunda y más inclinada pedrera, que va entrando al Callejo Grande, y la dificultad va ganando terreno al disfrute de la subida… el dolor puede resultar agradable, a veces, de hecho, el dolor causado por la práctica deportiva es beneficioso para nuestro espíritu… al aproximarnos a las paredes que encierran el camino en una zona angosta y vertical, vemos de donde proceden los bolos de la pedrera por la cual hemos ascendido.


La montaña es un conglomerado de cantos rodados, y es Isa la que llega a la conclusión de que esta zona en el cuaternario tuvo que ser un gran río, y al plegarse el suelo y elevarse a 2500m, se llevó consigo todas estas piedras, que son las que, en esta época, vemos incrustadas formando una serie de cabalgamientos y fallas normales que omiten serie estratigráfica y una serie de retrocabalgamiento que 


configuran todo el macizo del Curavacas. Estamos llegando a una zona en la que es necesario trepar para ascender, y entra en juego el problema de vértigo de Isabel, que la obliga a buscar un hueco y quedarse allí a esperarme a que yo haga cumbre, pues la bajada puede resultar complicada.


Llego a un portillón, acompañado por tres montañeros burgaleses (padre y dos hijos), que nos han alcanzado en la ascensión; por aquí se pasa de la vertiente Sur a la Norte, en el cual, debido a que es la parte alta de un corredor, y con orientación de umbría, han ocurrido varios accidentes fatales en épocas en las que el frío congela el suelo y el resbalón se produce en el peor sitio y de forma inesperada.


Se trata del punto negro del Curavacas. Pasamos este angosto tramo y sólo nos queda un leve caminar suave, sin peligro, que va girando buscando el Sur hasta llegar a la ansiada cumbre.


La panorámica que nos ofrece esta montaña es de lo más espectacular que he visto. Tenemos Picos de Europa al Norte, y con unos prismáticos identificamos rincones como La Vueltona, El Cable (la estación superior), Cabaña Verónica, Horcados Rojos, Llambrión, Peña Vieja… no se si he dicho ya 


espectacular, pero es que es espectacular… por supuesto vemos el singular Espigüete, que lo hemos dejado para nuestra próxima visita a Palencia, y también se distinguen la Sierra de la Demanda, con el 


San Lorenzo (techo Riojano),  El Pozo del Curavacas, laguna de origen glaciar; Pico Murcia, Mojón de Tres Provincias (convergencia de Cantabria, León y Palencia), el Pico Tresmares, situado en la 


cordillera cantábrica, y curioso por ser la única montaña dentro de la Península Ibérica, con divisoria de aguas a más de 2 mares, pues al Norte arroja al Cantábrico, al SW al Atlántico (Pisuerga y Duero) , y al SE al Mediterráneo, a través del río Híjar, que tiene una surgencia que forma el nacimiento del Ebro.


Tras aprender un poco de la sabiduría montañera de estos 3 burgaleses, me bajé a buscar a Isabel, y refugiarnos aberronchados al rocaje, para degustar nuestro bien merecido almuerzo a base de productos de la comarca y buen pan del Pisuerga.


La diferencia de temperaturas entre el amanecer y el medio día solar, es abismal, y hay que descender con premura, ganando en intensidad de marcha, como la canción Escape, del grupo británico Muse; y


 por efecto del calor, volviendo a bajar el ritmo, igual que sucede con la mencionada canción compuesta por Matthew Bellamy.


Al llegar a Vidrieros, entramos al bar, pero nos equivocamos, pues hay mejor oferta en el cruce de Triollo, en variedad, y sobre todo en precios.


Datos Técnicos

Localización: Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre
Población:  Vidrieros (Palencia)
Altitud máxima: 2.528m
Distancia recorrida: 11 kms
Desnivel: 1.300m
Tipo de trazado: Lineal
Clima: Media-Alta montaña

lunes, 13 de agosto de 2012

ISLAS CÍES



Cuando llegamos a Liméns la tarde estaba desapacible y no dejaba de llover, señal de que habíamos llegado a “Terra Galega”.
Nos dirigimos al camping de Liméns donde se ubica la empresa Nordeskayak y dejamos todo preparado para salir temprano al día siguiente, rumbo a las Islas Cíes. Antes tuvimos que ir a Vigo, a recoger el permiso de navegación por aguas del Parque Nacional, es un permiso que hay que solicitar para desembarcar en las islas y el Parque te lo proporciona totalmente gratis.
Por la mañana y desde nuestros aposentos podíamos divisar a lo lejos las islas, el día se presentaba despejado, así que, cogimos nuestros kayaks y nos acercamos a la orilla de la playa de Liméns  que se encontraba plagada de algas Himanthalia elongata, típicas de los litorales profundos y de aguas agitadas. Es una pequeña playa de arena fina y clara con abundantes dunas.



Una vez preparados pusimos rumbo a las islas, pasamos primero por lo que se configura como la ensenada de Liméns, de aguas tranquilas, dejamos a nuestra izquierda la Punta de Fanequeira y a nuestra 


derecha la Punta Corbeiro que dispone de unas pequeñas calitas donde puedes desembarcar si quieres y darte un baño en sus aguas frías. Nosotros nos dirigimos a las bateas de mejillones que se distribuyen por toda la ría de Vigo y Pontevedra.


Las bateas están formadas por una serie de flotadores que soportan una serie de listones de madera de forma rectangular. El número de flotadores de las bateas está relacionado con el tamaño y la antigüedad de las mismas, así, las de más edad suelen tener un flotador central, mientras que, las más modernas disponen de varios flotadores. A lo largo de los listones de madera cuelgan unas cuerdas que llevan intercalados unos listones de madera para distribuir el peso del mejillón a lo largo de toda la cuerda impidiendo así que este se desprenda.
Es todo un proceso de cultivo del mejillón que le aporta a la economía de la zona más de 240.000 toneladas anuales de éste molusco y que se viene desarrollando desde el año 1946.
Paleando, paleando llegamos a cabo Home, con unas vistas maravillosas al  atlántico, y como no, a las Islas Cíes, desde éste lugar se pueden ver los tres faros, el faro de Home que es uno de los más altos de 


Galicia , el faro de punta Sabrido y el de Punta Robaleira, los tres señalizan la Costa da Vela, una  zona rocosa, abrupta  en la que sus fuertes olas le dan un aspecto mágico y misterioso al lugar.  Cuando te aproximas a esta zona te das cuenta del rebote de las olas, que produce una fuerte resaca y la navegación se vuelve mas agitada. Llegado a este punto hay que tener mucho cuidado por que hay que atravesar la canal de entrada a la ría de Vigo, que nos separa de las islas, hay que extremar la precaución porque el tráfico circula rápido. 


Una vez en la otra orilla nos dirigimos, dirección sur, a la playa de Figueras para así bordear la punta Mudeiro, en esta zona es donde hacen su entrada los catamaranes que vienen de Vigo y Cangas con turistas y bañistas para pasar el día. Desembarcamos en la playa más grande de las Islas, la playa de


Rodas con agua cristalina, muy fría, pero muy protegida del oleaje de alta mar, por lo que es perfecta para desembarcar, dejar los kayaks por allí, retirados de la playa, y cambiarse el calzado para proceder a un cambio de actividad: subir andando al Monte Faro. Partimos del pequeño cementerio que se encuentra anexo a la playa de Rodas, donde fue enterrada en el s. XIX una pequeña población que 


vivía en las islas dedicadas a los recursos marinos y a los trabajos que generaban las fábricas de salazón de Muxierio y San Martiño. Pero la competencia de las proliferación de fabricas de la zona motivó el declive de las salazoneras de las islas, con lo que la población decayó desde principios del s. XX.
Nos separan 7 km desde la costa hasta el faro, que fue construido en 1851 y a una altura de 178 ms. Su acceso es mediante un camino en zig-zag bastante cómodo y desde donde podemos ir disfrutando de las dunas de la playa de Rodas y de las vistas que nos ofrece la isla sur, la de San Martiño y podemos divisar el Faro da Porta con sus grandes acantilados; una vez arriba podemos disfrutar de la panorámica que nos proporciona  el conjunto de las tres islas.


Desde esta cumbre podemos divisar como la isla do Faro ha terminado uniéndose a la isla norte por una acumulación de arena en la parte inferior del archipiélago, en la cara este de las islas; al subir la marea el agua pasa por la cara oeste y se forma una laguna entre el arenal y la roca.


 Nos llamó mucho la atención la limpieza del lugar, de restos de basura, a pesar de la gran afluencia de bañistas y visitantes que reciben las islas al día, sobre todo en esta época estival, y de la contaminación del hundimiento del Prestige que llegó a ser 


de un 90% y donde se vieron aquejados tanto la fauna marina como la flora, todo el ecosistema marino y medioambiental se vio afectado. Hoy día hay que decir que aún queda mucho para que se recupere el 


100% de lo que eran las islas ya que la contaminación en la zona es constante debido a la cantidad de petroleros que cruzan las rías, pero se observa un desarrollo sostenible en la zona, por eso, todo bien llevado se puede disfrutar perfectamente de la naturaleza, sin que se produzca esos fuerte desequilibrios, que vemos en otras zonas.
Después de un descanso en la isla y de unos bañitos nos pusimos en marcha para el regreso, que fue bastante espectacular, porque del suave mar de levas que  disfrutamos a la ida, en el regreso las olas 


subieron hasta alcanzar una altura de aproximadamente metro y medio, al paso por la canal, había momentos que a pesar de que íbamos paleando en paralelo, a Fran no lo veía, sólo nos localizábamos cuando subíamos a la cresta de la ola. Este vaivén del oleaje es como estar escuchando la música renacentista de Blackmore´s Night en su versión de Child In Time, donde mezclan la música rock con guitarra sin perder la base de folk tradicional.


Fue un verdadero placer arribar a estas islas en una delicada embarcación de fibra y disfrutar de una pequeña pero enriquecedora ascensión.


jueves, 9 de agosto de 2012

Torre de Horcados Rojos (2506m)



El 13 del mes de Augustus Caesar de 1961, fue inaugurada por un grupo de montañeros, con champán, (como el origen de los materiales empleados estipulaba), y bendecida por un sacerdote como todo lo que se hacía en España por aquella época, un refugio de montaña construido con piezas de desguace del portaviones americano de la 2ª contienda, “El Palau”, que se encontraba en la ría del Nervión para su desmontaje.
La idea fue de Conrado Santíes Doménech, que adquirió una de las cúpulas de defensa antiaérea, literas, puertas… de la nave a desmantelar.
El refugio, una vez terminado, y habiendo sido porteado los elementos más pesados con tracción de sangre, fue bautizado, en honor del nombre de la hija de Conrado, como Cabaña Verónica, y se emplaza a 2325m de altitud cerca del Pico Tesorero (2570m) y la torre que da nombre a este post.
La noche fue bastante fría en Fuente Dé, de hecho tuvimos que tirar de sacos gruesos para dormir, y por la mañana todo estaba despejado, aunque había llovido hasta bien entrada la madrugada. Isabel amaneció con un intenso dolor de garganta y decidió, tras el desayuno, que seguiría durmiendo para recuperarse, así que hice la mochila, y partí en solitario hacia nuestro objetivo.


El camino comienza por el mismo sendero que sube a los Tornos de Liordes, pero en la primera curva de 180º a la izquierda, hoy tocaba seguir recto, haciendo caso omiso a una señal de camino equivocado del PR. Este tramo de camino es bastante escarpado y aéreo, de hecho, se lo conoce como “kilómetro vertical”, y es la opción más montañera para hacer nuestra excursión de hoy, la otra opción, menos montañera y más cómoda, es salvar más de 800m de desnivel en 4 minutos con la ayuda del teleférico, inaugurado oficialmente el 12 de septiembre de  1966 con la presencia del dictador, aunque funcionaba desde el 21 de agosto.


A menos de la mitad del recorrido nos encontramos una antigua mina de blenda, abandonada, donde la compañía Vieja Montañesa instaló el primer cable, sobre 1903,  con objeto de hacer llegar el mineral extraído a Fuente Dé, y de aquí a Espinama.
Tras pasar la mina, nos encontramos con el tramo más inclinado del camino… es verdaderamente horrible el esfuerzo que hay que llevar a cabo para hacer este paso… ¡con razón la gente sube en el cable!... pero no veremos el nacimiento del río y la cascada de agua si optamos por la ayuda mecánica… hay que motivarse de alguna manera…


Al llegar a la estación de El Cable, no podemos dejar de sorprendernos por 2 motivos: primero por la grandiosidad del enorme valle que se abre al Norte ante nosotros: Hoyos de Lloroza, presidido por el Pico San Carlos al NO, La Padierna al W (ayer la vimos desde la vertiente opuesta),  Peña Olvidada y Peña Vieja al N… y cerrando el paisaje al fondo, La Torre de los Horcados Rojos, El Tesorero, y con los prismáticos ya diviso mi objetivo: la cúpula plateada del pequeño refugio en el cual vivió el guarda Mariano tantos años.


El otro motivo de sorpresa es ver a las mujeres en falda y con zapatos de tacón (no todas) en la montaña, y a 1834m.
Se toma el carril, rumbo N, y en 1 km aproximadamente, tomamos el desvío de la izquierda, que nos lleva a la mítica curva conocida como La Vueltona.


Sigo ascendiendo, y se abre ante mi otro hoyo: Sin Tierra, en el que se depositan todos los materiales caídos de Peña Vieja (2613m). Sin duda estoy atravesando los lugares más bellos de Picos… corroboro


el comentario de ayer: esta zona es, posiblemente, “la mejor cerveza del mundo”, digo…, la más espectacular de la península ibérica… en que estaría pensando yo… creo que el sol y la pérdida de líquido me están jugando una mala pasada, pero sólo quedan unos zig-zags y llegaré a Cabaña Verónica, donde podré comer algo.


Ciertamente, sobre las 13 horas arribo a tan emblemático lugar, y después de hablar con el guarda un rato, me retiro a mis aposentos para rendir homenaje gastronómico a base de viandas de mochila y agua cántabra, acompañado por otra Chova que esperaba sin éxito a que yo le proporcionase algo de comida (búsquese usted la vida, que para ello posee dos lindas alas negras, que yo me tengo que recorrer todo este paisaje a golpe de bota y manejo tanta hambre, que me voy a comer hasta las migas)… un café con leche preparado por el señor que guarda tan curioso vivac y a pesar de que la niebla amenaza con cerrarlo todo, decido seguir ascendiendo e intentar La Torre que se alzaba hace unos instantes sobre mi cabeza.


Hasta el collado de Horcados Rojos no tiene pérdida el camino, y al llegar, me emociono plenamente al contemplar la cara Sur del Naranjo de Bulnes… la niebla se cierra por momentos y al rato vuelve a abrirse… el camino que sube a la Torre, está a veces desdibujado, y pierdo su rastro metiéndome en un diedro… trepo con ayuda de las manos y vuelvo a encontrar el sendero… la subida es muy romántica… piedra, piedra y nada más que piedra… un paraíso para los amantes del rocanrol… son las dos connotaciones de la palabra roquero, ¿no?


La caliza es espectacular, y las agujas son espeluznantes…el terreno tiene una verticalidad absoluta, no apto para sensaciones de vértigo o para posibles errores de pérdida de adherencia momentánea… este no es lugar para jugársela.


Al llegar a la cumbre, estuve solo un buen rato, degustando el paisaje que iba y venía, envuelto en nubes, a merced del viento. Desde aquí se comprende como a lo largo de los años, en estas montañas, se han batallado grandes gestas deportivas batiéndose el cobre a mano descubierta contra la roca viva una gran multitud de escaladores… I can breathe and touch and sing and feel, I´m Alive… I´m a man!. Don Fardon nos regala este pedazo de canción con una alegría que también saben transmitir Corizonas, cuando, en directo, revientan salas haciendo esta versión.


Si señor… esa sensación de estar vivo se multiplica cuando se alcanza una cima en Picos… aunque sólo sea caminando.


Sólo me queda denunciar la cantidad de basura que se tira al vacío desde la estación superior del teleférico, y que no pueden ver los turistas desde arriba… pero los que subimos a pie, nos tenemos que tragar un montón de mierda, desde envases hasta materiales de obra (escombros, sanitarios, tubos…). Parece mentira que la normativa del parque Nacional permita esto, o que la guardería del mismo, haga como el que no sabe que esto sucede… a ver si nos vamos a declarar Parque Nacional solo de cara a la galería y luego… a ensuciar que es gratis.


Datos Técnicos:

Localización: Parque Nacional de los Picos de Europa
Población: Camaleño, Comarca de Liébana (Cantabria)
Altitud máxima: 2506m
Distancia recorrida: 20kms
Desnivel: 1900m
Tipo de trazado: Lineal
Clima: Media-alta montaña