La mañana amaneció fría y se intuía la presencia de lluvia pero nada nos
desistió de poner rumbo a Ronda para subir a Sierra Blanquilla, también
conocida como Pico del Viento, y que tantas veces la vemos desde el Peñón de
los Enamorados en la más absoluta soledad en medio de lo que se configura como
la Sierra de Ronda.
Tomamos dirección El Burgo y en el Puerto del Viento (1190ms) a la
izquierda hay una pequeña explanada con carteles indicativos, donde podemos
dejar el coche, y seguir caminando por
la carretera un kilómetro y medio hasta que pasado un ensanche de una entrada
al cortijo del Nogal nos adentramos en un pequeño sendero a la derecha.
Comenzamos la ascensión hasta que
enlazamos con el camino histórico que unía la población de El Burgo con Ronda,
nos dimos cuenta de que este camino estaba muy poco transitado y prácticamente
se está perdiendo. Todos estos caminos, que conocemos como históricos, lo son
porque en su día formaron la red de comunicación entre las poblaciones, por lo
que
deberíamos, entre todos, conservarlos y mantenerlos en vigor, así como, las
administraciones se deberían de interesar un poco más, ya que con pequeños
esfuerzos se puede mantener activos estas vías que en su día fueron importantes
y supusieron un gran esfuerzo en su construcción pues si observamos estos
caminos han sido elaborados piedra a piedra, paso a paso, peldaño a peldaño… En
concreto este que vamos pisando era paso ineludible de las legiones romanas en
el recorrido de Acinipo (Ronda la
Vieja) hacia Malaka (Málaga). Por eso
creemos que la mejor forma de mantener y conservar estos caminos es seguir
transitándolos.
Proseguimos nuestra ascensión por dicho camino y poco a poco nos vamos
adentrando en una zona karstificada hasta que llegamos al Puerto de los
Empedrados, es una zona amplia y despejada de matorral donde se configura un
canchal de rocas calizas y donde se encuentra en ruinas varias construcciones
que en su día fueron un ventorrillo de paso y donde al parecer nació en 1873
el último bandolero de Ronda, Juan José
Mingolla Gallardo, conocido como Pasos Largos. Estas dos construcciones son las
típicas que se realizaban en la época más bien para guardar el ganado, ya
que su distribución y disposición es de
lo más simple, sin ningún tipo de mortero para unirlas y protegerlas del
temporal, por lo que la vida en estos parajes tuvo que ser de lo más dura y
miserable. Los padres de Pasos Largos se dedicaban a la herrería de los
animales que pasaban por el camino.
Prácticamente por este recorrido
se desenvolvió la vida de este furtivo, su vida no fue de lo más grata, su gran
pasión era la caza y el monte; actividad que en la época estaba prohibida y la Guardia Civil le seguía los pasos…
Cuando estábamos observando la casa de los padres de Pasos Largos nos
llamó la atención el ruido que nos llega a lo lejos y pensamos en un primer
momento que eran motos por la carretera, pero conforme pasaba el tiempo el
ruido estridente y constante permanecía, y vimos que no eran de motos sino del
circuito de carreras de coche, Race Resort Ascari, que se encuentra a tan solo 10 Kms de la población de Cuevas
del Becerro y a unos 7Kms en línea recta de donde nosotros nos encontrábamos y
en pleno Parque Natural de Sierra de las Nieves… ¡¡increíble¡¡ que una
población y todas las de sus alrededores tengan que sufrir durante todo el día
este infernal y estrepitoso ruido ensordecedor… Ismael Serrano lo plasma muy
bien en su canción "Si se callase el ruido"…
"Si se callase el ruido
oirías la lluvia caer
limpiando la ciudad de espectros,
te oiría hablar en sueños
y abriría las ventanas.
Si se callase el ruido
quizá podríamos hablar
y soplar sobre las heridas,
quizás entenderías
que nos queda la esperanza...
A veces me pregunto hasta dónde puede llegar la falta de escrúpulos de
los políticos y técnicos que consienten este tipo de desgaste para la salud y
bienestar de las personas… Cómo se puede
construir un circuito de velocidad que se anuncia a bombo y platillo en sus
páginas web como el más largo de Europa de Formula 1 y el que más curvas posee
y ¡cómo no¡ donde se permite la máxima velocidad… ¿Dónde está el derecho de
todos los ciudadanos de un pueblo a vivir en tranquilidad?… ¿Por qué nos tienen
que traer todas las basuras de Europa con el pretexto de crear puestos de
trabajo y somos el país con más parados de Europa? Pues sí,
"España es diferente", es tan diferente que ensalzamos todo lo
que nos viene de fuera y no sabemos respetar y defender lo que es nuestro, como
por ejemplo lo que está pasando estos días en nuestro país, sentar en el banquillo
al único juez (Baltasar Garzón) que se ha atrevido a juzgar los crímenes de un
dictador y poder conocer así más a fondo ésta parte de Nuestra Historia y
devolver las víctimas a sus familiares… ¡¡pero¡¡ España es diferente…
Bueno, una vez dejada constancia de lo que considero un ultraje al
descanso de las familias, un atropello a lo que es la conservación del medio
natural y una injusticia con una persona que ha trabajado en la defensa de los
Derechos Humanos, pasamos por la gran explanada y nos dirigimos a un precioso
torcal y giramos a la izquierda buscando el camino que nos lleva al cortijo de
Botina, para ello tenemos que pasar la primera alambrada que nos encontraremos
en este recorrido.
El cortijo se encuentra
en ruinas y al resguardo de un torcal; pero a diferencia del anterior se
observa que la vida en él tuvo que ser bastante más placentera. En sus
alrededores se conserva lo que fue un pozo de nieve y un acuífero que
suministraba agua al cortijo.
A partir de aquí, al ir tomando altura, nos fuimos metiendo en la nube,
y esta niebla no nos dejaba ver nada, por lo que tuvimos que echar mano de la
brújula y el mapa, pues no veíamos Sierra Blanquilla. A pesar de que siempre
llevamos el GPS nos gusta movernos y hacer uso de la brújula ya que su orientación
y posición en el lugar es de lo más fiable, y algo importante, nunca te deja “tirada” como puede ser el GPS
por falta de energía ante un cambio brusco de temperatura. Tras conocer nuestra
posición, en el cortijo, seguimos rumbo
suroeste, y fuimos ascendiendo la ladera
de Sierra Blanquilla por donde el terreno nos permitía, hasta que llegamos a la
cumbre y de nuevo nos encontramos con otra valla en el monte, tienes que pasar
esta valla y seguir ascendiente por donde mejor puedas y te encuentras con el
vértice geodésico, aquí el tiempo nos
dio una pequeña tregua y pudimos contemplar un momento las vistas.
Como he
comentado antes, desde el Peñón de los Enamorados, podemos contemplar
perfectamente en la lejanía el Pico del Viento con una fisionomía totalmente
grisácea y desprovista de toda vegetación, este aspecto es producto de que nos encontramos en el
interno del Subbético y su morfología lo
configura un precioso torcal, donde sus estratos forman, por su cara sur, un
pliegue sinclinal muy ligero donde sus flancos están poco inclinados.
Bajamos por la sur y pusimos rumbo al cortijo de Lifa hacía el suroeste,
pasamos por el Cancho del Lobo. Hicimos la bajada por una pequeña vaguada y
subimos a un pequeño torcal para resguardarnos del fuerte viento y frío que
hacía y degustamos nuestros bocatas. Teníamos unas vistas inmejorables enfrente
el cortijo de Lifa donde se encuentra una mina romana
y una torre de vigía
encima de un risco y por supuesto todo el valle de Lifa donde posiblemente sirvió de vía de comunicación en la época de
los romanos entre las ciudades de Acinipo
y Carteia (San Roque, Cádiz), y en la época de Trajano posiblemente
serviría de enlace entre las poblaciones de Acinipo-Malaka-Carteia,
por lo que estos caminos y valles serían transitados por todo tipo de personas
y carromatos para transporte de personas y mercancías. También disfrutábamos de
las vistas del Peñón de Ronda por su cara norte y del pinsapar de la cañada de
los Hornillos.
Emprendemos la vuelta porque la tarde no se avecinaba muy buena, la
vuelta la hicimos de nuevo por el Cancho del Lobo y bajamos al Puerto del
Viento.
Una vez pasamos el Cancho del Lobo nos adentramos en un pequeño bosque
de encinas donde el suelo va adquiriendo un color rojizo y en la bajada nos
encontramos de golpe con un barranco que nos sorprendió por su gama de colores,
donde sobresalía el rojizo con el amarillento y el
grisáceo-negruzco debido a
las estratos muy finos de las calizas y margocalizas; donde se forman mantos de
corrimiento debido a la colisión entre el Cretásico y Jurásico. Poco a apoco fuimos bajando por estas vaguada
hasta que llegamos al Puerto del Viento.