Entre el Espigüete, uno de los símbolos de la Montaña Palentina, y las Agujas de Cardaño, destaca la figura picuda de la cumbre a la que hoy dedicamos nuestro valioso tiempo, formando parte de una cordal de extremada belleza, la cual se suele recorrer entera, incluso, describiendo una travesía circular que llega a acumular desniveles superiores a los dos mil cuatrocientos metros. La variedad geológica de este Parque Natural es realmente interesante… ya está dicho, pero es que merece mucho hacer hincapié en este aspecto.
Vamos a proponer lo que hicimos, aunque dicho sea de paso, si buscamos comodidad, lo mejor es subir y bajar por el mismo sitio… Además, la bajada, tampoco fue tan tortuosa… sólo un poco desdibujada, y para eso compramos en León un plano topográfico de esta montaña… para hacer uso y disfrute del papel.
El vehículo se queda a buen recaudo en el acogedor Cardaño de Arriba, al que llegaremos si tomamos la Ruta de los Pantanos desde Cervera de Pisuerga… población altamente recomendable. Salimos temprano, para evitar las horas de máxima exposición al sol.
Tomamos el PR P 10 hacia el Pozo de las Lomas, y al poco de cruzar un puente, veremos un indicador de madera que nos invita a subir el Pico Murcia, por senda no balizada. El camino es muy evidente y no tiene pérdida en ningún momento… pero no está balizado como PR.
Pronto conectaremos con el Arroyo Valcabe, rodeando el cerro del Sillar por el norte… ahora el rumbo es oeste cerrado, hacia el pico Murcia… silueta inconfundible que ya comienza a tratar de intimidarnos desde temprano. El sendero apunta al cielo, pero zigzaguea lo suficiente como para que sea llevadero… o no. La Peña Espigüete hace su primera aparición justo al sur, por encima de la cuerda que une La Cerezuela y el Cerro del Sillar. A cada diez pasos la imagen se va haciendo más impactante… no nos extraña que el Espigüete sea uno de los picos más emblemáticos de este Parque Natural.
Antes de seguir, hay que comentar que este año vamos a tener ¡por fin! el Tomate Blues… como siempre, en la acogedora población de Los Palacios y Villafranca, y que los Travellin´ Brothers serán uno de los grupos que formarán el cartel. Ya los vimos en Bahía Sur hace dos veranos… y no nos los podemos perder… además, allí nos encontraremos con Paco, del blog Pateamos Cuando Podemos… buena gente y con un gusto musical exquisito. Ya saben. Y por ahora, Early in the morning… vamos a seguir.
Nos sorprende encontrar un nacimiento a dos mil metros de altitud… y lo aprovechamos, por supuesto… ¿Quién dice que no a un trago de agua fría que mana del suelo? Está rodeado de borreguil el regato… o de una especie muy parecida. Ya parece que hemos terminado… pero queda lo peor: una rampa infernal hasta la cumbre… desde el collado… así que aceleramos para rebuscar un geocaché.
Unas vistas espectaculares nos ofrece el Pico Murcia. Coincidimos nuevamente con un millón de insectos justo en la cima… unos metros más abajo no hay ni uno… exactamente igual que en la cumbre del Coriscao hace tres días… si hubiese vencejos en estas cumbres, engordarían 10 gramos en un día. Aún así, nos instalamos entre la multitud voladora, tiramos una panorámica, tomamos un café con frutos secos, y nos alcanzó una pareja de Cervera de Pisuerga, más majos que la mar, y coincidimos en el mismo modelo de botas… por pareja. Increíble.
Desde esta cumbre hay dos formas de bajar: por donde mismo subimos, o hacia el norte, por donde tiraron los amigos. Una vez de nuevo en el collado, se trata de seguir la cuerda, para buscar una desdibujada vereda por la ladera que derrama sus aguas hacia el arroyo de Mazobre, con unas vistas del Espigüete todavía más desafiantes. Mira que está lejos… pues un amigo, Eneko, al día siguiente encadenó este Murcia con el Espigüete… no sabemos que comen los vascos… pero no es moco de pavo la rutita.
Nos quedamos por el valle del arroyo de Arrilla, para ir buscando de nuevo la población de Cardaño de Arriba, donde teníamos aparcado el auto. Terminamos la ruta con tiempo suficiente para conversar con una mujer que había perdido al perro, hecho que nos hizo recordar a los porteños El Mató a un Policía Motorizado. Nos acercarmos a comer a Triollo, para desde el bar contemplar las paredes del Curavacas, aquella montaña que ascendimos hace ahora una década, y que es otro de los símbolos de la Montaña Palentina.
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Esto promete nada más empezar. |
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Segundo puentecillo. |
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El Pico Murcia. |
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Pues parece que ya queda poco. |
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Un colladito precioso. |
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Una mirada atrás. |
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Borreguil... o algo parecido. |
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Otro colladito. |
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El fondo del valle de donde comenzamos. |
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Espigüete. |
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¡¡ESPIGÚETE!! |
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Espigüete desde Murcia. |
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Pico Murcia. Lo que aletea en nuestras cabezas. |
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Café reconstituyente de intenciones. |
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Las vistas desde el Pico Murcia, merecen el esfuerzo. |
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El embalse de Riaño. |
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Los Picos de Europa. |
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Los hitos que nos marcamos. |
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El Pico Murcia queda en nuestra historia. |
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Más conglomerados |
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Aquí vimos una enorme liebre. |
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Refresco. |
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Y Cardaño de Arriba. ¡A comer! |