El
otoño más parece un veranillo del membrillo, y se nos apetece caminar junto al
mar, aunque vamos combinando actividades marineras con otras de secano.
Decidimos
ir a Tarifa a celebrar mi cumpleaños, y tomamos la Colada de la Costa, sendero
que comienza junto al puerto de Tarifa y que discurre por una vía pecuaria que
avanza paralela al litoral, dirección Algeciras.
Se
trata del sendero más meridional de Europa, y ya lo recorrimos en mayo de 2011,
saliendo desde Algeciras en aquella ocasión, y acabando en Tarifa, lo que
resultó más atractivo, al hacerlo de forma lineal, pero aquella vez contamos
con el apoyo de un autobús.
Al que
sea apasionado de las construcciones de vigilancia y defensa le gustará este
camino, pues está jalonado de viejos bunkers, linternas, casas de la Guardia
Civil y torres vigía, aunque en estas latitudes, el deporte nacional sea el de
arrojar todo tipo de desperdicios al interior de estas viejas edificaciones,
que nos guste o no, forman parte de nuestro patrimonio, levantado en el
transcurso de la historia más reciente.
Lo
más atractivo del recorrido, sin lugar a dudas, son las espléndidas vistas que
tenemos de la costa marroquí, que dista escasos 15 kms de donde nos
encontramos.
El
recorrido es ciclable hasta la Torre de Guadalmesí, por si alguien gusta de la
velocidad, y de esa manera, también puede recorrer mayor distancia. Es la
ventaja de las dos ruedas.
Otra
de las curiosidades geológicas que podemos disfrutar son las plataformas de
abrasión en la zona de influencia mareal, pues en el mioceno inferior, la cosa
tuvo que estar “movidita”, dejando este regalo para la vista y que por
supuesto, en pleamar, se puede recorrer en kayak, dando la sensación de estar
en una pista artificial.
La
gran pena, es que todo el recorrido está decorado con una cantidad de basuras
de magnitudes bíblicas. ¿Solución a esto?, supongo que la voluntariedad.
Desde
luego, la mejor manera de vacunarse contra el desperdicio, es escuchar un buen
blues, por ejemplo de la mano de Alan Haynes, mientras nos calentamos un té a
la sombra de la Torre de Guadalmesí, que se mandó construir durante el reinado
de Felipe II, y que todavía nos aporta sombra y nos protege del viento.
Coleman 550B calentando el té con gasolina sin plomo |
Probablemente el borrico más meridional de Europa |
Gracias Isa y Fran por compartir y mostrarnos a gente como yo, las cosas tan hermosas que tenemos aquí tan cerca, recordándonos una vez mas, que no hay que ir tan lejos para disfrutar de las cosas. Nos vemos.
ResponderEliminarHombre Salva, de vez en cuando, salir fuera es incluso necesario... ¿como sabría yo si no es viajando que el Duero nace en los Picos de Urbión?, ¿de haberlo estudiado en el colegio?... el colegio no sirve para nada... hay que viajar, que la universidad está en la calle...
ResponderEliminarTío, dan ganas de cruzar el estrecho en kayak, pero no dejan. Tarifa Tráfico no da el permiso.
Eso, ya nos veremos.