Es
la segunda vez que subimos al tresmil más Occidental de Andalucía, entrando
desde Nigüelas. A esto habría que sumar cuatro ascensiones más entrando desde
la Hoya de la Mora, pero disfrutar de la panorámica que ofrece este maravilloso
cerro Nevadense, no tiene precio.
Nos
pusimos en marcha a las 8:30, en Nigüelas, pero nada más cruzar el pueblo, un
grupo de ciudadanos británicos, residentes, algunos, en la Alpujarra, se ofrecieron
a acercarnos hasta los cortijos de Echevarría… ahorrándonos unas 4 horas de
camino y mil metros de desnivel… ¡eso si que no tiene precio!
Esta
ascensión ya se describió hace dos años en esta página, así que no vamos a
redundar. Como llegamos temprano, gracias a la ayuda mecánica, ascendimos al
Caballo directamente, y sobre las dos de la tarde, ya íbamos bajando hacia el
collado, en busca de los mochilones, y tras avituallarnos algo y beber un poco,
volvimos a abandonar las pesadas cargas y ascendimos, por la arista a uno de
los picos de 2972m que despuntan por encima de la Laguna de Nájera, totalmente
cubierta de blanco en estas fechas.
Las
vistas del valle del río Lanjarón, el Veleta, Mulhacén, Alcazaba, el radio
telescopio de Loma Dilar… y los enormes quitarrazos de Manuel Cabezalí en El
Estruendo, canción del grupo Havalina, provocaban un ambiente lleno de emoción
y grandes dosis de alpinismo.
Y es
que, desde Caballo a oriente, el panorama cambia radicalmente. Entramos de
lleno en la alta montaña Nevadense, con todas sus consecuencias.
Llegamos
al vivac sobre las cuatro de la tarde, nos acomodamos, y preparamos un arroz
para comer. Tras la ingesta de alimentos, nos dispusimos a abastecernos de
agua, y para ello, cavamos un par de agujeros en la superficie congelada de la
laguna, y con cuidado, llenamos los bidones.
La
noche no fue nada fría, de hecho parece que lo que ha entrado es el estío y no
la primavera. Unos cuatro grados, hicieron que pasásemos algo de calor en
nuestros sacos. Así, pasadas las 6:30, salimos de aquel chalet de alta montaña,
para ir preparando el desayuno y emprender la marcha.
Crampones,
pues la nieve se endurece bastante durante la noche; y vimos alumbrar el sol
desde el collado… disfrutando enormemente del cono de sombra que la montaña
proyecta sobre todo el valle, llegando hasta La Maroma… y más allá, claro.
Merece
una visita esta montaña, pues ver la hermosa Granada desde su cima… tampoco
tiene precio.
La
bajada, hasta Nigüelas, si que la hicimos caminando, unos 20 kms y 2100m de
desnivel negativo, que aunque no lo parezca, es bastante recomendable, pero hay
que estar bien preparados.
Primeros neveros |
Cumbre del cerro del Caballo (3.011m) |
Mirando al cerro del Caballo |
Laguna y refugio del Caballo y cabecera del río Lanjarón |
Buscando agua en la laguna para no tener que fundir nieve |
Amanecer en el cerro del Caballo |
Contemplando el cono de sombra |
Bajando por la loma de los Tres Mojones |
Alayos y Trevenque al fondo |
Nigüelas |
Buen grupo Havalina. Y mejor ruta la vuestra. Nos vemos.
ResponderEliminarMuy buena ruta.... y yo con mis crampones en una caja, Por cierto se rumorea de llevar permiso para piolet, era serio, era broma?
ResponderEliminarGracias y un saludo a ambos.
ResponderEliminarQue no pare la buena música, desde luego.
Salva, lo de la licencia de piolet, depende de si pretendes dar la muerte de Trosky a alguien o no...
A ver si nos vemos de una vez.
Preciosas fotos y preciosa travesía.
ResponderEliminarDesde luego que es una zona muy recomendable, Carlos. Me alegra que te guste.
EliminarUn saludo.
Tienes un blog caralludo y bien trabajado, rapaz.
ResponderEliminarUn abrazo.