Este año se celebra el centenario de la muerte del poeta M. Hernández, su credo fue la vida, el amor y la muerte, y no se doblego ante ningún estamento, hecho que le llevo a la muerte. El grupo extremeño Extremoduro, en una adaptación de uno de los muchos poemas del “poeta pastor” cantan: “Ama, ama, ama y ensancha el alma”, nosotros para sentir esta sensación en simbiosis con la naturaleza nos fuimos a la Sierra de las Nieves, que por su belleza y singularidad, no te deja indiferente.
Una vez llegado al área recreativa de los Quejigales, dejamos atrás el alojamiento rural de Féliz Rodríguez de la Fuente, y dejamos el coche en la zona habilitada para ello y comenzamos el ascenso por el carril del Sabinal. Por su margen derecha se desliza el arroyo de Carboneras. En este primer tramo el ascenso es suave y se desarrolla por una zona de pinares de repoblación, después de caminar unos diez minutos por el carril nos encontramos con un cruce, justo en el puerto de los Quejigales, seguimos por la derecha, si continuamos por el carril principal nos conduce al cortijo del Sabinal, que le da nombre al camino, y a la sierra Hidalga. Andamos la vereda que nos conduce al pinsapar de Cañada de Enmedio, seguimos los hitos hacia un cruce de caminos en el que nos adentramos en el pinsapar de la Cañada de las Ánimas. La vereda que sigue recta nos conduce al Tajo del Canalizo y al Peñón de Ronda (esta ruta ya la hicimos en su día y se puede ver en este blog), y desde este punto se divisa el Peñón de Ronda.
Vistas del peñón de Ronda |
En este cruce giramos a la derecha donde empieza la citada cañada de las Ánimas, densa de pinsapos que te sorprenden por su gran porte y belleza, muchos de ellos ya deteriorados por el tiempo o porque les ha atacado la enfermedad. Una vez salimos del bosque nos encontramos un cruce y una de las veredas nos llevaría por la Cañada del Cuerno que es una de las alternativas para poder luego bajar.
Saliendo del Pinsapar de las Ánimas |
Seguimos ascendiendo y pasamos por una zona de lapiaces y formaciones calizas donde tenemos a la derecha el cerro de los Pilones y a la izquierda el Cerro Alto. Una vez llegamos al Puerto del Oso nos encontramos con un gran pozo de nieve, que en Andalucía son estructuras circulares de piedra de 8 a 10 ms de diámetro y no están cubiertos. Los que se han recuperado del abandono se encuentran en concreto aquí en la Sierra de las Nieves. La actividad de los neveros es conocida desde la época de los romanos pero cuando mas ha sido explotada fue durante los s. XVI-XIX, perdurando hasta 1931 con la llegada del frigorífico.
Pozo de nieve restaurado |
A partir de aquí estamos inmersos en la meseta de quejigales, una zona realmente preciosa por el tipo de vegetación que aquí se desarrolla, el quejigo, la sabina y enebro de montaña. Es el Quercus Fagínea el que por sus diferentes formas le da un sentido fantasmal a la zona.
Quercus faginea (árbol del ahorcado) |
Estos árboles han sufrido a lo largo del tiempo numerosas talas para la elaboración del carbón, aprovechamiento que les debilita mucho y hace que adquiera ese aspecto único. Entre estos quejigos se suele formar una dehesa bastante clara que se suele aprovechar para la alimentación del ganado. En el mismo margen del camino nos encontramos con un tejo (Taxus bacatta), que aunque no es su hábitat parece que quiere crecer aquí, y la Consejería de Medio Ambiente cuando quiere sabe hacer las cosas bastante bien y lo han protegido con un vallado, así podrá desarrollarse y crecer sin ser devorado por alguna Capra sp, aunque como es tóxico no creo que le metan el diente.
A partir del “pozo” el sendero gira hacia la izquierda y luego tomamos dirección sureste que nos lleva al cerro de Tólox, debido a su formación caliza se han formado unas oquedades y han colocado una imagen de la Virgen de la Victoria y desde donde tenemos una excelente visión de la subida al cerro de la Plazoleta.
Oquedad del cerro de Tolox y el árbol invertido |
Una vez pasado el pilar de Tolox comienza el ascenso al Torrecilla. El terreno es abrupto, con unas laderas muy inclinadas y con muy poco suelo, debido a los fuertes vientos de la zona, la sabina es la única vegetación que hace su aparición entre el terreno calizo, por eso en esta época del año el color del torrecilla se torna en verdoso y grisáceo. La subida transcurre por una pequeña vereda en zigzag, hay que tomárselo con tranquilidad ya que tiene bastante inclinación, es aconsejable seguir la vereda que está indicada con hitos de madera y no salirse por la multitud de sendas que la circundan. El camino como he dicho es bastante abrupto pero muy accesible cuando te das cuenta estas arriba 1919 ms (el segundo pico más alto de Málaga). Esta vez tuvimos una suerte increíble porque de todas las veces que habíamos subido ha sido la única que hemos podido disfrutar de unas vistas excelentes: mediterráneo, valle de Guadalhorce, Sierra Nevada, la costa de Málaga, sierra de Cádiz, Gibraltar (¡Español!).
Tramo final de la senda del Torrecilla |
La cumbre del cerro de la Plazoleta (Torrecilla), desde que por causas del destino, desapareció el vértice geodésico, se ha convertido en un punto de convergencia de ideas y residuos que nada tienen que ver con la montaña (buzones, libros de piadas, lápidas…) ¡ya está bien!.
No mas señales en la montaña |
Cerro de los Valientes |
Llegamos hasta el cerro de Tolox, pero lo bordeamos por su vertiente norte, en la que hay unas oquedades que pocos saben que en los días de heladas se forman unos carámbanos de hielo impresionantes.
Cerro de la Alcazaba o la Muela entre quejigos |
Vistas del cerro de la Plazoleta y su arista cimera |
Ficha Técnica
Localización: Parque Natural de la Sierra de las Nieves
Población: Ronda
Distancia: 19.36 kms
Dificultad: Media (invernal), Baja (estival)
Desnivel: 855m (acumulado)
Trazado: Circular.