lunes, 19 de mayo de 2025

Pico de la Nieve (2239 m). Balcón de la Caldera de Taburiente.

Madrugamos y nos dimos un paseo (marítimo) para buscar el Hyundai y tomar la carretera LP-4, que cruza la isla de este a oeste pasando por el gran complejo astrofísico de La Palma. Esto es un puerto de montaña con un desnivel de 2400m, que ya lo hemos nombrado días atrás.

Llegamdo al punto kilométrico 25, veremos un cruce en el cual podremos dejar el auto en una especie de mediana, donde nosotros fuimos los primeros en aparcar. Parte desde ahí una senda balizada hacia el pico que da título a esta entrada, y que se corresponde con la nomenclatura PR-LP-3. Esta senda se puede comenzar en Santa Cruz, si se tienen ganas, pero esa empresa llevaría muchas horas… imaginad el desnivel. La Palma no tiene límites, por ello es la mejor de las islas para la práctica del excursionismo y conocida a nivel mundial.

No sólo por los aficionados a cubrir distancias a pie por los vericuetos de la biodiversidad es conocida la isla de La Palma, pues dentro del mundo científico de la astrofísica, es un gran referente a nivel mundial, no en vano Canarias alberga el complejo astronómico más importante del hemisferio norte, y aquí se celebran durante el año, numerosos eventos de divulgación del estudio de la astronomía. Ahí es nada.

Sobre las 9:15 estábamos gastando suela por un escarpado sendero  atravesando un denso bosque de pino canario. Escuchamos el diálogo de algunas aves, pero no nos entretuvimos en intentar averiguar de qué especie se podría tratar. Reconocer las aves por su canto es una labor que se nos antojaba arto complicada, pero con el paso del tiempo y prestando atención, hemos descubierto que vamos identificando una buena cantidad de aves por su voz. Esta habilidad es imprescindible para hacer censos de aves, pues en algunos entornos las oyes y no las ves. No es tan difícil en realidad. ¿Acaso no reconoces la voz de un cantante, aunque colabore en otra banda? Bueno… con los guturales es complicado… e igual pasa con las currucas…

Se toma bastante altura en poco tiempo, y la senda no tiene pérdida; se maneja muy bien… no defrauda el estilo palmero (Palmero Style) de mullidos caminos de pinocha canariensis, pero llegada una cota, los enormes pinos van dando paso a un ambiente de alta montaña con vegetación rastrera, y nos metimos algo en la nube, pero iba y venía. Casi perfecto así.

La variedad cromática en esta vertiente de la caldera de Taburiente nos tiene asombrados. Vamos escuchando algún paseriforme, y vimos un grupo de serín canario… tan alto… y alguna chova piquirroja (o graja) pasó de largo mostrando su potente voz. También en este sector del Parque vemos ejemplares de pino con un porte excepcional y un diámetro de tronco fuera de lo común en lo que a pinos peninsulares se refiere.

Asomados al balcón que ofrecen los últimos metros de ascensión de esta cima hacia la Caldera de Taburiente, disfrutamos de algunas vistas por momentos. La verticalidad ofrece una especie de libro abierto a la geología. Alcanzado el hito de cumbre, se cerró en nubes, y resultó algo antipático el pico, debido a alguna antena y cableado diverso. Compartimos momento con una pareja holandesa que vienen de vez en cuando por La Palma.

Nos había llevado sólo una hora y media alcanzar la cumbre, pues es un corto recorrido, y regresamos por el mismo camino de subida. Ya con el coche, nos acercamos al centro de visitantes del Roque de los Muchachos; este espacio divulgativo del complejo astronómico de La Palma es una visita ineludible, está montado todo muy didáctico y con un gusto exquisito. Algunos ayuntamientos deberían invertir más en este tipo de centros de divulgación para fomentar la cultura y la protección del medio ambiente. Sólo el conocimiento nos salvará del caos.

Tras la visita y entre las nubes, subimos hasta el aparcamiento del Roque de los Muchachos para ver este punto tan emblemático de La Palma, en el cual la niebla sólo nos dejó a ratos la oportunidad de gozar el paisaje. Hacía una temperatura cercana a los 5º C, y no faltó el cuervo canario. La pena fue no poder sacar una panorámica para la exitosa web de Horizontes Ibéricos, que si no la conoces, estás tardando en buscarla en tu motor de búsqueda favorito.

Y desde el punto más alto de La Palma, sólo nos queda bajar, se aclaró un poco la condensación dejando ver el Gran Telescopio Canarias (GTC) y otros de alrededor. Uno de los complejos más atractivos son los que forman el proyecto MAGIC. Recordaba en 2005 que sólo había dos telescopios de este tipo, trabajando en estéreo. Ahora hay varios más.

Al aparcar en el cruce con el camino GR131, vimos una chica con mochilón, que venía de travesía. Fuimos caminando por el GR hacia el Roque Chico, y en el Barranco de Marangaño firmamos un geocaché. Hacer este GR completo desde Los Llanos, debe ser una pasada.

Tomamos coche de nuevo y nos acercamos a las instalaciones del proyecto MAGIC, y de vuelta por la misma carretera de subida. Había pequeños neveros en la cuneta y una densa niebla… hacía bastante frío. Nos orillamos en la berma del vial contrario a la altura del cruce con el pico de la Cruz, de 2353 m, en el Pk 31, más o menos. Ascendimos al VG, para ver las invisibles vistas. Nada… niebla mucho más cerrada. A penas se intuye el vértice, al cual me acerco inútilmente en un vano intento a la desesperada de buscar un atisbo de claridad. Al arrancar esta subida, había visto a mi derecha a la misma chica de la mochila, abrigándose… ¡ya estaba por aquí! Y al bajar, no me la cruzo… y veo a Isabel junto a la carretera con ella. Llorando. Le dio un bajonazo tremendo al verse allí sola, con la temperatura bajísima, venía desde El Time… y se había quedado sin batería en el móvil… al parecer. Total, que donde caben 2, caben 3. Nos la llevamos a Santa Cruz. No entendíamos casi nada de lo que dijo… cosas de no manejar el mismo idioma… pero cuando entró en calor la eslovaca, cambió de cara y todo… y de pronto, su móvil empezó a funcionar. Un misterio palmero por investigar, pero que no nos quitó el sueño en absoluto. Su idea era alcanzar el refugio del Pilar… una empresa demasiado alargada para las horas que eran y la temperatura que hacía, a parte de que se avecinaba tormenta.

Hablando de tormenta, hubo una banda sevillana que se formó a final de la década de los ´60, de rock psicodélico claramente influenciado por el estilo de aquellos Deep Purple, llamados The Storm. Tenían una canción, que la puedes encontrar en los archivos de la red social YouTube, que se la dedicaron a su mánager y se titula: Un señor llamado Fernández de Córdoba. La primera vez que escuché esta canción, me acordaré, fue en Discópolis, el programa de José Miguel López, y fue bajando en coche desde Capileira tras dos días por aquellas montañas nevadenses. Sierra Nevada no tiene nada que ver con La Palma, pero ambas ofrecen un color marrón oscuro con trazas anaranjadas o algo rojizas en su geología.

Aquí se puede dejar el auto y comenzar la caminata.

Entre majestuosos árboles resistentes a todo.

Incluso se llega a ver el mar hacia el norte. Esta isla es maravillosa.

Fijaos que corteza gasta este pino.

El camino es un gustazo, como de costumbre.

Saliendo del pinar.

Una mirada hacia el Roque de los Muchachos, aunque no sea visible.

Y el Pico de la Nieve.

La foto que nos hizo aquella pareja.

Bajando tras tomar un café palmero en la cumbre.

Intentando ver qué eran esos pajarillos... serín canario.

Jaras, pinos, niebla y rocanroll.

De vuelta por el bosque canario.

Se nota la hora... siempre somos los primeros.

El Roque de los Muchachos.

El Barranco de Marangaño, que cae hacia la Caldera de Taburiente.

Telescopios.

Chovas Piquirrojas (grajas).

La niebla cada vez más densa y el aire más frío.

El Roque de los Muchachos, protegido.

El proyecto Magic.


domingo, 27 de abril de 2025

Ascenso al Pico Bejenado (Bejenao), de 1854m, desde el mirador de La Cumbrecita.

Estaba el menda lerenda en casa completamente inmerso sin contemplaciones en el mapa de geocaching, volando sobre la isla de La Palma, buscando la inspiración acorde a los puntos verdes (cajitas) que iban apareciendo por territorio palmero, cuán de repente leo: Hiking La Palma 3: Bejenado. Y sí, es cierto que gracias al geocaching descubrimos sitios.

Se trata de una caminata breve, que desde el asombroso y pequeño mirador de la Cumbrecita (un balcón excepcional al que todo visitante de La Palma quiere acudir), se asciende a este pico, aún mejor mirador del interior de la Caldera de Taburiente, ese gran cráter que da nombre al Parque Nacional palmero.

Recorriendo los vericuetos de la red, vimos que para acceder en coche al mirador de La Cumbrecita, se precisa de una autorización de Parques Nacionales, con fecha (por supuesto) y con hora (como en el Teide). Pedimos permiso para el día 26 de 8:30 a 13:30. El problema es la falta de espacio en ese mirador… carretera muy estrecha y muy pocas plazas de aparcamiento, por lo tanto si pides un permiso para 5 horas, le estás quitando espacio a otras personas que quieran subir sólo para contemplar un rato las vistas, pero es lo aconsejado para este recorrido. El control de acceso se realiza a partir de las 8:30 hasta por la tarde… así que madrugamos, y a las ocho en punto estábamos pasando por la barrera (no había nadie)… para así terminar antes y no acaparar espacio.

En el mirador había algún coche y una camper que había dormido allí. A las 8:30 ya estábamos gastando suela por aquel escarpado y angosto tramo por el que se ascienden bastantes metros en muy poco tiempo. El sendero está señalizado y el panorama es realmente espectacular. Una parte discurre por el interior de la Caldera de Taburiente, hasta un collado en que se pasa a la vertiente sur, y giramos a nuestra derecha, hacia el Roque de los Cuervos, desde donde vemos el joven Tajogaite a lo lejos y siempre escoltados por enormes pinos canarios… los vigilantes perpetuos de la Caldera… los captadores de humedad y posaderos de chovas piquirrojas y pinzones palmeros. Los pinos de tres acículas.

Habría que añadir desde nuestra posición, que el Pinus canariensis es símbolo natural de La Palma junto a la graja (Chova piquirroja), respaldado por una ley canaria. De estas iniciativas deberían tomar ejemplo otras administraciones, y declarar más símbolos naturales, no sólo en zonas montañosas, si no también en áreas urbanas e incluso playas. Un ejemplo podría ser el chorlitejo patinegro, tan castigado por administraciones y por los propios ciudadanos, a los que no les importa en absoluto pisotear tanto los nidos como los pollos. Parafraseando a Sara Pérez Martín, canaria, "Presta atención a la vereda, no sea que te las pierdas".

Vamos tomando altura lazada tras lazada entre piedras de origen volcánico muy antiguas, de basalto, y rodeados de la vegetación rupícola típica de Canarias, y más concreto de esta isla en la que no falta el agua, además, teniendo la fortuna de observar en el otro extremo de la Caldera de Taburiente, picos como el Roque de los Muchachos (el más alto de la isla y uno de los más altos del archipiélago), y de otros menos conocidos como el Pico de la Nieve o el Pico de la Cruz, ambos de más de 2200m de altitud.

Hoyado el Bejenado, nos dispusimos a tomarnos un café de cumbre; café palmero que compramos el primer día y que nos acompañó en todas nuestras caminatas. Desde esta cima, vemos al sur todo el valle de Aridane y al fondo las cumbres que atraviesa la Ruta de los Volcanes. Al norte, la Caldera de Taburiente y el Barranco de las Angustias, a través del cual la caldera evacúa todas sus aguas.

Este espectacular edificio volcánico es visible desde todo el sector suroeste de La Palma, y su topónimo es de origen benahoarita. 

La bajada se nos hizo muy corta, sobrando tiempo de nuestra reserva de aparcamiento, resultando un paseo muy agradable de menos de cuatro horas, que nos permitió visitar la zona de Fuencaliente después de haber pasado por los Caños de Fuego, un centro de interpretación con una exposición muy instructiva sobre las coladas de lava del volcán San Juan de 1949.

Y no quería hablar de música, pero es que Shakra tienen unos riffs alucinantes… bueno, que me pierdo… vamos a comentar, si no lo hemos escrito ya, que conocimos una plataforma de ciencia ciudadana, que está tan ¿de moda? ¿en auge? ¿a la última?... no se… pero está. Es Observation.org, y en ella se puede meter todo lo que se vea por este mundo, desde una planta, un reptil, un molusco, una medusa, un lepidóptero, un arácnido… Funciona desde un ordenador, o descargando la app, cosa que yo no manejo, pues a día de hoy todavía me niego a usar teléfono smart. Va con coordenada, pero como mi capacidad de orientación es maravillosa, no necesito teléfono, si no que cuando arribo a casa, meto el dato en la web. Apuntas el nombre, la hora, puedes subir foto y tiene un sistema de iA que reconoce la especie… el estadio, la actividad, el método de observación… todo. ¿Y esto para qué sirve? Pues ciencia ciudadana. Es una ayuda a crear una gran base de datos con las especies que observas cuando sales a la montaña o a la playa… o a cualquier parte.

Desde Caminos y Caños llevamos tiempo colaborando. ¿Te apuntas al carro?

El aparcamiento de La Cumbrecita, balcón muy bestia a la Caldera de Taburiente.

Poco a poco le vamos ganando altura a La Cumbrecita, que aún nos supera.

En la Caldera se cocían temas a fuego lento.

Vista brutal del Roque de los Muchachos y toda la cresta de la Caldera.

Allí estuvimos casi en total soledad... sólo nos acompañó alguna graja (chova piquirroja).

Vistas al sur, a Tajogaite y Llanos de Aridane.

Llegando a la cumbre.

Al fondo incluso divisamos Jedey.

Cráter del nuevo Tajogaite (aún no es oficial el topónimo).

De lejos vemos a ratos la ruta de los Volcanes.

El camino es realmente interesante, pues la geología acompaña sorprendiendo a cada paso.

Lazadas de bajada, escuchando las grajas pasar.

Arriba queda el Bejenao, y cerca estamos del Roque de los Cuervos.

La orografía de la Caldera es como un mundo dentro de otro mundo.

La corteza despegada, suponemos que por nuestro paso. Vimos más de uno.

Un hasta luego a la Caldera que en unos días veríamos desde otra posición.

miércoles, 16 de abril de 2025

PR LP 5.1. Cubo de la Galga. Un paseo por los bosques primigenios.

Nuestra intención era adentrarnos en el bosque de tilos de San Andrés y Sauces por el camino que va a los nacientes de Marcos y Cordero, pero debido a un desprendimiento en la carretera de acceso a esta zona tan frondosa de La Palma, el camino lleva unos meses cerrado. Así que, cuando pasamos por el centro de Visitantes del Parque Nacional, que está en el acceso a La Cumbrecita, le preguntamos al chico (muy amable, que hasta nos regaló una hoja con las especies de aves que se ven por La Palma). ¿Qué opción teníamos para poder caminar por un bosque de laurisilva? Y nos mencionó el Cubo de la Galga.
Desayunamos temprano, y esta vez el destino estaba cerca… veinte minutos al norte de Santa Cruz; no se puede girar a la izquierda con el coche para acceder a la caseta de información, porque está entre dos túneles… hay que continuar hacia Barlovento y dar la vuelta donde esté permitido hacer el giro. Aparcamos, y como siempre, nos acercamos a la caseta de información.
Mucha gente no pasa por el punto de información, y después van por el camino preguntándole a todo el que se cruzan si es por aquí, si es por allá… en fin, que cada vez te cruzas por la montaña o el medio natural, a personas más desinformadas. Una familia me dijo: ¿Conoces esto, eres guía? Y le dije: no, es que he pasado por el centro de visitantes y la chica nos ha explicado. Sí… estoy criticando a esta gente. No me pesa.
En el centro, con la chica, estuvimos hablando de todo… incluso de vencejos, y por supuesto le mencionamos nuestro proyecto de recuperación de estas aves tan hermosas. El camino, al principio discurre por un tramo asfaltado y con bastante inclinación, paralelo a un barranco con altas paredes y una vegetación realmente exuberante. El tema vencejos salió porque allí tienen unos paneles con las aves de La Palma, y se ve el vencejo unicolor. Nuestra estrella más buscada.
El canto de los mirlos nos va a ir acompañando durante todo el recorrido, pero además pudimos ver un pequeño ave que jamás habíamos visto, por tratarse de un endemismo de esta isla, y es el Fringilla canariensis palmae, o pinzón palmero. Es una variante del pinzón vulgar con tonos más azules en sus coberteras y unas líneas amarillas, y desgraciadamente se ha domesticado bastante, pues viene a buscar a los turistas para que le demos un pedazo de algo que llevarse al pico.
Ya antes de haber comenzado la ruta, paramos en el mirador Barranco de los Gomeros y contemplamos junto a una pareja de alemanes, el vuelo de una pareja de busardo ratonero (los únicos que vimos en la isla). Cernícalo vulgar también avistamos sin bajarnos del coche, y es una de las aves que más hemos visto en La Palma.
Al llegar a lo que es el Cubo de la Galga, dentro del barranco del mismo nombre, tenemos la opción de continuar por un estrecho sendero hacia el mirador de Somada Alta, que es lo que hicimos. Hay buenas vistas desde ahí, de hecho se ve el mar. Al cabo de poco tiempo empezó a llegar gente, pues se trata de una oferta muy turística, pero también muy recomendable. Tomando nuestro café, apareció un pinzón palmero y se nos puso delante para rapiñar un cacahuete que por gravedad había tocado suelo.
El recorrido se puede hacer circular, pasando por La Galga… preferimos volver por el precioso camino de subida, y nos cruzamos con mucha gente, aún así mereció la pena el baño de bosque.
Las vistas desde este mirador, estuvieron un poco tocadas por la bruma… la humedad del mar, que por efecto insular, casi siempre acompaña. La Palma es una isla en la cual no falta el agua, y esto es consecuencia de la bruma… ¿Y si juntamos estas tres palabras? Delabruma es una banda de rock que emerge como la niebla, de proyectos como 13 Monos o Somas Cure. Es un grupo que lo forman músicos muy buenos y que han buscado un sonido compacto, técnico, y que seguro que le va a gustar a un público muy amplio, pues es una banda de rock que se aleja del metal y te invita a pasarlo bien. Creemos que se merecen una escucha, pues transmiten muy buenas sensaciones… como esa bruma canaria, o palmera, que nos acompañó casi todos los días.
¿Y para comer? ¿Cuándo y dónde se come aquí? Pues entramos en la caseta de información, y volvimos a hablar con la chica, que nos aconsejó un bar típico palmero en San Bartolomé, que se llama El Recuerdo... y la verdad es que va a estar haciendo honor a su nombre durante mucho tiempo, pues nos llevamos un gran y buen sabor de boca.
PD. "No has estado en La Palma si no probaste el Barraquito".
Escultura en el mirador Barranco de los Gomeros.

Paredes de la angostura del barranco Cubo de la Galga.

Laureles, helechos y brezos de portes gigantescos.

Pericallis spec.

Una formación geológica interesante.

La oscuridad dentro de este barranco es total.

Algunos ejemplares sobreviven agarrados a un clavo ardiendo.

Estrechamiento.

Frondosidad mires donde mires.



Ahí estaba comiendo, y se dejó fotografiar.

Y desde el mirador, si está claro se ve Tenerife.

Fringilla canariensis palmae.

De vuelta por el mismo camino, para buscar donde comer con un buen recuerdo.