Una vez que estábamos
en el valle de Tena no quisimos irnos sin subir al Anayet. Nos planteamos esta
ascensión para pasar un día distendido, ya que nos la recomendaron unos
compañeros vascos que la habían realizado el mismo día que nosotros
realizamos los ibones Azules, y a su vez
ellos también hicieron la que nosotros le recomendamos; esto es lo bueno que
tiene la montaña, la reciprocidad. Pero para nada es una ruta distendida, eso
sí, merece la pena, por su gran belleza, por un entorno totalmente natural, ya
que, arriba confluyen picos, valles, lagos glaciares, praderas, y por unas
vistas increíbles.
Salimos desde la
entrada a un aparcamiento de la estación de esquí de Formigal llamado Anayet, y empiezas el recorrido por la carretera que accede
al parking, que ahora está cerrada al tráfico, no sabemos si es debido a la
transhumancia o por preservar las infraestructuras, porque pasas por la fábrica
de nieve y las instalaciones de la estación.
Una vez llegamos a
los remontes caminas unos minutos por una de las pistas y enseguida nos
adentramos en un bonito sendero que discurre paralelo al barranco de
Culivillas, desagüe natural de uno de los ibones de Anayet, que vierte sus
aguas al río Gállego que nace unos centenares de metros más arriba, cerca del
Portalet.
Una vez metidos en
el barranco (GR-11, tramo Sallent de Gállego a Canfranc) tenemos al norte la
Punta de la Garganta y al sur el Pico Culivillas (2.529 m), por este tramo, el
desnivel acumulado se va haciendo notar y la ascensión se va ralentizando
debido a las cuatro ascensiones que ya
llevábamos en nuestras mochilas en menos de una semana, esto hizo que
nos tomásemos esta ascensión con tranquilidad.
Llegas a la parte
alta del barranco y el desnivel se suaviza. Entramos en el altiplano con sus
ibones a 2225m; a partir de aquí tenemos
dos posibilidades, una seguir el GR-11 a la derecha que te lleva al barranco de
la Canal Roya desde donde puedes seguir bajando o bien giras a la izquierda y subes
al Collado Rojo que te lleva a los
restos de la caldera volcánica que configura el pico del Anayet a 2545m.
Pero nosotros
decidimos no realizar este día ninguna ascensión y quedarnos en los llanos a
disfrutar de un merecido descanso, y reponer fuerzas para al día siguiente ir a
nuestra cita con Pirineos Sur, donde el rockero argelino Rachid Taha efectuaría
una puesta en escena buenísima de su
música, con mezclas de raï contemporáneo, rock, electrónica y punk que unido a
una voz enronquecida y áspera le confiere un estilo muy personal.
Cuando estábamos en
los ibones nos tomamos nuestro tiempo para recrearnos con las vistas que nos
ofrecía el Pico de Midi d´Ossau y todo
el macizo de Anayet, con un paisaje multicolor, ya que prácticamente nos
encontramos dentro de lo que fue una vieja caldera volcánica que conserva el
colorido rojizo y negruzco de las andesitas.
Estos colores, pueden dar lugar al topónimo, por el anabione (arándano).
También aquí
podemos disfrutar de uno de los ecosistemas que sólo se da por esta parte de
Aragón, como son las turberas que se deben a viejos ibones colmatados, por lo
tanto podemos disfrutar de florecillas únicas y de una fauna de alta montaña.
Al fondo en el centro el macizo de los Infiernos |
Canal Roya con el Midi d´ Ossau |
Pico de Anayet a la izquierda |